Ricardo Ortega
No fue el ‘Cantar de mio Cid’ el que estableció la leyenda de que Rodrigo Díaz de Vivar debió marchar al destierro después de hacer jurar a Alfonso VI que no tenía que ver con la muerte de su hermano.
El culpable de esta ‘fake news’ fue Charlton Heston, que en 1961 protagonizó la película ‘El Cid’. El filme, convertido desde muy pronto en un clásico (aunque haya envejecido mal), se hacía eco de lo narrado en el Romance de la Jura de Santa Gadea, en la que se narra ese supuesto juramento.
Puede que tu cuñado no lo sepa, pero en realidad lo que narra el ‘Cantar de mio Cid’ es que don Rodrigo debió abandonar el reino por una falsa acusación: la de haberse quedado con las parias (impuestos) que fue a recaudar a Sevilla.
¿Es esta la verdad? Pues, al parecer, no. Dicen los historiadores que el destierro fue consecuencia de un ‘exceso’ cidiano, pues el caballero repelió una incursión de tropas andalusíes en Soria en 1080, a las que persiguió hasta el reino de Toledo. Allí sus tropas saquearon la zona oriental de esta taifa, que estaba bajo el amparo de Alfonso VI.
Sin duda, la realidad no siempre casa con la épica que exigen los guiones de Hollywood.