Durante las últimas semanas muchas zonas de España han visto cómo algunos animales salvajes –ciervos, jabalíes, etcétera– se acercaban a sus núcleos urbanos en busca de comida o atraídos por la falta de movimiento. Una situación que, con la vuelta a la normalidad y según Acierto.com, podría incrementar el riesgo de accidentes. El comparador de seguros de coche ha querido arrojar algo de luz acerca de este problema.
Así, en los últimos años los accidentes con animales se han saldado con hasta 58 muertes y más de 200 heridos graves. Los jabalíes –30%–, perros –30%– y corzos –17,5%– acaparan casi el 80% de la siniestralidad. Las provincias más afectadas son Soria, Burgos y Guadalajara, aunque con el confinamiento son muchas las localidades las que se están sumando a la lista.
Además, 8 de cada 10 accidentes de este tipo se producen en carreteras convencionales, principalmente en otoño y primavera, y la cifra va en aumento. El 88% de los conductores asegura haberse encontrado alguna vez con un animal en la carretera, y hasta el 57% haber sufrido un accidente con alguno de ellos. Respecto al coste medio por siniestro, alcanza los 1.200 euros, pero si hay lesionados o fallecidos puede dispararse hasta los 7.000 euros.
Cómo actuar en caso de accidente con un animal
En caso de accidente con un animal lo primero que deberemos hacer es detener el vehículo con cuidado, utilizar las luces de avería, ponernos el chaleco reflectante antes de bajar del coche y señalizar correctamente la zona con los triángulos de emergencia. En cualquier caso, huir del lugar no es una opción (además conlleva una multa de 200 euros). Seguidamente pueden darse varios supuestos.
Por ejemplo, si hemos atropellado a un perro suelto en la vía deberemos avisar a la Policía o a la Guardia Civil para que realicen el atestado e identifiquen al propietario del animal. Si se consigue, el conductor podrá reclamarle los daños ocasionados en el atropello.
Ahora bien, si resulta imposible localizar al dueño, la única opción será contar con un seguro a todo riesgo con cobertura de daños propios, o con una póliza con cobertura de daños por colisión con especies cinegéticas que incluya los animales domésticos –y no solo los cinegéticos–. Ambas se harán cargo de los gastos del siniestro.
Aquí cabe matizar que si el perro va correctamente atado y circula por una vía para peatones la situación cambia. En este caso será el conductor el responsable del atropello y, consecuentemente, deberá indemnizar al propietario y correr con las facturas del veterinario. Aquí actuaría la Responsabilidad Civil, un básico presente en cualquier seguro de coche (eso sí, siempre dentro de los límites contemplados por la póliza).
Accidente con animal cinegético
En caso de que el animal atropellado pertenezca a una especie cinegética, será el conductor quien se haga cargo en la mayoría de casos. No obstante, existen una serie de excepciones: que en ese momento se esté produciendo en una cacería o que haya tenido lugar doce horas antes, que el titular de la vía no haya impuesto las medidas adecuadas para evitar que los animales salten a la carretera, y que no exista una señalización específica.
En estos casos y si circulas por zonas de caza con recurrencia, lo más recomendable es contar con una cobertura específica de colisión o atropello de animales cinegéticos. Esta suele estar presente como una garantía de serie en el seguros más completos –a todo riesgo– o contemplarse como prestación opcional. Aquí dependerá de la póliza y de la compañía.
No obstante, para que la aseguradora se responsabilice y tal y como apunta Acierto, suele ser necesario dar parte a la Guardia Civil o al Seprona. Asimismo, son cada vez más las compañías que amplían esta cobertura a otros animales como los domésticos.
Precauciones para evitar accidentes con animales
Lo ideal, sin embargo, es reducir al mínimo el riesgo de accidente por atropello a un animal. Por ejemplo, evitando conducir de noche por zonas deshabitadas, con mucha vegetación o de caza. Si hemos de hacerlo resulta conveniente usar los faros antiniebla delanteros, ya que nuestro campo de visión se reduce y no vemos al animal con tanta antelación.
También es recomendable extremar las precauciones de día por estos lugares, reducir la velocidad, evitar los volantazos y controlar los laterales de la calzada.
Los expertos, por su parte, recomiendan adaptar la maniobra del coche al tipo de animal. En el caso de los pequeños por ejemplo, se estima que en ocasiones esquivarlos puede resultar más peligroso que no hacerlo –puede implicar chocar contra un árbol o salirse de la calzada–.
En este punto no podemos dejar de mencionar los ecoductos. Se trata de puentes verdes o pasos de fauna salvaje sobre carreteras o líneas férreas acondicionados con vegetación que permiten el paso de animales. En el caso de algunos países como Suecia este tipo de construcciones disminuyen hasta el 70% los atropellos de animales.