El Museo Provincial del Vino, en Peñafiel (Valladolid), se inauguró en 1999 como piedra angular de una política turística basada en el paisaje, la etnografía, las bodegas y el vino
Miguel Ángel G. Velasco
El río Duero que lo atraviesa, el Canal de Castilla, tres Semanas Santas declaradas de Interés Turístico Internacional, la cantidad de castillos que lo convierten en una de las provincias con mayores vestigios de España, la presencia de diversos reyes que habitaron en Valladolid, Tordesillas o Medina del Campo, los numerosos palacios que muestran la importancia que tuvo la Corte en sus municipios o la rica gastronomía liderada por el pan y el lechazo. Todo ello es muestra de parte de la identidad cultural de los habitantes de la provincia de Valladolid.
Sin ningún bien Declarado Patrimonio de la Humanidad, si algo caracteriza de manera especial tanto a la provincia como a su capital es el vino y sus bodegas. Cinco Denominaciones de Origen y tres Vinos de Pago posee la provincia, con una cultura del vino que existe en cada punto de su territorio. Forma parte de la importancia socioeconómica de la provincia y de sus gentes.
Este año se celebra el vigesimoquinto aniversario de la apertura del Museo Provincial del Vino de Valladolid o, lo que es lo mismo, veinticinco años del desarrollo enoturístico de Valladolid, que se ha convertido en uno de los principales atractivos para los visitantes que se acercan hasta sus tierras.
Aunque se barajó Pesquera de Duero en un primer momento, finalmente fue Peñafiel y su castillo el lugar señalado para ubicar el Museo Provincial del Vino, que se inauguró en diciembre de 1999. Una extraordinaria ubicación en plena Ribera del Duero para situar un museo del vino que englobara a toda la provincia.
El proyecto englobaba dos subsedes en Rueda y Cigales (el Monasterio de Santa María de Palazuelos, entre Corcos y Cabezón, también fue propuesto por la DO Cigales como espacio), pero finalmente se optó por un único lugar que centralizara tanto el espacio expositivo como las diferentes actividades turísticas y culturales.
El primer director fue el memorable Pascual Herrera, experto en el mundo del vino que pasó por el Consejo Regulador de la DO Ribera del Duero, la Estación Enológica de Castilla y León, en Rueda, y la Presidencia de la DO Cigales.
Es precisamente en estos años cuando se empieza a colocar la primera señalización vinculada con el vino, reflejado en el Plan Regional de Turismo de Castilla y León 1995-2000 realizado con la colaboración del Patronato Provincial de Turismo de Valladolid. Su ejecución la financió SOTUR junto con los Consejos Reguladores y diversas bodegas interesadas.
El vino empezó a ser una apuesta fuerte por parte de las administraciones. De forma paralela, el Ayuntamiento de Valladolid y la Cámara de Comercio e Industria de Valladolid, en la comisión de turismo de la Cámara, se propone crear un ente de turismo para promoción, lo que se realiza en 1999 bajo el nombre de ‘Asómate a Valladolid’ con un convenio que se renovaba anualmente.
En esta línea, se creó en 2005 la primera Oficina de Enoturismo de Valladolid, puesta en marcha con la función principal de estructurar la oferta surgida en Valladolid en torno al enoturismo y llevar a cabo acciones de promoción en los principales mercados de referencia, incluyendo la marca Ven Enoturismo Valladolid.
En su arranque se contó con la adhesión de bodegas que atendieran en inglés y pudieran tener espacio para aparcar, restaurantes, alojamientos y algunas empresas de servicios turísticos. En total el proyecto se puso en marcha con 38 asociados, pagando una cuota anual y diseñando seis rutas por la provincia.
Desde esta Oficina se trabajó en la profesionalización del sector, incluyendo la creación del primer Bus del Vino que posteriormente se alternarían en momentos concretos, el Ayuntamiento con la Diputación. Esta evolución produjo que en 2007 se incluyera la primera concejalía específica vinculada en su denominación con el turismo.
La provincia siguió avanzando en el estudio para ampliar más el desarrollo del enoturismo. Así, en 2007 se realizaron sendos Informes por parte de la Cámara de Comercio e Industria de Valladolid sobre el análisis de situación del sector enoturístico de Peñafiel y comarca, así como el enoturismo en Medina del Campo y comarca. Fueron los primeros estudios desarrollados para conocer la necesidad de trabajar el turismo del vino en estos territorios con tan alta producción vinícola.
Un año después, en 2008, Medina del Campo celebra el I Congreso de Enoturismo Regional, que sirvió de empuje para diversas actuaciones como la realización en 2010 de la Memoria de Elaboración del Plan Estratégico como Agrupación Empresarial Innovadora para el Desarrollo Turístico y Cultural de la Zona de Influencia de la DO Rueda, que aunque no llegó a buen puerto, fue el germen para desarrollar la Asociación Ruta del Vino de Rueda en 2013 combinando la iniciativa privada como la administración pública.
