Las relaciones entre vecinos no siempre son fáciles, y España y Portugal tienen una larga historia de desencuentros que han desembocado en una línea fronteriza plagada de impresionantes vigías de piedra
Daniel González.
Es la frontera más antigua de Europa con más de 7 siglos de historia. La Raya, como se conoce popularmente a la linde hispano-lusa, guarda en toda su extensión un reguero infinito de historias marcadas por el enfrentamiento entre dos reinos. Brotaron así un buen número de fortalezas en ambos lados del frente que, hoy, configuran un interesante itinerario al oeste de la provincia de Salamanca: la Ruta de las Fortificaciones de Frontera.
Pero la historia de La Raya trasciende la mera pugna territorial de estos últimos 7 siglos. Su rico entorno natural, resultado de un suelo que rebosa agua, ha propiciado el paso de distintas civilizaciones que han dejado su huella en forma de lagares, yacimientos de arte rupestres, castros o restos de edificaciones romanas.
De esta manera, la Ruta de las Fortificaciones de Frontera propone un recorrido por los elementos defensivos que se construyeron entre la época prerromana y el siglo XVIII en la zona oeste de Salamanca. En ella descubrirás la importancia estratégica que tuvo esta comarca y conocerás la evolución de los edificios defensivos a través de los siglos, desde los primitivos castros hasta las fortalezas abaluartadas de los siglos XVII y XVIII.
Vestigios prerromanos en el castro de Yecla la Vieja
Si lo que queremos es ordenar la ruta según antigüedad, el Castro de Yecla la Vieja será la primera parada. Situado a un kilómetro del municipio de Yecla de Yeltes, esta estructura defensiva se remonta al siglo V a.C.
El castro está rodeado por una muralla de mampostería de granito en seco, que estuvo habitado durante la época romana y parte de la Edad Media. Aquí también destacan los grabados rupestres que pueden verse esculpidos en las rocas. En el antiguo edificio de las Escuelas de Yecla de Yeltes se ha habilitado un Aula Arqueológica donde pueden verse distintos objetos relacionados con el castro.
San Felices de los Gallegos, un reducto medieval en los Arribes
Continuamos el viaje para llegar hasta la localidad de San Felices de los Gallegos. Este pintoresco pueblo, declarado Conjunto-Histórico-Artístico, está marcado por el paso de diferentes reinos e invasores. Su fundación en el siglo VII por un obispo de Oporto fue el comienzo de una historia llena de trifulcas y guerras medievales.
El pueblo fue arrasado por los árabes hasta su repoblación en el siglo X. Después su situación fronteriza con Portugal provocó que la villa fuera codiciada por los diferentes reinos de época, traducido en numerosas guerras y dueños de la villa, hecho que no impidió el florecimiento de su entramado urbano. Su último percance fue en la invasión de Napoleón, cuando la localidad fue ocupada durante tres años.
Testigo de tan aparatoso pasado es su castillo que se remonta al siglo XII. En sus muros puede observarse la evolución en las construcciones defensivas según las necesidades de cada época. Por sus dimensiones y altura, impresiona su torre del homenaje, reformada en el siglo XV. También conserva gran parte de la muralla, además de la fortificación del siglo XVIII construida durante la Guerra de la Independencia.
Una visita obligada para entender la profundidad histórica de esta zona es el yacimiento de arte rupestre de Siega Verde, declarado Patrimonio de la Humanidad, y situado muy cerca de San Felices de los Gallegos.
El Real Fuerte de la Concepción, el vigía más moderno y espectacular
No te dejes engañar por las apariencias. Esto parece decir el Real Fuerte de la Concepción, nuestra siguiente parada de la ruta. Situado en la localidad de Aldea del Obispo, se trata de una espectacular fortaleza abaluartada del siglo XVII reconvertida en hotel de lujo. Desde sus muros se advierten las tierras lusas a apenas 500 metros.
En esta fortaleza puede observarse el cambio de perspectiva en las construcciones defensivas de la época medieval a la moderna. En el siglo XVII la altura y el aspecto amenazante no debía ser percibida desde lo lejos, como pasa con la mayoría de los castillos medievales, sino que convenía acercarse para tomar conciencia de sus increíbles dimensiones.
Un camuflaje originado por unos muros parcialmente excavados sobre la tierra y al entramado de fosos que los rodean. Todos juntos forman a vista de dron una estrella de 16 puntas.
Estuvo a punto de desaparecer en la Guerra de la Independencia cuando por motivos estratégicos el ejército inglés comandado por el Duque de Wellington decidió su demolición. Pero la pólvora mojada por el mal tiempo le salvó de su completa destrucción.
Ciudad Rodrigo, una estrella en La Raya
Rodeada por el río Águeda sobre la cima de una colina, se levanta la magnífica ciudad-fortaleza de Ciudad Rodrigo. Palacios de granito renacentistas, una catedral tardorrománica, y una formidable muralla en forma de estrella con cinco impresionantes portones son algunos de los atractivos de este histórico municipio que tiene el título de “Uno de los pueblos más bonitos de España”.
Por su situación estratégica, Ciudad Rodrigo se convirtió en la Edad Media en una ciudad muy deseada. Puede presumir, además de ser una de las ciudades más antiguas de España, debido a que ya existía en la época de los romanos, cuando se conocía como Miróbriga.
El magnífico estado de conservación del doble sistema defensivo de la ciudad es sin duda uno de sus grandes gestas. Construida la cerca medieval en el siglo XII, aún a día de hoy se puede recorrer íntegramente la longitud de su paseo de ronda, desde el cual podremos apreciar los añadidos del siglo XVIII, realizados para adaptar las defensas de la ciudad a los modernos sistemas abaluartados.
Y no podemos irnos de Ciudad Rodrigo sin visitar el Alcázar de Enrique II de Trastámara, la otra gran construcción defensiva del pueblo. Fue construido en la parte más inaccesible, alta, escarpada y junto al río, para cumplir con su cometido defensivo. Data de finales del siglo XIV y destaca su torre del homenaje, de tres pisos y visitable desde el interior del edificio. Desde el año 1931 es Parador Nacional, siendo por tanto uno de los más antiguos de España.