“No sé si lo que he hecho merece esto, pero sé que he puesto la vida y el corazón en ello”, ha confesado Blanca Portillo durante la entrega de la Espiga de Honor con la que la 68 Seminci reconoce una trayectoria jalonada de éxitos tanto sobre los escenarios como detrás de la pantalla. Emocionada, la intérprete, protagonista de Teresa, la última película de Paula Ortiz cuyo estreno mundial ha tenido lugar hoy en la Sección Oficial, fuera de concurso, ha recibido el premio a manos de Asier Exteandia, quien se ha referido a ella como uno de sus “referentes más importantes”.
Portillo ha recordado las veces que ha pisado las tablas del Teatro Calderón con distintas obras y ha definido el galardón como “un abrazo” que recibe “inmensamente feliz y honrada”. “Siempre he pensado que la vida rima y que las cosas pasan por algo”, ha reconocido la actriz, al tiempo que ha confesado sentir “pudor” por la alegría generada por este premio en “tiempos muy difíciles donde parece que el ser humano está mostrando su peor rostro”.
Su compañero de reparto en Teresa, Asier Etxeandia, le ha entregado el reconocimiento a quien sitúa como uno de sus “referentes” más importantes también en el ámbito personal. «Es muy impresionante ver a alguien a tu lado trabajando que pone por delante su profesión y el amor a su profesión que a sí misma. He visto a Blanca poner en riesgo su vida emocional, su vida económica, su físico por sacar adelante los personajes que le tocaba hacer», ha ensalzado.
La actriz ha avanzado por el patio de butacas del Teatro Calderón para recoger la Espiga al ritmo de ‘Losing My Religion’ de R.E.M. y de varios minutos de aplausos con el público en pie.
Forjada como actriz sobre las tablas desde que a los 17 años debutase con un grupo aficionado, Blanca Portillo ha dejado personajes míticos para la historia del teatro español, entre ellos el siempre recordado Segismundo de La vida es sueño que dirigió Helena Pimenta para la Compañía Nacional de Teatro Clásico. Esa vertiente reconocida con cinco premios MAX, el Nacional de Teatro de 2012, la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes de 2014 y el Corral de Comedias de Almagro de este mismo año, además de otros muchos galardones, tiene su réplica en el cine con papeles memorables.
Ahí están la Maixabel de la película homónima de Iciar Bollain por la que obtuvo el Goya, o Agustina de Volver, de Pedro Almodóvar, que le valió el galardón a la mejor interpretación femenina en el Festival de Cannes y una nueva colaboración con el director manchego como coprotagonista de Los abrazos rotos, o Charo en Siete mesas de billar francés por la que se llevó la Concha de Plata de San Sebastián.
Momentos después de recibir la Espiga de Honor de manos de Asier Etxeandia, Blanca Portillo ha iluminado la pantalla del Teatro Calderón con otro personaje de altura, la Santa Teresa de Jesús a la que encarna en Teresa, de Paula Ortiz.
Música y drama familiar con ‘El amor de Andrea’
«El cine de escuadra y cartabón a mí no me interesa». Así de tajante se ha mostrado Manuel Martín Cuenca durante la presentación de su última película, ‘El amor de Andrea’. El cineasta firma, esta vez junto a Lola Mayo en el guion, una nueva obra sobre afectos y desafectos familiares que supone un punto de inflexión en su filmografía, una película de esencia naturalista, despojada de todo ornamento, mucho más luminosa que sus anteriores trabajos y localizada en la Bahía de Cádiz sobre una niña que intenta recuperar la relación con un padre ausente.
La película se presentó en la sesión nocturna del Teatro Calderón y antes de su proyección tuvo lugar un momento muy especial con la interpretación en directo de la canción de la cinta por parte de Vetusta Morla y Valeria Castro.