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Un recorrido por la cata de los reserva

Doce años después del inicio de la andadura de la revista Argi, reconvertida ya en un nuevo
proyecto de ocio y cultura que se vuelca en los tesoros novedosos y centenarios de nuestra
Comunidad, Más Castilla y León quiere echar la vista atrás para embriagarse con el recuerdo
de las degustaciones que tuvieron como protagonistas a los caldos más emblemáticos
de las bodegas que jalonan nuestra tierra y nuestra historia.
Hoy los reserva de siempre vuelven a ser protagonistas.

La primera cata oficial de nuestra revista, en verano de 2007, nos llevó a la comarca abulense de Cebreros, donde un gran tinto de Bodega Benito Blázquez, fue el primer reserva que saboreamos con esta valoración:

El Monteperlado especial, reserva 1998, cien por cien garnacha, destaca por su mineralidad y su expresión de terruño. Su uva aporta una boca elegante y nariz floral y frutal con ciertos toques mineralizados.

Entrado el otoño del mismo año, el equipo de Argi metió la nariz en una tanda de vinos portugueses seleccionados: una cata que quería servir de contraste entre las vinificaciones de un río –el Duero– y su valle común, pero con personalidades muy distintas. Se cataron cuatro tintos reserva del 2005, una añada de las más secas de las últimas décadas, con este resultado:

La Rosa (de Quinta da Rosa Vinhos), con 18 meses en roble francés, resulta un vino muy internacional, el más mediterráneo de la selección, dulce y con una acidez prudente. Denso, carnoso y con recuerdo a hierbas balsámicas.

Quinta da Casa Amarela (de la bodega del mismo nombre), envejecido 12 meses en roble francés y americano, resulta tradicional y rústico en el que se notan la vainilla y los tonos especiados del roble americano. Terroso, calizo y de fruta muy madura, también placentero con toque a regaliz y ligeramente licoroso.

Altano (de Symington Family Estate) tras 10 meses en roble francés y americano resulta comercial, cálido y equilibrado, maduro y licoroso pero compensado entre acidez y alcohol. En definitiva, amable en boca con notas de hierbabuena.

Duas Quintas (de Ramos Pinto Vinhos), con 14 meses en roble francés, muestra su mineralidad, propoleos y mieles. Barroco en nariz, contiene toques vegetales y herbáceos. Carnoso, caliente y denso, en boca resulta aterciopelado.

Echaba a andar 2008 cuando el comité de cata de Argi se sumergió en la, por entonces, recientemente aprobada Denominación de Origen Arlanza. De un total de 40 muestras catadas y 14 que destacaron, tres reservas merecieron nuestra referencia:

Dominio de Manciles (reserva 02, Coop. Villalmanzo, Bod. Arlanza), con 24 meses en barrica, resulta un tinto diferente de buen recorrido en boca. Rojo guinda con reflejos caoba, de aromas limpios, frutos secos y un final de trufa, se muestra sedoso en boca y con una retronasal algo mineral.

Viña Leticia (reserva 02, Hijos de Máximo Ortiz González), con 14 meses en barrica, parece un vino corpulento con buenas maderas. De color rubí intenso y matices de guinda, aromáticamente  resulta balsámico y tostado. En la boca, sedoso y untuoso.

Vega Rubias (reservas 01, Bod. Covarrubias Salud), con 6 meses de barrica, muestra cierto olor a humo, azúcar torrefacto y fruta madura. De un tono rojo guinda con irisaciones atejadas, recuerda a la flor de almendro, a especiados y a briznas de licor. De tanino pulido, pasa fácil.

El impulso de la joven Denominación de Origen
Tierras de León ha puesto las pilas a los enólogos.

En la siguiente escala de cata, nuestro comité recaló en Tierras de León, donde el impulso de la joven Denominación de Origen había puesto las pilas a los enólogos. Del medio centenar de vinos analizados, los tintos despertaron el mayor interés como expresión de la prieto picudo, una uva peculiar, diferente y poderosa. Y de ellos, éstas fueron las referencias al par de reservas catados:

Don Suero (reserva 2000, Bod. Vile La Finca) es un tinto de corte clásico cubierto de color. Con larga crianza en barrica y botella, se muestra serio en nariz, con notas de cuero y altos tostados. Aromas de azahar, dátil, pasas secas y piel de membrillo. Es un vino serio, ligero en boca.

