spot_img

Baltanás: la villa de las ‘cuevas’

La localidad palentina, ubicada en la comarca del Cerrato, cuenta con 374 bodegas conformando un patrimonio cultural y local de incalculable valor, declarado Bien de Interés Cultural

Lara Arias

Para los amantes del vino, Baltanás es una parada obligatoria. Y para el resto, también. Las 374 bodegas que componen el barrio de las bodegas se encuentran cinceladas sobre un cerro desde el que asoman sus múltiples chimeneas. Son muchos los que de forma inevitable les viene a la mente la imagen de una aldea Hobbit, al más puro estilo de la saga de El señor de los anillos, pero nada tiene que ver. Declaradas Bien de Interés Cultural, las bodegas albergan entre sus piedras la vida, la tradición y la herencia de décadas de una comarca, como es el Cerrato, pero, sobre todo, de su municipio, Baltanás.

El barrio de bodegas de Baltanás (Palencia) durante años ha sido la segunda casa de generaciones de baltanasiegos. Los primeros datos sobre la existencia de compra de estas propiedades datan de 1543, a favor de don Pedro de Zúñiga, señorío de Baltanás. No existe datación exacta de la antigüedad de las bodegas, pero podrían llegar a la época medieval.

A finales del siglo XVI, las bodegas pasaron a ser definitivamente propiedad del pueblo. Se trató de una operación de cambio: por el cerro, la villa cedía los terrenos necesarios para la construcción del convento franciscano de Santa Ana al Marqués. En la actualidad son lugares de reunión y ocio, dejando a un lado su principal función, hacer vino para beberlo.

Las 374 bodegas fueron declaradas Bien de Interés Cultural por la Junta de Castilla y León en 2015, con la protección en la categoría como Conjunto Etnológico.

Como si de un laberinto bajo tierra se tratase, este Conjunto Etnológico de la comarca palentina de El Cerrato llama la atención tanto su imagen interna como externa. Asimismo, es conocida esta tierra por ser buena en vinos, pero como todos sabemos, sin una buena materia prima y unas instalaciones adecuadas sería imposible llegar a este resultado final. Baltanás cumple con ambas condiciones para ser un lugar óptimo en este tema.

Foto: Judit Prado
Foto: Judit Prado

Barrio de las bodegas

Sobre el cerro de las bodegas se ubica el barrio del Castillo y cogiendo altura poco a poco, deja atrás las últimas casas del municipio. Eres capaz de adivinar donde estás no por lo carteles indicativos, por las deficientes luces ni porque veas a jóvenes bajar ladera abajo. Sabes que estás en las bodegas por las puertas de enebro pegadas a las laderas, por el olor del ambiente y por las chimeneas que emergen de la tierra. Porque al alzar la vista eres capaz de vez la torre de la iglesia de San Millán, la “chimenea más grande de la localidad”.

Antes de llegar a la cumbre de esta atalaya, merece la pena cerrar los ojos y abrirlos en lo más alto para poder disfrutar de la inmensidad del valle del Cerrato y de los páramos que envuelven el horizonte. Disfrutar del paisaje con el movimiento del aire que sopla desde allí y contemplar como la marea de cereales se mueve al ritmo del soplo de la brisa. Aun así, hay cosas que no se pueden explicar, que es mejor vivirlas.

Foto: Judit Prado
Foto: Judit Prado

Una de las señas de identidad de este lugar son sus puertas. Tienen todas algo en común: los huecos de ventilación, mediante perforaciones en la madera, tienen la utilidad similar a una rejilla. Este lugar necesita conservar una temperatura constante en torno a 12 y 14 grados durante todo el año y estos huecos hacen que haya una corriente de aire entre la puerta y la chimenea y de esta forma se evita la humedad y el vino fermenta mejor.

Dentro de este entramado de ‘cuevas’, se encuentra ‘La Zarcera’, un proyecto que quiere mostrar al mundo el patrimonio de Baltanás. Encabeza el enoturismo en Castilla y León como el Mejor Establecimiento Enoturístico de España en 2022. Un punto de encuentro de visitantes y vecinos que cuenta con taberna, terraza, restaurante y un espacio para reuniones.

Transformación del paraje

Esta comarca ha visto como sus viñedos han ido menguando durante siglos. La razón por la que este barrio se llama así es porque esta zona era típica el cultivo de viñas. Los cereales que vemos ahora eran viñedos, pero a principios del siglo XX la filoxera arrasó con ellos. Hasta la mitad de siglo no se pudo controlar la enfermedad, lo que supuso la emigración de muchos baltanasiegos al País Vasco y a Madrid.

Aquellos que se quedaron, apostaron por el trigo y cebada, cultivos más rentables. Es decir, queda en la historia la tradición vitivinícola de Baltanás y en todo su conjunto arquitectónico. En la actualidad, algunos vecinos realizan su propio vino porque conservan un majuelo propio o porque importan la uva de fuera.

Foto: Judit Prado
Foto: Judit Prado

Estos 500 años de historia no pasan por alto todo lo que esas paredes han vivido. Una sinfonía de uva, tomillo y cereal, este paraje hueco, que ha servido como ejemplo para artistas como Gaudí, guarda el recuerdo de toda la vida de una villa como Baltanás. Memorias del paso del tiempo se posa en el recio tacto del enebro de las maderas de las puertas de las bodegas, que reflejan la tradición vinícola que los baltanasiegos tienen y que habla de quienes son. Su seña de identidad en la provincia y allá donde van.

spot_img

#MÁSCYL RECOMIENDA

ESCAPADAS DESTACADAS

Jornadas del Lechazo de Aranda de Duero. Una oda a la tradición y la buena cocina en su XXIV edición

No es un evento cualquiera; es una liturgia gastronómica, un tributo a la tierra, al fuego lento y a la maestría de los asadores...

CASTILLA Y LEÓN AL DÍA

SABOREA CYL

El Premio Ribera del Duero de Narrativa Breve abre la convocatoria para su novena edición

El Premio Ribera del Duero de Narrativa Breve abre la convocatoria para su IX edición, reafirmándose como un referente absoluto en su categoría. Organizado...