La iglesia de la localidad de Torre de Babia (Cabrillanes, Babia, León) presenta una planta de cruz latina con una estructura general gótica con bóvedas nervadas en la zona del crucero. Según libros de fábrica, ya es nombrada en el siglo XIV. En un estudio realizado sobre la arquitectura en la comarca, al hablar del edificio se dice: “…los paramentos del interior se encontraban dibujados con pintura en forma de cuadricula simulando el aparejo de sillares y dibujando las canterías de huecos inexistentes…”.
Aunque se tenía constancia de la posible existencia de pinturas murales bajo las capas de argamasa y pinturas aplicadas en épocas posteriores, se hizo más patente su existencia durante las obras de rehabilitación del inmueble realizadas por el gobierno autonómico durante el año 2017, que ha sido el momento en que se dejaron a la luz las pinturas murales primigenias en numerosas zonas de los paramentos por una serie de levantamientos de los estratos superiores.
Estas pinturas murales lucieron con vida propia en perfecta simbiosis con las formas arquitectónicas, pero con el paso del tiempo, gusto e intervenciones sobre ellas se fueron acumulando capas de morteros de reparación, otras pinturas, grandes muebles, enfoscados de cal a lo que se sumó la anulación de espacios y elementos arquitectónicos, dejando el esplendor de las épocas primarias sumido en el silencio y la ocultación.
La pintura mural original debió permanecer descubierta totalmente en mejor o peor estado de conservación hasta finales del siglo XVII, aproximadamente, fechas en las que se montaron los retablos laterales de estilo barroco contrarreformista, situándose en un primer plano ocupando y ocultando buena parte de los paramentos. Posteriormente, el retablo barroco churrigueresco en el siglo XVIII ocultó la capilla central, quedando sus pinturas murales en la más absoluta oscuridad. Las pinturas murales fueron cubiertas por morteros de reparación, enfoscados de cal, encalados, revestimientos o retablos a lo largo del tiempo.
La intervención de conservación y restauración, que se está finalizando actualmente, se ha centrado en la recuperación y restauración de la primitiva pintura mural, que se encuentra a lo largo de toda la iglesia para conservar y devolver una imagen de color en perfecta simbiosis con las formas arquitectónicas de la iglesia. Se ha descubierto un tejido pictórico de imitaciones arquitectónicas al estilo del momento, es decir, transición del siglo XV/principios del XVI, sobre las que se aplicaron representaciones iconográficas de carácter popular realizadas posteriormente.
Iglesia de San Vicente de Torre de Babia
El inmueble se sitúa sobre el alto de una loma, a las afueras de pueblo, en la zona sur. Su planta es de cruz latina, limpia por la cara sur y adicionada a ella una capilla y la sacristía por la cara norte.
No se sabe con exactitud la fecha de construcción del inmueble, por fuera destaca su austera portada renacentista, aunque la estructura general del templo es gótica con bóvedas nervadas en la zona del crucero. La iglesia en general con un estilo gótico renacentista se encuadra en una construcción a partir del siglo XVI.
La fábrica de sus muros es de diferentes piezas según la alturas y zonas, así en las cotas más bajas hasta llegar al zócalo y en las zonas de esquinas que configuran cada espacio se observa mayoritariamente sillares que en cotas más elevadas pasan a ser sillarejos y para rellenar los numerosos paños se adiciona mampuestos. Por el exterior pueden observarse cuatro contrafuertes, construidos en sillares, en las esquinas de los brazos que conforman el crucero, y dos más en la nave reforzando el arco fajón.
Hay diez ventanas de diferentes tipologías y épocas, mayoritariamente situadas en el lado sur y este, enmarcadas básicamente en sillerías. Actualmente, seis abiertas y cuatro cegadas con diferentes niveles de ocultación, las cuales se sitúan detrás de los tres retablos que se encuentran en las capillas de la cabecera, y detrás del retablo de la capilla norte situada en la nave. Una ventana más se cree que existe completamente oculta en la capilla norte, paramento norte, zona superior. La puerta de entrada está situada en la fachada sur enmarcada con un paño de sillares y en la zona superior presenta arco de medio punto.
Nada más entrar al interior nos encontramos con una amplia nave única, sus muros recorren desde el coro situado a los pies de la iglesia hasta la cabecera donde se bifurca para dar apertura a dos capillas laterales. El paramento norte de la nave, en su segundo tramo, se abre, para dar paso a una capilla lateral, construida en épocas posteriores en la que aparece un retablo de estilo neogótico del siglo XX. Las dos capillas laterales situadas en la cabecera presentan retablos barrocos contrarreformistas del siglo XVII ocupando gran parte de los paños. En la zona central de la cabecera se sitúa un retablo barroco churriqueresco del siglo XVIII, que ocupa la totalidad del hueco del diseño arquitectónico de la capilla, y al estar montado sobre el primer plano de la capilla hace que el espacio arquitectónico quede oculto tras el mueble, toda esta capilla se encuentra ciega.
Las bóvedas están realizadas con sillares y mampuestos de piedra caliza. Es de cañón en la nave, en la capilla adosada y en la zona oculta de la capilla central; y nervada de aristas, sobre el crucero y capillas laterales. El cañón de la nave se ve reforzado por un arco fajón de medio punto en sillería. La bóveda nervada, que presenta decoración en las crucerías, así como nervios labrados, se sustenta sobre los arcos torales en sillería que abren las capillas y el presbiterio, y los formeros insinuados sobre los muros. La capilla lateral adosada se abre en el segundo tramo de nave con un arco de medio punto en sillería.