Las rutas del vino
Las Rutas del Vino se han convertido en los principales productos que desarrollan los territorios vinculados al turismo del vino en España, con más de veinte años de trayectoria en las diversas comunidades autónomas españolas, vinculadas a los Consejos Reguladores. Bajo la adhesión a ACEVÍN (Asociación de Ciudades Españolas del Vino), cuentan con el apoyo de la Secretaría de Estado de Turismo mediante la formación del Club de Producto Rutas del Vino de España. Su inició se gestó dentro del Plan Integral de Calidad del Turismo Español 2000-2006.
Aunque Valladolid no estuvo presente en la configuración de la seis primeras Rutas del Vino como proyecto piloto, pronto se fraguó el Plan de Dinamización del Producto Turístico Ruta del Vino Ribera del Duero 2009-2013 con el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, la Consejería de Cultura y Turismo de la Comunidad Autónoma de Castilla y León, las diputaciones de Burgos, Valladolid, Soria y Segovia y el Consorcio Ruta del Vino Ribera del Duero.
Bajo este Plan se certificó la primera Ruta del Vino de Valladolid en 2010. Posteriormente la Ruta del Vino de Rueda, mediante un grupo de trabajo de diez técnicos, bajo el liderazgo del Ayuntamiento de Medina del Campo, consiguió la certificación en el año 2014. Se sumarán la Ruta del Vino Cigales en 2015 y la Ruta del Vino de Toro en 2019.
Las Rutas del Vino cumplen un Manual de Producto que modela la gestión de sus entidades, vinculando la Administración Pública con la iniciativa privada, en todos los sectores turísticos. Por ejemplo, ciñéndonos estrictamente a las bodegas que trabajan enoturismo, de las 228 bodegas existentes en la provincia de Valladolid, 77 están adheridas a cualquiera de las cuatro Rutas del Vino, incluidas en los 46 municipios de Valladolid, un 20,4% del total de municipios de la provincia.
El Plan de Marketing Turístico de la Provincia de Valladolid 2016-2018 refleja que el principal potencial de la provincia es el enoturismo, al ser el elemento diferenciador en relación con el resto de provincias de Castilla y León.
La primera acción comercial que se desarrolló fue Valladolid, Esencia de Vino, realizado por el Patronato Provincial de Turismo en colaboración con las Rutas del Vino y las asociaciones sectoriales profesionales de la provincia o el Pasaporte del Vino, del que sigue creciendo el interés.
En 2018 cuando se crea la marca Valladolid es Vino por SODEVA del que se han realizado numerosas acciones promociones en colaboración con las cuatro Rutas del Vino de la Provincia, destacando el exitoso Tren del Vino que atrae mensualmente numerosos visitantes desde la estación madrileña de Chamartín hasta los destinos enoturísticos, así como la Caravana del Vino que ha estado en las principales ferias promocionales de España (FITUR, B-Travel, Expovacaciones, Navartur…).
Desde 2021, saliendo de la pandemia, la Diputación Provincial de Valladolid ha creado la marca Milla de Oro del Vino para promocionar el turismo de excelencia entre Sardón de Duero y Peñafiel, emulando proyectos privados como el Barrio de la Estación de Haro, en La Rioja, o la Carretera del Vino en Cataluña.
Gestionada desde el Área de Promoción Agroalimentaria, este año cuenta con 150.000 euros para realizar diversas actuaciones, entre las que se encuentra la elaboración de Plan Estratégico por parte de la empresa Madison MK para diseñar la hoja de ruta compartida con el objetivo de marcar el camino a seguir por parte de los 47 asociados y el Ayuntamiento de Peñafiel en la actualidad.
25 años de enoturismo desde que se creó el Museo Provincial del Vino, con cuatro Rutas del Vino (Cigales, Ribera del Duero, Rueda y Toro) adheridas al Club de Producto Rutas del Vino de España y el municipio de Mucientes nombrado como Mejor Municipio Enoturístico 2020, único en Castilla y León con su Bodega-Aula de Interpretación como Museo del Vino.
Por su parte, y gracias a los Planes de Sostenibilidad Turística, Medina del Campo tendrá un espacio dedicado al mundo del vino con el Castillo de la Mota, mientras Valladolid convertirá el Convento de Santa Catalina en ‘Valladolid Centro de la Cultura del Vino’. Tres espacios que mostrarán, a nivel nacional, la importancia que el vino tiene en la provincia.
No podemos olvidar la iniciativa privada con la Posada Real Concejo Hospedería; la Gastrobodega Martín Berasategui; Bodega Protos, o el Día Pruno de Finca Villacreces. También las bodegas subterráneas visitables para conocer la tradicional cultura del vino, como las de Cigales, Trigueros del Valle, La Seca, Medina del Campo, Castronuño, Fresno el Viejo o Nava del Rey.
Todos ellos se han convertido en espacios de obligatoria visita para los amantes del vino en la provincia de Valladolid, en un aniversario que goza de buena salud para seguir conociendo nuevos espacios y participando en experiencias innovadoras.