Una motocicleta Sanglas se ha incorporado como pieza destacada del mes de mayo a la exposición permanente del Museo de Historia de la Automoción de Salamanca. Se trata de una pieza que cuenta con una particular historia y es una de las marcas más influyentes en la industria de la motocicleta española.
A través de la Sanglas 400 F se pretende homenajear la valiosa tradición del motociclismo español al tratarse de un modelo que marcó un punto de inflexión en la industria. Esta motocicleta, que está equipada con un innovador arranque eléctrico, personifica la innovación tecnológica y el espíritu pionero de la Sanglas.
Su historia se remonta a la década de los años 40, cuando dos hermanos estudiantes de ingeniería en Barcelona, Javier y Martín Sanglas, fundaron una de las principales marcas españolas de motocicletas. En 1945, vio la luz la primera motocicleta fabricada por ellos, una época en la que España carecía de una industria auxiliar. Para superar este desafío, los hermanos fabricaron todos los elementos necesarios en sus propias instalaciones, desde carburadores hasta llantas, en una época precaria en cuanto a los medios que se utilizaban.
Para realizar este modelo, los hermanos se vieron obligados a entregar sus motos sin los neumáticos, que los compradores deberían buscar por su cuenta. El aluminio para los cárteres lo obtuvieron de platos y cubiertos desechados del Ejército e incluso procuraban informarse de cualquier accidente aéreo para comprar sus restos.
Con el paso de los años y por su elevado coste, las motocicletas Sanglas fueron utilizadas por los organismos oficiales, como la Guardia Civil de Tráfico y la Policía Armada, consolidando su reputación y abriendo nuevas oportunidades en el mercado. A través de modelos emblemáticos, como la Sanglas 350/3 y la Sanglas 400, la marca demostró su compromiso con la calidad, el rendimiento y la innovación.
El modelo 400 nace en el año 1964, pasando a ser el modelo más emblemático y longevo de las motocicletas utilizadas por la Guardia Civil, prestando servicio hasta el año 1984. En cuanto a su estética, recuerda a las clásicas motocicletas inglesas de cuatro tiempos, tanto por su aspecto exterior como su mecánica, siendo equipada con un fino acabado y magnificas performances. Fue una verdadera revolución en su época, preparada con un motor ágil y deportivo, lo que la convertía en una máquina preparada para el turismo y los viajes de largo recorrido.