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9 propuestas para disfrutar del frío

Castilla y León extiende su llanura y sitúa sobre ella sus cadenas montañosas igual que se despliega un mantel. Llega el momento de festejar, pero sobre todo de celebrar todo lo que somos. Aquí van algunas ideas

Ricardo Ortega

Como cada año, las últimas semanas de diciembre y las primeras de enero son una sucesión de festivos, un marco idóneo para regresar a casa, o para acoger a los que regresan. Un periodo para el encuentro, para compartir con amigos y familiares. También es a veces una fase extenuante del ciclo anual, en la que no falta quien reclama una tregua ante una avalancha de consumo y alegría forzada a la que nos vemos arrastrados sin remedio.

Por eso hay días en los que merece la pena darle al ‘pause’ y detenerse a reflexionar; buscar un hueco para pasarlo con los más íntimos. Incluso, por qué no, para realizar una escapada ahora que los trabajadores disfrutamos de las vacaciones que nos quedaban por disfrutar.

Ávila y el frío

Sin ir más lejos, puede ser el momento de disfrutar del frío de Ávila, la capital de provincia más alta de España. Fundada por los vetones, fue habitada por romanos, visigodos y musulmanes. Con permiso de santa Teresa, el símbolo de la ciudad es la Muralla, con 2,5 kilómetros de extensión.

Su casco histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1985 y hoy ofrece diversas formas de aproximarse a él; puede visitarse con familia o con amigos, y es una ciudad abierta, acogedora y segura, en la que vivir multitud de experiencias.

La muralla de Burgos

Burgos es la segunda ciudad de Castilla y León que más turistas extranjeros recibe, principalmente de Francia y Alemania. Su amplio patrimonio histórico, unido a una oferta museística amplísima, sus zonas verdes y su conocida gastronomía le permiten ser uno de los focos de atracción turística del norte de España.

El origen medieval queda patente al recorrer la muralla, la Catedral de Santa María, la iglesia de San Lesmes Abad, el Monasterio de San Juan, la iglesia de San Gil Abad y la de San Esteban, que acoge el Museo del Retablo.

El paseo por Burgos atraviesa las zonas más concurridas de la ciudad. Comienza en la plaza del Rey San Fernando, desde la que se puede ver la catedral gótica de Santa María, el edificio más representativo de la ciudad, y continúa hasta la plaza Alonso Martínez pasando por la calle Virgen de la Paloma y la calle Laín Calvo.

La ruta continúa por la calle San Juan hasta encontrarnos con el Arco de San Juan y la iglesia de San Lesmes, siguiendo hasta la Plaza de San Juan donde se encuentra el monasterio del mismo nombre. Podemos continuar por la calle de la Puebla hasta la plaza de la Libertad, que alberga la Casa del Cordón, y se extiende hasta la Plaza Mayor, el Teatro Principal y la plaza del Mio Cid.

León monumental

La historia de la ciudad de León se remonta al asentamiento de las legiones romanas a mediados del siglo I a.C. A lo largo de los siglos las distintas poblaciones han dejado su huella, como en las murallas defensivas romanas, en la ‘cerca Medieval” o en los diferentes restos judíos. Hoy la ciudad cuenta con 20 bienes de interés cultural (BIC).

Ha contribuido a su desarrollo la ubicación en un cruce de caminos: el Camino de Santiago, la Ruta de la Plata y la Ruta Transcantábrica atraen viajeros llegados de todo el mundo.

Podemos comenzar nuestro periplo en la Oficina de Información y Turismo, en frente de la catedral de León, una de las más refinadas de la península. Cruzaremos la calle Ancha y llegaremos a la plaza Mayor, situada en el afamado barrio Húmedo. Otras plazas que lo conforman son las de San Martín, la del Grano y la Plaza del Conde Luna.

Nuestro recorrido no puede pasar por alto el Palacio de los Guzmanes, la Casa Botines, de Gaudí, y el antiguo Ayuntamiento. Muy cerca, a la izquierda, tenemos el Museo de León, el museo más antiguo de la provincia, que narra su historia a través de la arqueología.

Palencia, entre cultura y naturaleza

Situada en la llanura de Tierra de Campos, a orillas del Carrión, Palencia es una de las ciudades con una mayor cantidad de espacios verdes por habitante de España. Cuenta con una extensa red de calles peatonales y con un gran patrimonio histórico-artístico.

Destaca por poseer cinco Monumentos Nacionales, entre ellos la Catedral de San Antolín o el Cristo del Otero, una de las imágenes del sagrado corazón más grandes del mundo.

No podemos perdernos la céntrica Plaza Mayor, desde donde tenemos una vista única de la fachada del Ayuntamiento. Nos desplazamos unos 350 metros hasta la calle Jorge Manrique, donde encontramos el Convento de las Antiguas Recoletas. Continuamos por la Plaza de la Inmaculada, donde está ubicada la Catedral de San Antolín, y por la avenida Castilla llegaremos a la calle Don Miró, donde encontramos la iglesia de San Miguel.