Los Silvares (reserva 2004, Bod. Pedro Marcos) llega a la copa con un color rojo rubí y matices bermellones. En la  nariz asoman notas de vainilla, café-cacao, eucalipto y regaliz sobre fondo de fruta madura. En boca, armónico y compensado, con tanino equilibrado y recuerdos de trufa negra.

 

En primavera del 2008 llegaban a las páginas de nuestra revista once vinos de Castilla y León que habían nacido con la Autonomía –allá por 1983– y celebraban, con ella, los 25 años. Si los catadores esperaban encontrarse con «bonitos cadáveres» de vinos finiquitados, las copas les devolvieron sensaciones bien diferentes:

El Vega Sicila «Único» (Bod. Vega Sicilia), el único elaborado para envejecer, llega a la copa con un color más vivo que el resto. En la nariz, rico en matices con notas de hojarasca, tabaco, balsámicos y tostados.

El Valsotillo (Bod. Ismael Arroyo) le sigue en buen comportamiento, mostrándose un Ribera de color caramelo yodado y con una nariz agradable, especiada, licorosa y finas sensaciones de pasas en la boca.

Torremilanos (Finca Torremilanos) tampoco defrauda en la cata y aguanta el tipo sin caer del todo gracias a la uva de una estupenda cosecha y su cuidada elaboración.

El Gran Colegiata (Bod. Fariña) resulta la verdadera sorpresa. Elaborado sin pensar en tan largo envejecimiento, llega a la copa muy vivo, con colores cobrizos, asomas sutiles y una acidez sorprendente.

Para aquel mismo verano, seis caldos de nuestra región destacaron entre los mejores en la edición de los Premios Manojo 2008 y Argi quiso constatar que Castilla y León produce vinos de calidad a precios más que asequibles. De entre ellos, reseñaron un reserva merecedor de la Plata en su categoría:

Senderillo (reserva 2004, Bod. Torremorón), bien elaborado, parte de viñas casi centenarias. Destaca por su intensidad de color, rojo bermellón en el centro. En la nariz, aromas de regaliz, trufa, confituras silvestres, ciruelas negras y licor de endrinas. De tanino pulido y redondo, su precio lo sitúa entre las referencias más destacables.

En plena canícula agosteña del 2008, la orilla torensana del Duero fue cómplice de una reunión singular: los creadores y representantes del 85 por ciento de las bodegas de la pequeña Denominación de Origen de Toro se conjugaron en una cata de más de una treintena de tintos honestos y con carácter, de entre los que Argi reseñó tres reservas:

Finca Sobreño (reserva 03, Bod. Sobreño), de aspecto granate y lágrima catedral, da en la nariz a confitura de fruta roja, regaliz de palo, dátiles y ligeros tostados. En boca, cremoso y sedoso, de momento óptimo para el consumo.

Marxuach (reserva 04, Bod. Marxuach), de granate intenso y brillo bermellón, ofrece nariz melosa, higos, canela y fondo de vainilla. En boca es denso, largo y tanino redondo con sensación retronasal de ciruela negra.

El Marqués de Olivara (reserva 03, Bod. Marqués de Olivara) es de ribetes cárdenos y capa granate. En nariz da a fruta madura, cacao, especias, café y ligeros torrefactos. En boca ofrece un tanino cremoso, sedoso y potente.

Los caldos de la DO Cigales
han alcanzado la mayoría de edad.

Nos detenemos ahora en la primavera del 2009. La ruta de catas lleva al equipo de Argi hasta tierras de la Denominación de Origen de Cigales para constatar que sus caldos han alcanzado la mayoría de edad. De la reseña de 21 rosados y otros tantos tintos –de entre el doble de vinos catados–, destacan un par de reservas:

Sinforiano tempranillo (reserva 03, Bod. Sinforiano Vaquero) llama la atención  por su cuerpo y color. Rojo intenso con aromas de intensidad media, fruta y madera ya fundidos, ofrece un digno equilibrio entre acidez y alcohol.

Viña Rufina (reserva 01, Bod. Santa Rufina) resulta un vino destacado. Un tinto ya hecho, pulido y con abundantes notas especiadas y licorosas. Ofrece recuerdos a dátil y a ahumados mientras en boca aparece ligero, suave y persistente.

