Este peculiar monumento alcanza los 25 metros de altura y fue construido en 1903 en conmemoración de la proclamación del dogma de la Inmaculada
Fotografía de Basotxerri
Desde el verano de 2021 se encuentra vallado porque se cae a pedazos. Se trata del monumento a Nuestra Señora de la Antigua-Txarlazo, sobre el alto de la peña de Orduña y en el municipio burgalés de Villalba de Losa, aunque lindando con Vizcaya. A pesar de que se trata del primer monumento de España construido en hormigón armado, no goza de ningún grado de protección legal y su interior lleva cerrado dos décadas.
Por su pésimo estado de conservación, el monumento acaba de ser incluido en la Lista Roja del Patrimonio que elabora la asociación Hispania Nostra y que recoge más de 1.100 monumentos españoles que se encuentran sometidos a riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores.
Cerca de 120 año en lo más alto de la peña de Orduña
El 16 de octubre de 1903 se inauguró sobre el alto de la peña de Orduña un monumento conmemorativo de la proclamación del dogma de la Inmaculada, a una altura de 1.100 metros sobre el nivel del mar. La imagen que corona el monumento estaba iluminada por una potente luz de arco voltaico y de 12 focos eléctricos, formando la corona de estrellas.
Su forma de gigantesco árbol fue proyectada por el arquitecto barcelonés don Claudio Durán y Ventosa. Para su construcción se emplearon a 14 obreros catalanes, y se utilizaron veinte toneladas de hierro, cincuenta de cemento y gran cantidad de cal hidráulica de Zumaya. Además, se hicieron ocho detonaciones para aplanar la zona. Todo ello ascendió su a 150.000 pesetas, reunidas por suscripción popular que iniciaron los ex alumnos del colegio de Padres Jesuitas de Orduña.
En 1974-75 fue reparada por Retolaza, con un coste de 2.500.000 pesetas, haciendo reparación estructural, del tronco y ramas del árbol, eliminando la iluminación existente, sustituyéndola por cuatro pilastras externas.
El monumento constituye un árbol simbólico de 25 metros de elevación, sobre cuya copa aparece esculpida una imagen de la virgen, reproducción que se venera en el santuario del mismo nombre. En el interior del tronco del árbol hay una escalera de dos metros y medio de ancho, que da acceso a una espaciosa sala abierta en el hueco de la copa, cuyo diámetro es de diez metros; esta amplia escalera se prolonga hasta los mismos pies de la imagen, donde se abre una rotonda con un balcón con capacidad para 30 personas. Desde ella se vislumbra un magnífico panorama en el que quedan comprendidos 42 pueblos de cinco provincias, con la Cruz del Gorbea frente al espectador. La sala del interior de la copa recibe la luz a través de seis ventanales. En la parte baja se instaló una capilla para el culto.