El investigado realizaba prospecciones arqueológicas sin autorización en un yacimiento catalogado y obvió la comunicación del primer ‘hallazgo’ a la Administración. En su vehículo se halló una azada y un detector de metales, además de diversos objetos metálicos
La Guardia Civil ha investigado a DRM, de 39 años, como supuesto autor de un delito sobre el Patrimonio Histórico por daños en una necrópolis catalogada y expolio de piezas arqueológicas, ayudado de un detector de metales y de una azada, utensilios usados para la localizar los objetos y “hoyar” el terreno, según el instituto armado.
Los hechos ocurrieron semanas atrás, tras la comunicación de un particular a la Central se Servicios de la Guardia Civil de Burgos, en relación a la presencia sospechosa de una persona que se encontraba en un paraje de la Merindad de Río Ubierna, ‘barriendo’ el suelo con una especie de detector de metales.
Una patrulla era comisionada al lugar y verificaba que en ese punto se hallaba catalogado como necrópolis; en los alrededores encontraron una furgoneta y también a una persona, que fue identificada.
Un somero registro al interior del vehículo destapó la presencia de uno de estos aparatos electrónicos y una azada de mano con restos de tierra fresca, con claros indicios de haber sido recientemente usada.
Efectivos del Seprona de la Guardia Civil practicaron una inspección ocular en el lugar, lo que permitió descubrir la presencia de cerca de 60 hoyos de similares dimensiones, aunque de distinta profundidad, con evidencias de haber sido recientemente excavados, todos ellos ubicados en un importante yacimiento arqueológico, según las indagaciones llevadas a cabo.
Las herramientas fueron intervenidas y los objetos -una moneda, tres clavos, un proyectil de un cartucho, un gancho y cinco pletinas metálicas- incautados para su estudio.
Recordatorio
Para realizar actividades arqueológicas y el empleo en ellas de aparatos detectores de metales, es imprescindible autorización expresa de la Consejería competente en materia de cultura, por lo que antes de utilizarlo debe de informarse de si el paraje es una zona arqueológica, yacimiento u otro lugar catalogado o se encuentra próximo a ellos.
Ante un hallazgo casual de un bien arqueológico, se está obligado a paralizar su actuación y comunicarlo inmediatamente al Servicio Territorial de Cultura de la Junta de Castilla y León.
Este tipo de acciones llevadas a cabo ilícitamente pueden provocar la pérdida irreparable de parte de la información contenida en la secuencia estratigráfica del lugar, además de alterar los contextos; la sustracción de los vestigios arqueológicos sin una metodología adecuada imposibilita cualquier acción que pueda reparar el daño causado.