En otoño de aquel año, anticipando la temporada de celebraciones y brindis, nuestra cata profesional cedió sus paladares a un paisaje vinícola que había dejado de ser anecdótico: el de los espumosos elaborados con el método tradicional. Dos reserva se colaron entre las reseñas del medio centenar de vinos con burbuja:

Ariane Brut Nature Reserva 07 (Bod. Liberalia Enológica), realizado con un 92% de verdejo y un 8% de moscatel de grano menudo, con 20 meses de rima y un degüelle de última hora. Capaz de participar en toda una comida, desde el aperitivo al postre.

Txapana Brut Nature Reseva 03 (Bod. Arzuaga-Navarro), elaborado con las variedades chardonnay y merlot al 50%, ha pasado en rima más de 40 meses y se degolló en noviembre del 2008. Sin duda, comparable en calidad a otras regiones de espumosos renombrados.

Durante el corto y cálido verano de 2011 en tierras sorianas, el equipo de Argi atendió la llamada de esta recóndita zona de nuestra DO más conocida, Ribera del Duero, desde donde sus caldos, de una innegable personalidad marcada por la orografía, reclamaban con razón un posicionamiento destacado. Un reserva se coló entre las quince reseñas tras la cata de todos los tintos elaborados en las siete bodegas de la Ribera del Duero soriana:

El Silentium Reserva 2005 (Bod. Castillejo de Robledo) ha pasado 16 meses en barrica. De un bonito color con reflejos morados, ofrece aromas de vainilla, frutas maduras, especias y pimienta negra. Resulta muy maduro, a punto para beber y deja una boca opulenta y redonda.

Cerca de brindar por el año 2012, la caravana de catas de Argi recaló de nuevo en los espumosos: sólo 24 bodegas iban a lanzar espumosos a un mercado en que todavía es difícil competir con las grandes firmas cavistas, y no por la calidad de los caldos de nuestra Comunidad. Bodegueros y enólogos defendieron la tipología de los espumosos como una aportación importante de Castilla y León al total de los caldos nacionales. Tres reserva entraron en la cata:

Fuctus, brut reserva 2007 (Godelia), de la variedad godello al 100% con 36 meses de rima y degüelle a principios de diciembre.

Xamprada, extra brut reseva (Palacio de Canedo), al 50% de las variedades godello y chardonnay, con rima de 24 meses y degüelle mensual.

Cantosán, reserva especial (Yllera), elaborado con 100% verdejo, con más de 36 meses de rima y degüelle apenas un mes antes de la comercialización.

Tras la vendimia de aquel año, la Denominación de Origen Cigales merecía que Argi se detuviera en un terruño que continúa engordando su medallero en los concursos internacionales gracias a su tradicional clarete… a menudo considerado el mejor rosado de España. Pero más que eso, Cigales ha apostado por la modernidad, abriéndose a dulces y espumosos, y sobre todo elaborando un tinto que supone casi la mitad de la producción de la zona. Nuestro reportaje resaltaba un buen reserva:

Calderona reserva 2005 (Bod. Frutos Villar) es un tinto 100% tempranillo con 13 meses en barrica de roble americano. DE color rojo picota con reflejos rubí intenso, es un tinto brillante que resulta complejo en nariz, con tonos balsámicos y especiados. Su fondo recuerda a los frutos rojos y en boca resulta largo, sabroso, persistente y agradable.

Cada nuevo tiempo implica, cuando no impone, una evolución. Las catas de Argi avanzan en la misma línea y, preocupados ante la caída de consumo de vino y la ausencia de jóvenes entre sus consumidores más habituales, propone una nueva cata congregando a nuevos perfiles que reflejen nuevas sensaciones. Cinco caldos suben a la palestra: un verdejo de Rueda fermentado en barrica, un rosado de Cigales y tres tintos de la Ribera entre los que incluyen un reserva.

El Arzuaga reserva 2009 (Bod. Arzuaga-Navarro) condensa las virtudes de la Ribera del Duero. De color cereza oscuro, recuerda a fruta fresca y es digno de degustar de forma reposada; tiene escasa acidez y resulta carnoso. Lo mejor, que aún promete mejorar.

El gigante Protos lidera la producción
del vino en la comarca entre Valladolid y Burgos.

