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El Acueducto de los Cinco Ojos de Grijota, en alerta por filtraciones, erosión y desprendimientos

Además, presenta crecimiento de vegetación entre sus arcos superiores y abundantes actos vandálicos en su parte inferior

El canal de Castilla es la obra de ingeniería hidráulica más importante realizada en España entre mediados del siglo XVIII y principios del XIX. Su objetivo era convertirse en la vía de comunicación entre la meseta y los puertos del Cantábrico, buscando superar el aislamiento de Castilla con el resto de España y colonias. Las obras comenzaron en 1753 y finalizaron en 1849, siendo dirigidas por Carlos Lemaur y supervisadas por Antonio de Ulloa.

Su construcción fue esencial para el transporte del trigo del interior castellano hacia los puertos cantábricos. En el Canal de Castilla se establecieron multitud de harineras, almacenes y viviendas durante el siglo XVIII y principios del XIX. Para salvar el desnivel, fue necesaria la construcción de esclusas, mientras que para salvar el cauce de otros ríos se construyeron numerosos acueductos entre los que destacaban el de los Cinco Ojos, el de Abánades y el del Sequillo. En el caso del primer acueducto no es el que existió originalmente ya que una riada a mediados del siglo XX lo destruyó. Desafortunadamente no se reconstruyó siguiendo el modelo original y se realizó un nuevo acueducto de hormigón que a día de hoy también se encuentra muy deteriorado.

La estructura original estaba hecha a base de sillares de piedra, pero en el siglo XX se reconstruye utilizando hormigón. La actual estructura salva el cruce del río Valdeginate una vez el río atraviesa la Laguna de la Nava. Además, está formada por un puente de arcos bajo tablero y numerosos arcos de medio punto, siendo los más destacables los de la parte exterior pues dan mayor vistosidad al acueducto.

El acueducto presenta filtraciones en muchos de sus puntos, lo que pone en peligro su estructura. Además de este abundante goteo por las filtraciones, son observables otros desperfectos, entre ellos se encuentra el desprendimiento de alguno de sus relieves; las consecuencias de la erosión; el crecimiento de la vegetación entre sus arcos superiores, y, sobre todo, abundantes actos vandálicos en su parte inferior (pintadas). Además, sus alrededores se encuentran descuidados, son poco accesibles y la vegetación no está controlada, por lo que no es fácilmente observable.

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