Adrián Carrasco
Situada a 7 kilómetros al noroeste de Valladolid, Fuensaldaña ya presumía en época vaccea de sus vinos como un buen asiento de tradición agrícola. Las condiciones que presenta el terreno, con su ondulada campiña y las primeras estribaciones de los montes Torozos, le hacen poseer las condiciones idóneas para la producción de los vinos rosados (o claretes, como se llaman aquí) de la DO Cigales.
El monumento más ilustre de la villa es sin duda el Castillo de los Vivero. Fue iniciada su construcción en 1452 de la mano de Alonso Pérez de Vivero, secretario mayor del rey castellano Juan II, y concluido por su nieto Alonso de Vivero, segundo vizconde de Altamira.
Alonso de Vivero fue el anfitrión que acogió la celebración del matrimonio secreto de los Reyes Católicos, en el Palacio de los Vivero de Valladolid. La celebración con los invitados y la primera noche de la luna de miel trascurrieron en su castillo. Una fortaleza, por cierto, que constituye uno de los más claros ejemplos de la denominada escuela de Valladolid.
En 1520, en tiempos del reinado de Carlos V, el castillo de Fuensaldaña fue tomado por las tropas comuneras pocos días antes de la derrota de Villalar.
Después, durante siglos, fue completamente abandonado o empleado como silo o establo. Con la llegada del siglo XX, y en propiedad de la Diputación de Valladolid, se planteó la creación de un parador turístico, hasta tal punto que contaba con las camas y habitaciones listas para emprender esta gran empresa.
Todo esto se detuvo cuando las Cortes de Castilla y León necesitaron una sede donde asentarse, y en el año 1983 el castillo acomodó sus estancias para la nueva sede de la ‘soberanía’ regional. Hubo modificaciones muy notables en la estructura, como el cambio del patio de armas castellano por la instalación del hemiciclo que hoy en día aún se conserva. O como la sustitución de las habitaciones de los supuestos huéspedes por oficinas para los diputados o funcionarios. Las Cortes de Castilla y León estuvieron afincadas en el Castillo de los Vivero hasta el 14 de marzo de 2007, cuando tuvo lugar la última sesión plenaria.
La Diputación optó por dar un uso al monumento como sede y museo de los castillos de la región, donde se hacen visitas guiadas que explican la historia del propio castillo, de la familia de los Vivero y también su historia negra. También alberga eventos como Blacklladolid, que reúne famosos escritores y cantantes nacionales, así como conciertos acústicos y congresos.
En la actualidad Fuensaldaña cuenta con 2.076 vecinos y es uno de los pocos municipios de la comunidad que ganan en población anualmente. Influyen en ello la cercanía a Valladolid, el precio de la vivienda, la tranquilidad, las buenas comunicaciones y las infraestructuras.
Una lección de historia
De origen gótico-mudéjar, del siglo XIII principalmente, la iglesia de San Cipriano es una amalgama de muchos estilos arquitectónicos: gótico, los arcos fajones y nervios de la estructura de la nave, mudéjar parte superior de la torre, renacentista parte inferior de la torre y el pórtico y rococó los retablos, y hasta la década de los años 70 del siglo pasado que tenía el ábside románico hasta que se derrumbó y hubo que edificar una estructura nueva y moderna.
Paraíso de las bodegas-restaurante
Esta villa también es conocida por su gastronomía. Las bodegas-restaurante se sitúan al sur del municipio. La fama que las precede responde a sus espacialidades culinarias castellanas, como las sopas de ajo, los torreznos, los vinos locales y, sobre todo, la especialidad más reconocida: el lechazo asado.
A Fuensaldaña llegan visitantes de otras provincias y otras comunidades. Como curiosidad cabe destacar que, cuando vienen de Madrid o Ávila y preguntan para comer en las bodegas-restaurante, a estas les llaman “cuevas”.
Famosos del mundo del deporte, del mundo del cine y, sobre todo, personalidades políticas han pasado por sus mesas.
Hoy en día se sigue haciendo, por parte de algunos viticultores, la elaboración del vino de forma tradicional en estas bodegas. El resto del año se usan para para reuniones familiares, con amigos o celebraciones.
De Fuensaldaña a descubrir América
Cabe destacar a un natural oriundo de Fuensaldaña que acompañó a Cristóbal Colón en su primer viaje a América, Pedro Salcedo. Pedro primero marchó de la meseta para buscar mejor fortuna en Palos de la Frontera y allí fue escogido por el personal de la compañía del primer viaje de Colón.
Agustín Parrado (1872-1946) fue obispo de Palencia, arzobispo de Granada y cardenal de la Iglesia católica. Natural de Fuensaldaña, inauguró la primera fuente pública del municipio en su plaza más importante, que ahora lleva su nombre.
Un tiempo nuevo
Jóvenes emprendedores del mundo del vino encuentran nuevas formas de difusión de las tradiciones locales como Juan Príncipe, de Bodegas César Príncipe, pionero youtuber en la DO Cigales que se ha centrado en difundir tanto la historia tradicional y moderna de la elaboración del clarete, en la creación de la empresa familiar y en conocer otras zonas vitivinícolas.
También está el caso de Ricardo Crespo, de Eme Bodegas, con la elaboración artesanal de sus vinos y visitas turísticas que atrae a gente procedente de Nueva Zelanda, Corea del Sur y Estados Unidos, entre otros muchos países. Su ambición emprendedora no tiene límites y desea generar más sinergias en el municipio para el beneficio de sus gentes.
También cabe mencionar la bodega El Lagar del Duque, que escala en las preferencias del público por la calidad de sus vinos y gracias al medallero conquistado en concursos internacionales. A ello también contribuye la apuesta por la innovación, como el verdejo Verdú, amparado por la IGP Vino de la Tierra de Castilla y León.
Fuensaldaña alberga tradición y emprendimiento, historia y futuro, gastronomía y cultura. Fuensaldaña es todo eso y lo que se propongan sus gentes.