Salamanca, ciudad universitaria

Ciudad Patrimonio de la Humanidad desde 1988, con multitud de rincones y edificios históricos, Salamanca nos reclama un recorrido a pie para poder conocerla y disfrutarla.

Es una ciudad viva, acogedora, segura y bien cuidada; todas estas características, junto al prestigio y la tradición de su universidad, hacen de Salamanca un lugar idóneo para el aprendizaje y perfeccionamiento del idioma. En 2002 fue reconocida como Ciudad Europea de la Cultura.

Segovia, un patrimonio a la sombra de Roma

Segovia se sitúa en la confluencia de los ríos Eresma y Clamores, al pie de la Sierra de Guadarrama; la ciudad vieja y su acueducto fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1985. El Acueducto se considera la obra civil romana más importante de España y es uno de los monumentos mejor conservados de cuantos dejaron los romanos en la Península.

Son monumentos únicos que por sí solos ya merecen una visita pero, además, descubriremos que la ciudad ofrece mucho más: un barrio judío, palacios y casas señoriales, panorámicas de ensueño y un cinturón verde para disfrutar de la caminata.

Recorrer Segovia, y viajar por su provincia, es ser testigo de la confluencia maravillosa de un legendario pasado y de un presente lleno de sensaciones. Su riqueza patrimonial va desde el Paleolítico, con los grabados rupestres que podemos disfrutar al aire libre, en Domingo García, y otros en cuevas, como la de los Enebralejos de Prádena.

Podemos deleitarnos con villas amuralladas, sus castillos invencibles ante el tiempo como el Alcázar, Coca, Cuéllar, Turégano, Pedraza, Castilnovo, sus pueblos del color de la piedra y tierra que los sustenta, en contraste estrecho con el lujo exquisito de los Reales Sitios.

La provincia cuenta con los parques naturales de las Hoces del río Duratón y del Riaza y el Parque Nacional Sierra de Guadarrama, así como numerosos espacios naturales que ofrecen a los amantes del deporte gran cantidad de actividades de turismo activo en contacto con la naturaleza, como el senderismo, la hípica, el golf, el piragüismo…

Y nunca faltará en nuestro viaje un mesón, una posada o un caserón convertido en acogedor restaurante, donde reponer fuerzas gracias a su renombrada gastronomía.

Soria urbana

Situada a orillas del río Duero, Soria puede definirse como una ciudad pequeña, pero activa gracias a la industria del turismo. Conserva su carácter histórico y medieval, y sus rincones rezuman esa magia que ha seducido a los viajeros de todos los tiempos.

La ciudad trata de rentabilizar la historia literaria otorgada por su protagonismo en varias de las Leyendas de Gustavo Adolfo Bécquer o en los versos de Antonio Machado y Gerardo Diego. También Ángela Figuera Aymerich dedicó un importante poemario al conjunto de la provincia, ‘Soria pura’ (1949).

Un recorrido por la zona céntrica comienza en la plaza Mayor, donde podemos encontrar el Ayuntamiento y el Teatro Palacio de la Audiencia, el Palacio de los Condes de Gómara o la plaza de los Condes de Lérida, donde nos encontramos con la iglesia de Santo Domingo.

Al llegar a la plaza Mariano Granados, lugar donde nos encontramos con el extenso Parque Alameda de Cervantes y con el conocido Museo Numantino. A un tiro de piedra, nos toparemos con la Diputación Provincial y la iglesia de San Juan de Rabanera.

Valladolid, para descubrir

Valladolid se constituyó como núcleo de población estable en el siglo XI, durante la repoblación de la cuenca del Duero, cuando Alfonso VI entregó a su valido Pedro Ansúrez su señorío, en 1072. Centro de grandes hechos históricos, fue capital de España a principios del siglo XVII, lugar de casamiento de los Reyes Católicos y donde Miguel de Cervantes vio publicado ‘El Quijote’.

La ciudad cuenta con un rico patrimonio artístico compuesto por palacios, casas nobles, iglesias, plazas, avenidas y parques. Culturalmente, destacan la iglesia de San Pablo y el Museo Nacional de Escultura, distribuido entre el Colegio de San Gregorio, el palacio de Villena y la Casa del Sol.

Zamora, ciudad del románico

El casco antiguo de Zamora tiene la calificación de conjunto histórico-artístico desde 1973. Su núcleo principal –con una disposición muy alargada y en buena parte circundado por murallas– se alza sobre una amplia meseta rocosa que alcanza los 32 metros de altura. Estas características le valieron el sobrenombre de «la bien cercada».

Sobresale su conjunto de edificios románicos, formado por los 23 templos del término municipal y las 14 iglesias del casco histórico, datos que sitúan a Zamora como la ciudad de mayor número y calidad de templos románicos de Europa. Con permiso de Segovia.

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