Ricardo Ortega
Construido en el siglo XIII, el primitivo monasterio de San Pablo se encontraba situado extramuros de la ciudad de Burgos, en unos terrenos situados en las cercanías de la iglesia de San Cosme y San Damián, al sur de la ciudad.
Desde su fundación disfrutó de la protección de los sucesivos monarcas, hasta el reinado de los Reyes Católicos.
La mayoría de los historiadores actuales señalan que fue fundado en el año 1224, aunque la tradición afirmaba que había sido fundado por Santo Domingo de Guzmán en el año 1218.
El rey Fernando IV de Castilla confirmó en 1302 el privilegio otorgado por su padre, Sancho IV de Castilla, por el que colocaba a los dominicos de San Pablo de Burgos bajo la protección real y les eximía de pagar impuestos y, siete años después, en 1309, el mismo rey concedió una renta anual de 10 000 maravedís a dicho convento con el propósito de contribuir a la terminación de las obras.

La reina María de Molina donó en 1316, durante la minoría de edad de su nieto, Alfonso XI de Castilla, 12 000 maravedís para que los frailes dominicos pudieran construir un dormitorio en el convento de San Pablo de Burgos, que una vez concluido llegó a medir 300 pies de largo, siendo por ello uno de los más destacados en España.
El rey Juan II de Castilla confirmó al convento los privilegios que poseía y los aumentó, al igual que los monarcas Enrique IV, Felipe II y Felipe III.
En 1512 se reunieron en el convento de San Pablo, por disposición del rey Fernando II de Aragón, una Junta de teólogos y juristas a fin de estudiar las denuncias que los dominicos habían presentado sobre los malos tratos que los conquistadores españoles infligían a los indígenas americanos.
Las Leyes de Burgos o Reales ordenanzas dadas para el buen Regimiento y tratamiento de los indios, fueron sancionadas por Fernando el Católico el 27 de diciembre de 1512 y constituyen el primer cuerpo legislativo de carácter universal que se otorgó para los pobladores del Continente americano.
En 1539, en la iglesia conventual de San Pablo fueron celebrados los solemnes funerales en memoria de la emperatriz Isabel de Portugal, esposa de Carlos I de España.
Guerra de la Independencia
Durante la Guerra de la Independencia Española las tropas francesas saquearon y destruyeron el convento y lo convirtieron en cuartel, pajar, almacén y cárcel.
El día 18 de agosto de 1808, el rey José I Bonaparte, mientras se encontraba en Miranda de Ebro tras la derrota francesa en la batalla de Bailén, decretó que se vendieran los conventos con menos de 12 religiosos profesos y los bienes de las Obras Pías, y el día 16 de noviembre de 1808 el mismo monarca decretó la supresión de numerosos conventos y monasterios burgaleses, entre los que se encontraba el de San Pablo.
Tras la retirada de los soldados franceses, el convento fue parcialmente reconstruido. La fachada de la iglesia fue reconstruida en esa época, era de estilo clásico, y estaba rematada por una espadaña coronada por pináculos góticos.

Mendizábal
En 1835, durante la Desamortización de Mendizábal, los dominicos fueron expulsados del convento de San Pablo, aunque el prior continuó residiendo en él, y algunos frailes permanecieron hasta el mes de marzo de 1836. El edificio fue utilizado sucesivamente como cárcel, cuartel y hospital.
Hacia 1870 las ruinas de la iglesia y del convento que permanecían en pie fueron completamente demolidas por el ejército, por orden del Ministerio de la Guerra, para construir un cuartel de nueva planta.
El cuartel construido sobre las ruinas del convento fue utilizado durante aproximadamente un siglo, hasta que fue demolido en el año 1973.
Más cerca de nuestros días, entre 2002 y 2003 se llevó a cabo el estudio arqueológico de las ruinas del convento de San Pablo. En el terreno que ocupaba el desaparecido convento se encuentra en la actualidad el Museo de la Evolución Humana de Burgos, que fue inaugurado el 13 de julio de 2010.
