Fermín González cuida de la iglesia de muchas maneras. Bien con la casulla de sacerdote puesta, o con madera y motosierra para retechar los templos
Álex Navajas
Fermín González tiene 68 años y lleva 40 de cura rural en Burgos . Cuando llegó a su primer destino pastoral, en la parroquia de Cebrecos, se encontró con el tejado de la torre de la iglesia en un estado calamitoso. “No teníamos dinero, así que decidimos arreglarlo nosotros mismos. Empecé con el tema de las obras por necesidad”, explica.
Lo que Fermín seguramente no podía sospechar en ese momento es que se trataba de la primera de las más de 1.700 estructuras de tejado de madera que ha construido desde entonces gracias a las cuales ha retechado (y, por tanto, salvado), alrededor de 600 iglesias. “Empecé a lo bobo y han sido 22 años haciendo tejados por todos los pueblos, tomando medidas, levantando los planos de la iglesia, calculando las estructuras, dibujándolas, calculando la madera que iba a llevar y luego cortar y montar la estructura”, añade. Por eso, pronto todo el mundo comenzó a conocer a Fermín por su apodo: “el cura de la motosierra”.
En una entrevista que acaba de aparecer en el canal de YouTube “Creo TV”, el sacerdote burgalés reconoce que, cuando comenzó su labor, “no tenía ni idea de construcción”. Así que, con un puñado de voluntarios de Cebrecos, se decidió a desmontar el ruinoso tejado de la iglesia y a copiar la técnica mozárabe que se había seguido en los siglos XII y XIII para su construcción. El resultado debió de ser magnífico, porque el aparejador del arzobispado de Burgos, al revisarlo, decidió contar con Fermín para las siguientes reformas.
El sacerdote “no sabe” si hay alguna otra diócesis en España que haya ido al mismo ritmo en la reconstrucción de los tejados de sus iglesias que Burgos (alrededor de 40 templos al año), pero “cree que no”.