Ricardo Ortega
Nos dejó dicho Cicerón que “el buen ciudadano es aquel que no puede tolerar en su patria un poder que pretenda hacerse superior a las leyes”. Con esta cita se abre ‘De glorias y lamentos en la España nuestra’, la última obra del zamorano José González Torices, que llega a las librerías “como un grito en defensa de la libertad, la igualdad y la democracia”.
El libro nos presenta una España “un tanto degradada por los comportamientos políticos, donde la fe del voto depositado en las urnas sirve para muy poco en manos de seres desaprensivos y sin escrúpulos”, denuncia el autor en relación con esta joya literaria, que es también un brillante análisis de la realidad actual.
Torices vuelve a ofrecer una mirada noventayochista, crítica, serena, sobre la piel de toro, a la que de algún modo identifica con lo castellano, como si los cerros, los trigales o los palomares fuesen capaces de encerrar la quintaesencia de lo español.
Es un libro de lamentos, que va más allá de la concepción estrecha de la nación y de la patria, porque a José González Torices también le duelen las pateras convertidas en ataúdes y denuncia la muerte de niños en Gaza “sin nación y sin bandera”.
El Torices padre, abuelo, maestro, no deja de llorar por el sufrimiento de los más pequeños. Dedica un sentido poema a las víctimas de la pederastia, ese crimen abominable, y a lo largo del libro se le escapan varias denuncias contra quien ha “matado un ruiseñor”, una referencia literaria y cinéfila que también es un grave quejido frente a la pérdida de la inocencia, frente al asesinato de la belleza.
Porque también hay belleza en este libro, como siempre le corresponde a la poesía, y cabe felicitarse de que el autor se mantenga dentro de los cánones clásicos y apueste por el soneto, nos regale un reencuentro con la musicalidad de esta composición.
El texto se ve salpicado por palabras reciamente castellanas, que unas veces nos arrastran al medio rural y otras nos revuelven por dentro. En algunas ocasiones el urbanita deberá acudir al diccionario. Dulzaina, patera, muertos, banderas, espiga, invierno, primavera, la mar, aurora, niños, surco, gloria, besana, majada…
Paisaje terracampino
Torices nació en el pueblo zamorano de Quintanilla del Olmo y creció en Villamayor de Campos. Quizá por ello su obra está salpicada de paisajes terracampinos, de palomares, con un lenguaje trufado del habla de quienes habitan los pueblos. Pero un habla auténtica, alejada de aquellos que aterrizan desde la ciudad, y es que no emplean las mismas palabras “aquellos que llegan a cazar y aquellos que les sueltan la liebre”, como no se cansa de denunciar el zamorano.
Pepe Torices, como le llaman sus amigos, se define como un comunicador que ejerce de dramaturgo, narrador, poeta, editor y director de colecciones literarias, especialmente infantiles y juveniles. Es autor de abundante obra publicada y representada. También premiada. Para él “la vida es un glorioso folio en blanco donde vamos escribiendo las propias zancadas sin avergonzarnos de ellas”.
‘De glorias y lamentos en la España nuestra’ ha sido publicado por Castilla Ediciones y sus reflexiones, con el inconfundible cuño personal del escritor, no se libran de un bien fundamentado sesgo doctrinal. El mismo que destilan los textos de Torices en las páginas de ‘Más Castilla y León’, donde colabora desde hace un lustro para compartir su visión del mundo mediante el cuento y la parábola.
Como se ha señalado en más de una ocasión en las páginas de esta revista, la ideología pregonada por González Torices denuncia que la fe ciega “es el principio de la esclavitud”. También nos recuerda que, en realidad, “la verdadera patria es el beso de una madre”.
Castilla Ediciones
Torices estudió y trabajó en Cataluña, disfrutó de una beca de Arte Dramático en Madrid. A los 18 años ya se desempeñaba en una editorial. Cuando aterrizó en Valladolid sus desvelos se orientaron a la defensa de lo castellano. Por eso funda Castilla Ediciones, de la mano de José Antonio Rodríguez Lozano, para rescatar para las nuevas generaciones la cultura popular y el folclore de Castilla y León. Para hacer de altavoz de aquellos que con más lucidez claman contra el olvido de esta comunidad.
Contra la actitud de un pueblo entregado, formado “por ovejas que todo el mundo viene a esquilar; que entrega la leche, la lana y la carne y se queda tan feliz”. “Un rebaño protegido por lobos”, denuncia el escritor. El objetivo era reivindicar esta tierra desde la perspectiva de las personas, de sus derechos.
“Nos interesaba el folclore, la cultura, pero sobre todo la redención del hombre por sí mismo, para que se sienta dueño de aquello que ha heredado. Porque a veces no es dueño absoluto para protegerlo, sino que está influido por fuerzas que no corresponden a la realidad”.
Sabe de lo que habla. Han sido décadas de ejercer la docencia. De elaborar libros de texto para diferentes editoriales, tratando de crear conciencia entre los más pequeños. Pero hoy la falta de ese conocimiento, de esa sensibilidad, ha alcanzado las dimensiones de un abismo insondable. Una sima que incluye a muchos políticos que defienden el medio rural sin conocerlo. “Les falla la escuela” y, como consecuencia, “somos un muro de las lamentaciones; nos golpeamos la cabeza contra ese muro o, mejor, contra un castillo derruido”, apunta con una sonrisa amarga.
Pepe Torices aboga por un “regionalismo abierto”. Por dar la voz al pueblo. Pero rechaza los movimientos populistas, “un engaño colectivo que no lleva a ninguna parte”.
Por eso pone el ejemplo de los poetas andaluces, que reivindican un andalucismo que no persigue crear una isla, sino abrirse al mundo y trabajar por el progreso de las personas.
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Presentación
‘De glorias y lamentos en la España nuestra’
Miércoles 25 de septiembre de 2024
20,00 horas
Casa de Zorrilla. C/ Fray Luis de Granada, 1
Valladolid