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El vino de Castilla y León lidera en el mercado nacional e internacional

El sector del vino puede presumir de una gran relevancia económica y social. Se trata de un cultivo con fuerte vínculo con el territorio, pues casi la mitad de los municipios españoles albergan el cultivo de la vid, y todas las comunidades autónomas albergan viñedos, en mayor o menor medida. Dentro del panorama vitivinícola español, el vino de Castilla y León es uno de los referentes en cuanto a calidad, región que alcanza cifras impresionantes que evidencian su solidez y crecimiento.

El sector del vino de Castilla y León ha incrementado su cuota de valor dentro del mercado español, alcanzando el 32,6% del total, lo que representa un significativo aumento en los últimos años. Este crecimiento no solo es un reflejo de la capacidad de las bodegas de la región para producir vinos de calidad excepcional, sino también de la creciente preferencia de los consumidores por estos productos.

En términos de volumen, los vinos de las 16 denominaciones de origen (DO) de la región han logrado superar en ventas a otras grandes productoras de vino, consolidando su posición de liderazgo, no solo en cuanto a valor económico, sino también en cantidad de producto comercializado.

Un sector resiliente en un mercado competitivo

A nivel nacional, el mercado del vino con denominación de origen ha experimentado una ligera disminución en las ventas. Sin embargo, las denominaciones de origen de Castilla y León han contrarrestado esta tendencia negativa, logrando un crecimiento sostenido.

Las ventas de vinos con DO en la región representaron en 2024 casi un tercio del mercado nacional, lo que confirma la fortaleza de un sector que, año tras año, sigue demostrando su capacidad para adaptarse a los desafíos del mercado y mantener su relevancia. Un trabajo riguroso y profesional que es posible gracias a los viticultores y bodegueros, que mejoran cada año la posición de los vinos de Castilla y León en un mercado tan competitivo.

Un modelo de éxito con DO reconocidas internacionalmente

En cuanto a la distribución geográfica de las ventas, Castilla y León lidera el mercado nacional, por delante de otras regiones históricas como La Rioja, Castilla-La Mancha y Cataluña.

En el ranking por denominaciones de origen, Rueda se coloca en el segundo lugar a nivel nacional con un 15,6% de cuota de ventas, seguida de Ribera del Duero, que ocupa la tercera posición con un 10,1%. Estas dos denominaciones son sinónimo de calidad en el vino blanco y tinto, respectivamente, y siguen siendo las grandes abanderadas del sector vitivinícola regional.

Rueda, especialmente, sigue siendo la líder en el segmento de los vinos blancos, con una impresionante cuota del 44,6% dentro de este mercado, consolidando a la región como la principal productora de este tipo de vino en España. Por su parte, Ribera del Duero sigue ocupando una destacada segunda posición en los tintos con un 16,9% de cuota, mientras que Cigales se mantiene como una de las principales referencias en los vinos rosados, con un 6,7% de participación.

El valor de la percepción: calidad y prestigio

Una de las claves del éxito del vino de Castilla y León es la excelente imagen de calidad que proyecta. Los consumidores perciben los vinos de la comunidad como productos de “calidad excelente” y procedentes de una “zona de prestigio”, respaldada por una gran variedad de marcas. Esta percepción positiva se refleja en la calificación general de 8,1 puntos sobre 10 que los vinos de la región reciben en términos de calidad y apreciación por parte del consumidor.

Este factor resulta esencial para que las denominaciones de origen sigan mejorando sus estrategias comerciales, adaptándose a las nuevas demandas del mercado, y aprovechando el capital de confianza que ya han logrado construir

Este éxito no solo favorece a las bodegas, sino que tiene un impacto directo en la economía rural de la región, creando riqueza y empleo, especialmente en zonas donde el viticultor y el vino forman parte esencial de la identidad local.

Un sector que genera empleo y desarrollo rural

El sector vitivinícola de Castilla y León no solo es un motor económico, sino también un pilar fundamental para el empleo en las zonas rurales. Con cerca de 81.000 hectáreas de viñedo, el 90% de ellas amparadas por alguna de las denominaciones de origen de la comunidad, este sector representa una parte importante del Producto Interior Bruto (PIB) autonómico, alcanzando los 1.000 millones de euros anuales en facturación, lo que equivale al 3,1% del PIB de la región. Además, el sector sostiene alrededor de 33.000 puestos de trabajo, tanto directos como indirectos, muchos de los cuales son de carácter rural y no pueden ser deslocalizados.

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