La fiesta de San Pedro Regalado siempre es una buena ocasión para visitar Valladolid: la actual y la que, en pleno siglo XVI, acogía autos de fe y ejecuciones en las llamas. La Ruta del Hereje guiada por Azar Teatro ofrece un cóctel agridulce de risa y llanto, una magnífica guía para conocer la historia de la ciudad y de España, un recordatorio de lo que sucede cuando triunfan quienes reniegan de la razón y la ciencia
Ricardo Ortega
En mayo y octubre de 1559, dos autos de fe celebrados en la Plaza Mayor de Valladolid cortaron de raíz el germen del luteranismo en España. Un centenar de protestantes, erasmistas y ‘alumbrados’ (pertenecientes a una secta mística) fueron juzgados por herejía. 27 de ellos fueron llevados a la muerte: por garrote si se arrepentían, en las llamas si persistían en su fe.
El reinado de Carlos V y Felipe II fueron años oscuros para los librepensadores: aquellos que rechazan todo conocimiento que solo esté basado en la tradición, la autoridad o el dogma.
Nos lo recuerda Miguel Delibes en su testamento moral, la novela ‘El hereje’ (1998), que recibió el Premio Nacional de Literatura y permitió que los ciudadanos conocieran mejor su propia historia.
A través de la evolución de su protagonista, Cipriano Salcedo, la novela traza con mano maestra un vivo retrato del Valladolid de los Austrias mayores, de sus gentes, sus costumbres y sus rincones.
Su protagonista nace en 1517, el año en que Martín Lutero fija sus 95 tesis contra las indulgencias papales en la iglesia de Wittenberg. Una coincidencia que marcará su destino de forma fatal.
La apuesta vital de Salcedo por emplear ante todo la razón y la lógica llevó a su apresamiento, tortura y humillación en uno de esos autos de fe que servían también como forma de ocio para el populacho. En las últimas páginas de la novela se describe su muerte en la hoguera.
Anécdotas y chanzas
El libro está muy presente en las explicaciones de la guía y en las anécdotas y chanzas que protagonizan los actores de la Ruta del Hereje.
Junto a la música aportan fluidez y ambiente de fiesta a una caminata de apenas kilómetro y medio que se realiza en unas dos horas. La participación es gratuita y absolutamente libre: la comitiva se puede seguir de principio a fin o elegir el tramo que más apetezca al visitante.
“El espectáculo funciona gracias a ese clima”, que hace que muchas personas se vayan sumando a lo largo del recorrido”, recalca Javier Esteban, director escénico de Azar Teatro.
“La propia ciudad se convierte en el mejor de los escenarios, los cientos de personas que acompañan el recorrido son público y figuración a un tiempo y la monumental novela de Miguel Delibes, el guion perfecto para disfrutar de entorno, compañía y argumento”, señala. “Constituye un preciso catálogo de los edificios, calles y oficios de aquella época, “el mapa exacto de un Valladolid que aún hoy conserva, evocador, los lugares en los que habita la novela”.
Respeto
En la ruta no se soslaya lo terrible de lo narrado, pero se combina con el humor y la fiesta, en un equilibro que se consigue gracias al respeto “y a que no se hace un solo chascarrillo a partir de lo que se cuenta en la novela”, destaca Esteban.
Esta curiosa caravana de cómicos, visitantes y turistas en su propia ciudad se detiene junto al palacio de Fabio Nelli, la Plaza Mayor (escenario de los autos de fe) o la iglesia de Santiago (que acogía las prédicas del doctor Cazalla) para finalizar en el actual Campo Grande, donde se ubicaba el quemadero: allí ardían quienes osaban pensar por su cuenta.
En ese espacio se recuerda el trágico final del ‘hereje’ con la intervención de Minervina Capa, la nodriza y amante de Cipriano Salcedo, “la única persona que le da amor en toda su vida”, recuerda Mercedes Asenjo, la actriz que la encarna.
Los actores realizan un canto a la inocencia y la tolerancia, y se cierra el telón en el silencio del Campo Grande.
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Ruta teatralizada del Hereje
Fecha: fiestas en torno a San Pedro Regalado (13 de mayo)
Inicio: plaza de San Pablo. Valladolid
Duración: Menos de dos horas
Entrada: Libre y gratuita. Los participantes se pueden sumar en cualquier punto del recorrido
No olvidar: llevar calzado cómodo y una mente abierta
Reportaje gráfico: Ricardo Ortega
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