La historia de la Ribera del Duero es, en buena medida, la historia del gigante Protos que lidera la producción del vino en la comarca entre Valladolid y Burgos. Con viñedos y caldos de las tres Denominaciones de Origen más importantes de la Comunidad (Rueda y Cigales, además de Ribera), sus tintos originales siguen resultando emblemáticos. De ellos, un reserva se erige en pura expresión de las bodegas:

Protos Selección, Finca El Grajo Viejo, tinto reserva, es fruto de viñedos con más de 70 años y se elabora sólo en añadas excelentes, vendimiadas de forma manual en cajas de 20 kilos. Tras una cría de 18 meses en barrica de roble francés nuevo obtiene un color cereza oscuro con reflejos violeta. En nariz es potente, a fruta negra y tostados; en boca, de sabor intenso recuerda a bayas rojas, a madera y a pimienta negra.

Una de las últimas catas antes de la renovación de Argi, reconvertida en Más Castilla y León, tendió sus copas a doce grandes vinos de la Comunidad que se citaron para ofrecer distintas visiones de la enología: algunos, sorprendentes por su innovación; otros, destinados a recordarnos por qué ciertos apellidos de las DO de Rueda y Ribera figuran en el Olimpo del vino nacional. De entre ellos, se saborearon tres reservas:

Solideo, reserva 2011 (Dehesa de Canónigos) es un reserva de 24 meses que guarda mucha longevidad. Con otras de regaliz y fruta negra, en boca es elegante y armónico, con finos taninos que encaminan a un final persistente.

Tierras de Cair, reserva 2010 (Dominio de Cair) regala un color picota con ribetes violáceos. En nariz es intenso y equilibrado entre fruta y madera. En boca es amplio, complejo y contundente, con un tanino dulce que lo hace sedoso, largo y persistente.

Hacienda Monasterio, reserva 2011 (Bod. Hacienda Monasterio) es un vino maduro con buen potencial de envejecimiento pero apto para beber a corto plazo. Rojo oscuro, con aromas generosas y presencia mineral, en boca es serio y elegante con un ligero mentolado.

Poco después, un reportaje vinícola de Argi nos llevó a tierras de Cigales y no para incidir sobre los vinos de más tradición de la zona, sus claretes, ni sobre sus rosados, a los que debe principalmente su fama. Hablamos de los grandes desconocidos: los tintos de uva tempranillo  y suelos terciarios que tanto carácter les otorgan. Y de ellos, los de la Finca Museum, dedicada desde su implantación a la recuperación de viejas cepas. Un tinto reserva se erige en el buque insignia de la bodega:

Museum reserva (Finca Museum), con su crianza de 22 meses en barrica francesa, es un vino redondo. Rojo picota con ribete de matiz morado, en nariz recuerda a frutos rojos. De carácter muy atlántico, al mover la copa aparecen matices de regaliz, jengibre, especias y torrefactos. En boca resulta sabroso y aromático.

Dos reserva de CyL merecieron galardones
en los últimos Premios Manojo 2018

Los últimos Premios Manojo, encargados de reconocer los mejores vinos de cooperativas del país, reunieron 517 vinos en su XVII edición celebrada en primavera de 2018; vinos analizados –y sobre todo saboreados– por un comité de 49 enólogos. Dos vinos de Castilla y León merecieron galardones en la categoría de tintos reserva:

Arco del Reloj, reserva 2012 (Coop. Covitoro), merecedor del Manojo de Oro, ha permanecido 14 meses en barrica nueva de roble francés y americano, y 12 meses en botellero para su afinamiento. De un rojo oscuro profundo, en nariz da aromas tostados, malta y humo mientras en boca resulta estructurado y equilibrado con cierto recuerdo a frutos rojos.

El Dominio de Manciles, reserva 2014 (Coop. Villalmanzo, Bod. Arlanza), galardonado con un Manojo de Plata, presenta un rojo granate brillante tras 24 meses en barrica de roble francés y americano. De aroma potente a frutos negros confitados, roble cremoso y especias dulces, en boca aparece sabroso, potente, con taninos maduros y persistente.

Hasta aquí las referencias que, a lo largo de doce años, el equipo de Argi –ahora Más Castilla y León– ha dedicado, con entusiasmo y vocación, a la presentación de nuestros caldos reserva; vinos todos ellos que, por nuestra parte, merecen un buen rato para su disfrute pausado.

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