El Club de Cazadores de Becada con Perro (CCBP) impulsa el conocimiento científico de la sorda mediante censos, anillamientos y colocando transmisores
La becada es un ave casi desconocida, sobre la que cada vez van teniendo más información biólogos y otros científicos. La recopilación de datos fundamentales sobre esta migratoria se debe, sobre todo, a la implicación de los cazadores y clubes.
José Antonio Garrido se inició en su caza en 1999, animado por su amigo David Rubio. Este leonés preside ahora el Club de Cazadores de Becada con Perro (CCBP).
José Ángel Martínez es el delegado en Castilla y León. Como todos los asociados, creen “a pies juntillas” en la caza sostenible y de futuro que defiende el CCBP. “No es cuestión de cazar más, sino de cazar mejor, dando mayor valor al trabajo del perro y al binomio cazador-perro de muestra. Y de defender el mantenimiento de la caza de una especie a través de su mayor conocimiento y de asumir una responsabilidad no solo como meros extractores de ejemplares sino como gestores de sus poblaciones”, recalca Garrido.
La delegación de Castilla y León está formada por 57 socios, sobre todo de Burgos y León. Muchos otros del País Vasco, Asturias y Cantabria cazan en la región castellanoleonesa. El Proyecto Becada, que pusieron en marcha desde la fundación del Club, recopila los datos de jornadas de caza y capturas de socios y no socios. Más de 200 socios aportan información, lo que le da una gran solidez y reconocimiento. “Castilla y León es la comunidad autónoma donde más datos recabamos, año tras año”, afirma el presidente.
Por su parte, el Proyecto Roding que también desarrolla el mismo club trabaja sobre las poblaciones sedentarias en España. Cuentan con un grupo de anillamiento propio con varios equipos por regiones, llegando identificar así unas 300 becadas por temporada. En Castilla y León hay datos de becadas sedentarias en casi todas las provincias, y cada año se descubren en nuevas zonas.
No olvidan realizar censos de contrapasa en febrero y marzo para analizar los movimientos de regreso a los cuarteles de cría. En el ámbito de la cinofilia, el Máster CCBP es ya una realidad consolidada con catorce pruebas por toda la geografía. En la competición se evalúan las cualidades del perro en la búsqueda de pitorras, siempre sin matarlas.
El Club ha suscrito convenios de colaboración con diferentes entidades y administraciones y, desde sus inicios, pelea por implantar que la temporada de caza sea de octubre al 31 de enero, tres días de caza a la semana, un cupo de tres becadas por cazador y día, además de la prohibición de la caza al paso. “Hemos conseguido que en muchas comunidades se hayan incluido estas medidas de gestión”, comenta orgulloso el delegado de Castilla y León.
“Solo buscamos mantener nuestra pasión fuera del peligro prohibicionista que persigue a la caza, a través de aportar datos que demuestren que nuestro aprovechamiento cinegético es compatible con el mantenimiento de unas poblaciones sanas de la especie. Y en este sentido seguiremos trabajando”, respalda Garrido.
Poblaciones estables
Están en diferentes ferias, seminarios, charlas y otros eventos con actividades didácticas dirigidas a los cazadores de becada, con el fin de mejorar el conocimiento de esta ave. Luchan activamente contra la comercialización de la migratoria, que está prohibida, aunque se sigue vendiendo en gran cantidad de restaurantes y empresas cárnicas. Han presentado muchas denuncias.
En la región se mantienen estables las poblaciones, con lógicas fluctuaciones en función del tiempo atmosférico de cada temporada. “No hay que olvidar que depende mucho de la climatología reinante para alimentarse. Los años secos y fríos, en general, no son buenas temporadas”, reseña Martínez. El Proyecto Becada atestigua la estabilidad en las poblaciones. “Los diferentes proyectos científicos del CCBP han puesto al descubierto mucha información hasta ahora desconocida, como ha desvelado la radiotelemetria: la velocidad de vuelo, que vienen de más allá de los Urales; que se consideraba una barrera montañosa insuperable para la especie…”, enfatiza.
Con el Roding han obtenido datos de becadas sedentarias en lugares desconocidos y se ha establecido cuándo comienza periodo reproductor en la península.
“Por supuesto que hay cuestiones todavía desconocidas. Nunca dejan de sorprendernos”, apunta Martínez en defensa de la labor científica del club. “Hoy en día hay que defender la caza con datos, y si de becadas hablamos, el CCBP es el único que defiende la especie y su caza sostenible a través de todas sus iniciativas”, apostilla el delegado del club.
Acaban de hacer realidad otro antiguo “anhelo del Club: conseguir el alquiler o cesión de un terreno cinegético donde centralizar nuestros estudios sobre la especie y nuestros socios puedan participar más activamente en ellos, haciendo un aprovechamiento de la becada sin muerte. Así es posible poner en forma a los perros o adiestrar a nuestros cachorros mientras se realizamos conteos para obtener más información sobre movimientos de pasa y en zona de invernada, en función de las condiciones meteorológicas. Lo hemos llamado La Casa de la Becada. Y acabamos de lanzarlo gracias a la colaboración con el Ayuntamiento de Garralda, en Navarra”, reseña Garrido.
Caza y estudios científicos
Los miembros del Club de Cazadores de Becadas con Perro compaginan su actividad cinegética, siempre con pretensiones de que sea sostenible, con la faceta investigadora. Por ejemplo, Scolopax nació del empeño de algunos socios en aplicar las últimas tecnologías al estudio de la becada. Estudian las migraciones después de colocar radiotransmisores todos los años a diferentes individuos.
“El CCBP fue pionero mundial al ser la primera vez que un ave de menos de un kilo de peso portaba un aparato de estos”, señalan. Actualmente se lleva a cabo también en otros países europeos como Francia, Italia y Reino Unido, con más de cien becadas equipadas anualmente.