spot_img

Secretos ocultos en Villalba de los Alcores

Los misterios se escapan por entre las grietas de esta fortaleza, erigida en plena llanura de los Torozos. Deberemos recorrer las calles y las ruinas de la localidad vallisoletana para hallar respuestas a nuestras preguntas, para descubrir su relación con la alta literatura y con episodios luctuosos de nuestra historia

Ricardo Ortega

Alguien dijo alguna vez que «en España, la mejor manera de guardar un secreto es escribirlo un libro». Fue un escritor que mantuvo fuertes vínculos emocionales con Villalba de los Alcores, en Valladolid, y su figura (y su reflexión) nos recuerda cómo los misterios se pueden mantener durante décadas a la vista de todo el mundo. Incluso aunque se sustenten en un castillo erigido, orgulloso, en mitad del páramo.

Hay mucho de la historia de España encerrada entre los muros quejumbrosos de la fortaleza de Villalba. Son secretos fantasmales, que se escapan por entre las grietas del edificio en forma de artículo periodístico, o entre las páginas de un libro, pero que siguen ocultos para una gran parte de la población.

Quizá lo más interesante de este inmueble radique en su principio y en su final, que parece acercarse a marchas forzadas. En cuanto a los orígenes, los historiadores barajan numerosas hipótesis, aunque existen pocas dudas de que fue la Orden de San Juan de Jerusalén, o de Malta, quien decide la construcción después de ocupar los Torozos y Tierra de Campos en el siglo XII. También se atribuye a esta orden militar la construcción de la primera muralla de la localidad.

El castillo preside el caserío de Villalba de los Alcores.

Francisco Antón, catedrático de la Universidad de Valladolid, escribía en 1953 en las páginas de ‘El Norte de Castilla’ que las naves que rodeaban el patio del castillo estaban destinadas a alojamiento. En la primera planta dormían los hombres de armas y en la segunda, los nobles, en una estructura típicamente conventual, un caso único en España y que solo tiene parangón en fortalezas levantadas en Oriente Medio. Un dato que parece subrayar la relación con la Orden de Malta.

En la segunda mitad del XII las luchas entre León y Castilla fueron muy violentas y la frontera de ambos reinos se convirtió en un inmenso campo de batalla. Así se explica la sucesión de fortalezas desde Montealegre de Campos y la propia Villalba hasta Tiedra, Urueña, Villagarcía de Campos o Mota del Marqués.

Una de las estancias de la casa anexa a la fortaleza, hoy deshabitada y que forma parte de la misma propiedad.

Grandes linajes

La villa fue propiedad de diferentes grandes linajes a lo largo de las edades Media y Moderna. A comienzos del siglo XV se produjo una revuelta que el conde de Benavente, Rodrigo Alonso Pimentel, aprovechó para tomar la localidad tras cuatro meses de asedio. El castillo y la muralla que circundaba el casco histórico sufrieron grandes daños.

Esas infraestructuras defensivas fueron reparadas, pero con el tiempo entraron en una profunda decadencia, al perder su función defensiva. Las murallas de Villalba comenzaron a deteriorarse mientras muchos de sus cubos eran convertidos en viviendas.

Damos un salto temporal. El castillo permanece en poder de los condes de Castilnovo hasta su venta, en 1860, a Cipriano de Rivas Díaz, secretario del Rey, por 120.000 reales de vellón.

Emiliano Rico, uno de los vecinos que más han trabajado por recuperar el inmueble.

La nieta de Cipriano es Dolores Rivas Cherif, que en 1929 se casa con Manuel Azaña, futuro presidente del Gobierno y de la República. Azaña, destacado ensayista y novelista, pasa algún verano alojado en la casa aneja al castillo, que forma parte de la misma propiedad. Invita a personas cercanas a pasar alguna temporada, y nunca la villa había acogido personalidades tan destacadas como Miguel de Unamuno, José Ortega y Gasset o Ramón Pérez de Ayala.

Dolores y Manuel se han conocido a través de un hermano de ella, Cipriano de Rivas Cherif, dramaturgo, poeta y periodista amigo íntimo de él. Fallecido en 1967 en su exilio mexicano, era padre del poeta Enrique de Rivas, el último de los propietarios de la fortaleza conocido en el pueblo.

Aclarado el aspecto genealógico, podemos regresar al castillo. Se proclama la República en 1931 y el inmueble recibe la declaración de Monumento Nacional. La propiedad es expropiada al llegar la Guerra Civil y será sede durante años del Auxilio Social de Falange, cuyo escudo sigue dibujado -con trazo infantil- sobre la pared de una de las estancias.

Bodega del castillo y antiguo curadero de quesos.

Pasado el tiempo el conjunto regresa a las manos de sus propietarios, que ya no residen en España. Hasta el año 2001 se usan algunas dependencias de la fortaleza como almacén y curadero de los afamados quesos de Villalba, hasta que los servicios de la Junta declaran que el inmueble no reúne las condiciones.

Otro hito llega en 2011, cuando Enrique de Rivas gana el juicio a los inquilinos del castillo, que durante décadas han pagado un alquiler de 105 euros anuales por el uso de la fortaleza y la vivienda.

Los hermanos Emilio y Lucio del Campo, empeñados en preservar la memoria de la fortaleza.

El 3 de enero de 2021 fallecía en México Enrique, de modo que hoy el conjunto forma parte del patrimonio de sus herederos. La casa no está habitable y por su tejado se cuelan todo tipo de inclemencias, aunque todavía conserva detalles que revelan cómo fue la vida de quienes recorrieron sus amplias estancias, sus pasillos, quienes deslizaban la mano por su balaustrada de madera. Los estragos son aún mayores en el castillo, que necesitaría con urgencia un compromiso con la Administración.

Por cierto, el avezado lector ya se ha dado cuenta de que fue Manuel Azaña quien acuñó la frase de que los secretos están mejor guardados en los libros. Harán falta más que reportajes para que la historia de este inmueble único tenga un final feliz, de esos que no suelen darse en este cínico, fatalista siglo XXI.

Reportaje gráfico: Ricardo Ortega Bombín

spot_img

#MÁSCYL RECOMIENDA

ESCAPADAS DESTACADAS

José Luis Puerto examina las huellas del filandón en «Veladas campesinas de invierno»

José Luis Puerto (La Alberca, 1953) es el autor de Veladas campesinas de invierno en el ámbito leonés, un libro que indaga en las...

CASTILLA Y LEÓN AL DÍA

SABOREA CYL

Los vinos de calidad de Castilla y León conquistan nuevos mercados en Barcelona Wine Week

El sector vitivinícola de Castilla y León exhibe estos días su fortaleza en la feria Barcelona Wine Week con el objetivo de conquistar nuevos...