«Hay muchas formas de hacer vino y vinos muy distintos», y detrás de esos procesos y frutos diversos, «mucha gente extraordinaria». Son esas personas, «artistas que hacen un producto del que se sienten responsables y orgullosos», a quien José Luis López-Linares ha buscado para poner en pie Rioja, la tierra de los mil vinos, que vive su estreno absoluto en la 68 Seminci dentro del apartado Castilla y León en Largo, ya que detrás del proyecto está el productor Rodrigo Espinel. También pesa en esta película por su importancia «la tierra, el aire», tal como ha señalado el director.
Tras un primer trabajo en torno a los vinos de Jerez, López-Linares se ha detenido en el territorio vitivinícola de Rioja, sin pasar por alto su riqueza monumental, y no le importaría dar continuidad al proyecto por el resto de España y, por supuesto, en Ribera del Duero, según ha confesado. De momento, espera que tras ver la película el espectador salga del cine con la necesidad de «abrir una botella» y «consciente de que es un privilegiado de tener esa familiaridad con el vino, de que es parte de nuestra vida». Porque, como ha señalado, en pocos sitios está tan asentado ese rito de tomar una copa «en compañía».