“El alma de nuestra tierra se encierra en los pucheros”. Con esta frase, en pleno siglo XVI, Santa Teresa quiso ensalzar la riqueza de los productos que emanaban de la tierra de Castilla y León, que hacen que la región pueda presumir de ser ‘la despensa de calidad de Europa’.
Y es que los productos de la alacena más importante de España llevan integrados en su personalidad el contraste de los paisajes, del secano y el regadío, la riqueza de la tierra y el carácter de sus gentes. Es tan rica y variada como como todos ellos. Este gran patrimonio agroalimentario ha sido reconocido con más de 50 denominaciones de calidad entre alimentos, productos elaborados y vinos, lo que ha convertido a Castilla y León en la comunidad autónoma con mayor número de marcas de calidad a nivel nacional.
La mayoría de las empresas son de carácter familiar
La excelente calidad de estos alimentos no es solo producto de los privilegiados atributos de la tierra donde se producen, sino que también es el resultado de la dedicación y el esfuerzo de las 36.000 personas que trabajan en el sector alimentario, que suponen el 27% del empleo total del sector industrial. En cifras, el sector agroalimentario de Castilla y León está compuesto por más de 3.000 empresas, que en casi sus tres cuartas partes son pequeñas y medianas, y de carácter familiar, asentadas fundamentalmente en los núcleos rurales. Ello tiene la ventaja añadida de asentar población en este medio y frenar la despoblación que lo amenaza. El buen hacer de todos ellos han convertido a este sector en la primera industria regional, que ha alcanzado en los últimos tres años un volumen de negocio con un valor medio de 9.000 millones de euros, lo que representa el 10% del sector agroalimentario a nivel nacional. La mayor facturación procede del subsector de industrias cárnicas, con cerca de 2.083 millones de euros, seguido de industrias lácteas, con
(Más información: Revista Argi)M
