Medina del Campo afronta la recta final de la pandemia con un impulso a su espíritu comercial. La primera parada de la nueva andadura será la Feria Chica de San Antonio, el fin de semana del 13 de junio
La salida de la pandemia y la recuperación de la actividad será el impulso aprovechado por el Ayuntamiento de Medina del Campo para volver a situar a la localidad en el lugar que le corresponde. El objetivo es reforzar a Medina como Villa de las Ferias, recuperar su tradición comercial y aprovechar los amplios espacios con los que cuenta la villa, como el Castillo de la Mota, la Plaza Mayor de la Hispanidad, una remozada plaza de toros o incluso la vía que une a estas dos últimas.
Un emblema de la nueva etapa tendrá lugar durante la Feria de San Antonio, conocida como la Feria Chica, que se celebrará en el fin de semana del 12 y 13 de junio con un programa desarrollado a lo largo de cuatro días, de viernes a lunes.
Conchi Lucas, concejal delegada de Tradiciones, Ferias y Festejos Taurinos, señala que desde el Ayuntamiento se está trabajando para que la actividad cultural y comercial se prolongue durante los cuatro días. La intención es devolver todo el lustre a una feria muy querida en la villa, pero que se había perdido.
La Feria Chica, como la propia Medina, siempre estuvo vinculada al mundo taurino. De ahí el trabajo desarrollado para incluir en el programa dos eventos taurinos de primer nivel: una corrida de toros como ‘festejo mayor’ y una exhibición popular de tauromaquia; será un concurso de recortes con el aliciente de ser una competición entre localidades, con sucesivas rondas eliminatorias.
CABECERA DE COMARCA
Una de las prioridades reside en la relación con la comarca, que tradicionalmente fue muy enriquecedora. Para implicar en la Feria Chica a los vecinos de Medina y su entorno, el Consistorio ha organizado un encuentro de ‘food trucks’, como se denomina a los vehículos acondicionados para elaborar y vender comida en la calle. La Plaza Mayor de la Hispanidad contará durante el fin de semana con ocho de estas furgonetas, que ofrecerán especialidades diferentes. “Eso sí, con la condición de que las materias primas se adquieran en el comercio de Medina”, apunta Conchi Lucas.
Durante los cuatro días se sucederán las actuaciones musicales y, por parte de la hostelería local, se ofrecerá un pincho especial de San Antonio. La concejal confía en que la cita sirva para reforzar los lazos con la comarca, que contribuya a recuperar un espíritu de territorio que había decaído. Ese nexo con el entorno más inmediato también se buscará mediante la recuperación paulatina de la presencia del sector agrario. “Esta feria siempre estuvo muy relacionada con la agricultura y queremos que vuelva a ser así”, recalca.
APERTURA DOMINICAL
El Ayuntamiento de Medina tiene entre sus proyectos inmediatos el potenciar la apertura del comercio en domingo, una seña de identidad del municipio en la que se pretende implicar a todos los sectores, incluidos supermercados o entidades de crédito. Medina fue el primer municipio de Castilla y León que puso en marcha el Proyecto Centro Comercial Abierto, lo que permitió modernizar la estructura del comercio tradicional y convirtió al casco histórico en una gran superficie comercial al aire libre.
Uno de los espacios más destacados está en la Plaza Mayor de la Hispanidad y su entorno, un espacio urbano lleno de vida que tradicionalmente ha acogido la mayor parte de la agenda ferial del municipio.
La villa es un ejemplo de que actividad turística y comercial siempre han caminado de la mano. Conchi Lucas destaca como atractivos locales el Castillo de la Mota y el Palacio Real Testamentario, aunque es en el Museo de las Ferias donde mejor se muestra la relación entre Medina y la actividad comercial.
Las ferias de la villa eran eventos económicos y culturales que arrancaron a principios del siglo xv, antes del descubrimiento del Nuevo Mundo y cuando occidente empezaba a superar el modelo comercial de la Edad Media. El visitante al museo conoce cómo las ferias y el empleo de las letras de cambio modernizaron la actividad de los mercaderes, con Medina como escenario.
A lo largo del siglo XV fueron alcanzando prestigio; los cronistas dejaron escritas abundantes descripciones en las que no faltan las alabanzas y los Reyes Católicos las protegieron, llegando a darles la categoría de ‘ferias generales del reino’ en 1491.
Se celebraban dos veces al año, en mayo y octubre, y su duración era de cincuenta días. Los mercaderes acudían desde otros reinos, tanto de España como del extranjero, y en ellas se compraban y vendían todo tipo de mercancías, desde comestibles hasta obras de arte.
Esa actividad empresarial forma parte del ADN medinense, y será ahora cuando tendrá una oportunidad para ponerse de manifiesto.