El verano más extraño de nuestras vidas abrió paso educadamente al otoño, con la caballerosidad que caracteriza a esta especial estación del año. Es el momento de querernos a nosotros mismos.
¡Qué mal se nos da a veces queremos a nosotros mismos! Os propongo que este año nos queramos, nos amemos, nos besemos, nos acariciemos, que sintamos, que olamos, que respiremos, que confesemos, que nos abracemos. Que vivamos.
Vivamos nuestra tierra, digamos a la persona que tenemos al lado que la amamos, y hagámoslo con el Cañón del Río Lobos de fondo. No hay mucho que planificar, en poco tiempo estaremos disfrutando de esta maravilla de la naturaleza que tenemos al lado de casa y podremos decir eso que sabemos, pero que no decimos, te quiero.
Vivamos nuestra tierra con un beso de película. Un beso cariñoso en la mejilla a nuestro hermano. Un beso con pasión que rompa el silencio de la tierra castellana. Un beso protector en la frente. Como sea, pero vamos a besarnos divisando Tierra de Campos desde el Castillo de Montealegre. Ese beso jamás lo olvidaréis.
Vivamos nuestra tierra paseando de la mano por el Valle del Silencio, nuestras pisadas serán melodías. Agarra la mano de quien quieras y recorre esos caminos, respira, siente y vive. Cuando te canses, para y mira a esa persona notando las hojas caer entre ambos.
Vivamos nuestra tierra cerrando juntos los ojos y respirando el aire de las Merindades. Sí, cierra los ojos, siente la respiración de la persona especial que tienes al lado, ábrelos y enamórate de lo que te rodea, de todo.
Vivamos nuestra tierra sentados al amanecer frente a la iglesia de San Martín de Tours en Frómista. No te saldrán las palabras, solo una sonrisa al ver una estampa de libro que tenemos tan cerca de casa.
Vivamos nuestra tierra con un abrazo recorriendo las calles de Pedraza. Da igual por el día, o por la noche, no importa un abrazo cálido o un abrazo con pasión. Importa el sentir y el lugar. Sus calles de piedra y sus gentes acogedoras guardan nuestra historia para poder ser disfrutada.
Vivamos nuestra tierra haciendo ese regalo especial en las lagunas de Villafáfila. Esa flor que siempre has querido darle, ese anillo que será el comienzo, esa caja que guarda recuerdos solo vuestros. Dáselo allí, con las aves de fondo, con los palomares como testigos y con el frío otoñal como compañero de una tarde que no olvidarás.
Vivamos nuestra tierra con charlas interminables y confesiones que nos hacen más libres sentados en las Murallas de Ávila. Un lugar apacible, mágico, evocador. Un paseo difícil de olvidar con esa persona, con sus palabras.
Vivamos nuestra tierra con el amor y la pasión que se siente al sentarte en un banco en el huerto de Calixto y Melibea de Salamanca. Las horas pasarán como segundos entre sus árboles, sus fuentes, sus rincones…
Quiere, ama, siente. Nos hace falta. Viaja en Castilla y León para quererte más, para quererla más. No hace falta irse más lejos para amarte más, para amarle más. Siente pasión en cada calle, abrazos en cada senda, besos en el cuello en cada paisaje.
Ríete con una buena copa de vino en la mano. Duerme plácido después de degustar nuestra gastronomía única.
Somos nueve, pero seamos solo uno. Querámonos a nosotros mismos.
Rubén González es publicista y gestor cultural