El escudo, un símbolo que expresa autoridad y valida documentación de carácter oficial, pero que también recoge años de historia, representa cohesión y sirve de identificación y pertenencia hacia una colectividad territorial.
En Arevalillo, un municipio abulense castigado por la despoblación, donde se encuentran censadas 60 personas, pero «viven 20 ó 30», están de estreno, pues la figura heráldica no había llegado hasta entonces. Los investigadores Eduardo Duque y Juan Fernández han sido los encargados de estudiar los fundamentos históricos y técnicos que justifican la propuesta municipal.
El escudo tiene forma de cuadrilongo, timbrado con la corona real española. Lo componen dos cuarteles. El primero de ellos refleja a San Cristóbal, titular de la iglesia parroquial y patrón de la población, con el niño Jesús en brazos. Para el segundo se ha elegido una figura de una vaca y otra de una oveja como referencia a la tradición ganadera de la localidad.
La bandera, siguiendo los colores que figuran en el escudo, estará compuesta por esmalte gules (rojo vivo) y oro (amarillo). Sin embargo, habrá que esperar para observarla al ritmo del viento porque «todavía está en fase de que pueda haber algún recurso contencioso», asegura Fernando Hernández, secretario del ayuntamiento.

La novedad ha despertado un gran entusiasmo entre sus vecinos. «Para mí es importante porque nunca lo hemos tenido. Se ha recogido en él a San Cristóbal, que la gente le tiene mucha devoción porque es el patrón del pueblo y el de los conductores», reconoce Fernando
Una localidad ligada a la emigración a América, pues se recogen en un foro de internet, testimonios de hijos y nietos de arevalillenses que habiendo hecho su vida en países del sur del continente, se han interesado en conocer sus raíces. Ahora, desde la distancia, podrán verlas reflejadas bajo el nuevo símbolo que estrena el municipio abulense.