España es, sin duda, un país de vino. Hay más de 4.400 bodegas, 150 variedades autóctonas de uva plantadas y 97 denominaciones de origen protegidas. Es el primer país a nivel mundial en extensión vitivinícola y el tercer productor de vino en el mundo, sumando un total de 131 zonas vitivinícolas, con una producción de 28,3 millones de hectólitros en 2023. Castilla-La Mancha es, con diferencia, la Comunidad Autónoma en la que más vino se produce, aunque, curiosamente, la que registra el menor gasto de sus habitantes en este producto.
Estamos entre los diez países más consumidores de vino del mundo, con un promedio de unos 21 litros al año por habitante. Como curiosidad, Portugal consume el doble que España y estamos lejos del récord del Vaticano que bebe 54 litros de vino al año por persona, aunque son solo 800 habitantes, la gran mayoría hombres adultos.
En España hay 36 Rutas del vino que son visitadas cada año por casi tres millones de personas, con un gasto cercano a 80 millones de euros al año. Son una oportunidad para, además de conocer bodegas y probar sus vinos, descubrir bellos paisajes, pueblos con encanto, obras de arte y gente encantadora.
De hecho, según ha podido comprobar la web número uno de España en regalos experiencias www.aladinia.com, la reserva de experiencias enológicas ha aumentado un 8% en el último año. El sector vinícola es de extraordinaria relevancia en España, no solo desde el punto de vista económico o medioambiental, sino también desde el social y cultural. El vino contribuye a la imagen país y es un polo de atracción de visitantes y turistas.
Visitar bodegas y catar sus vinos es una de las experiencias más solicitadas por los españoles, por ello, Aladinia.com ha pedido a sus usuarios que seleccionen las mejores bodegas de España para catar sus vinos pidiéndoles que valoraran su diseño, ubicación, explicaciones, originalidad, otras actividades… y por supuesto, la calidad de sus vinos. Todas estas visitas con cata pueden presentarse en forma de regalo. Tres bodegas castellanoleonesas: Emina Ribera, en Valbuena de Duero (Valladolid), Protos, en Peñafiel (Valladolid) y Palacio de Lerma, en Lerma (Burgos) se encuentran entre las seleccionadas.
Emina Ribera
Emina en latín significa amada y, en su día, una hemina era la medida límite que tenían los monjes para beber al día. Emina recoge esta palabra como pasión al mundo del vino, respetando la cultura y el pasado pero con una visión innovadora, de investigación e implementación tecnológica que se plasma en los avances que los investigadores logran a través de diferentes proyectos en el campo y en la bodega, pero también se descubre en la experiencia enológica que viven los visitantes que se acercan a conocer alguna de las dos bodegas y catar de cerca los vinos Emina. La visita comienza con el recorrido por un jardín de diferentes variedades de uvas que da la bienvenida a un singular edificio de gran apreciación arquitectónica con una estética integrada en el entorno y el paisaje, cuyo interior gira alrededor de un patio central y puede disfrutarse bajo la luz natural mientras se divisan las diferentes partes de la bodega.
Sus vinos son cuidados en selectas barricas de roble francés y americano formando un equilibrado orden de pasillos que se convierte en el lugar idóneo para el descanso de vinos de calidad y el vuelo de aromas soñadores. Su propuesta Tu momento Emina incluye visita al Jardín de Variedades, a la Bodega Emina a través del mismo, el dormitorio de barricas, la nave de elaboración y de embotellado y en la Sala de catas, degustación de tres vinos: Emina Verdejo fermentado en Barrica D.O. Rueda, Emina Rosé Prestigio D.O. Cigales y Emina Reserva D.O. Ribera del Duero.
Protos
Ya en 1927, un grupo de hombres visionarios supieron escuchar al terruño, entender sus necesidades e imaginar un proyecto de éxito que, además de haber llegado intacto hasta nuestros días, crece mirando siempre hacia el futuro. Así nació Protos, una de las marcas más acreditadas que tienen viñedos y bodegas en Ribera del Duero y en Rueda. Sin duda la más espectacular es la nueva bodega construida en 2008 en Peñafiel, Ribera del Duero, al pie del célebre y espectacular castillo.
Estas magníficas instalaciones, diseñadas por el genio de la arquitectura Richard Rogers, premio Priztker de arquitectura 2007, cuentan con los últimos avances tecnológicos para la elaboración de vinos de alta gama. La propuesta de Protos incluye una visita turística por dos bodegas: la antigua, que recorre el interior de la montaña y la nueva, ya mencionada. Se conocerá su proceso de elaboración de vino y sus viñedos y variedades de uva. Al acabar el trayecto se ofrece una cata de dos vinos propios: un blanco verdejo y un tinto crianza de tempranillo, acompañados de un pequeño aperitivo de embutido y un regalo.
Palacio de Lerma
Contando con la tradición familiar desde hace más de un siglo, las bodegas Palacio de Lerma abren sus puertas para que se pueda observar su procedimiento y degustar sus vinos. Aunque existen registros sobre el cultivo de la vid en la zona desde el siglo VII, no ha sido hasta 2007 que los vinos de Arlanza han conseguido su propia denominación de origen, compuesta por 67 municipios. Esta D.O., una de las más jóvenes del país, se caracteriza por sus vinos de gran potencia, que reflejan la dureza del clima al que se enfrenta la uva, realizados, en su mayoría, con la variedad Tempranillo o Tinta del País, como se le conoce en la zona.
En los subsuelos de Lerma, por donde andaba acosando a los franceses durante la Guerra de la Independencia el célebre Cura Merino, varias galerías conectan antiguas bodegas bajo las casas que pueden conocerse y combinarse con visitas a bodegas como la de Palacio de Lerma, que además de mostrar sus instalaciones y hacer maridajes, organiza actividades de campo, catas a ciegas, paseos entre viñedos, tanto a pie como en bicicleta, e incluso un taller para elaborar un vino propio.