Son ya más de 40 años los que lleva trabajando la Asociación Amigos del Belén, de Cabezón de Pisuerga, para contar a vecinos y visitantes el relato que recoge el Nuevo Testamento sobre el nacimiento de Jesús.
Son cinco días de teatralización de una historia a todas luces alucinante: la de un arcángel que anuncia a una joven, María, que será nada menos que madre de un dios. A partir de ahí deberá vivir una serie de aventuras fantásticas junto a su marido, incluidos el viaje a Belén para su empadronamiento y la huida a Egipto, escapando del invasor romano.
Son 90 participantes y 45 minutos que sirven para que el público pueda conocer, durante la representación y en la visita posterior, numerosas profesiones tradicionales, como la del alfarero, el bodeguero o el carpintero. Asimismo se puede contemplar a la castañera, el charcutero, el picapedrero, la costurera o el zapatero. Por supuesto, también los pastores, que durante la teatralización serán los encargados de anunciar a los presentes la llegada del mesías.
Un belén único
El Belén viviente de Cabezón es único en la provincia de Valladolid y destaca por el espacio que lo acoge, prácticamente excavado en la falda del cerro. Incluye elementos como el castillo, el establo o la escuela, que llaman la atención del visitante. En él, la arquitectura típica cobra relevancia la arquitectura tradicional de la comarca, al destacar toda la belleza que pueden exhibir el adobe, la arcilla, la teja y la piedra.
Como señalan desde la asociación “los ambientes castellano, hebreo y romano se combinan perfectamente” en la contemplación de casas, paneras, apriscos, corrales…
Junto a las construcciones se inicia la senda que podría dirigirnos a lo alto del cerro de Altamira, dentro de la senda de los Cortados, una de las más atractivas de la provincia. De hecho, este escenario tiene carácter permanente y los senderistas lo admiran a lo largo de todo el año.