Como es propio en Tierra de Campos, las grandes obras de arte resultado de su prosperidad en el pasado, no se encuentran a simple vista. La iglesia de Santa María de Arbas de Mayorga y su capilla lo dejan claro
Daniel González // Fotografía: José Daniel Navarro
Varias torres compiten por ser las más altas de Mayorga, un pueblo de la comarca de Tierra de Campos a medio camino entre León y Valladolid. Su verticalidad actual es un reflejo de la importancia que alcanzó con una notable colección de iglesias mudéjares, aunque solo se conservan 5 de las 15 que llegó a tener. De entre todas ellas, hay una, con una alta torre rematada con teja cerámica, que destaca por lo que guarda en una de sus capillas: la iglesia de Santa María de Arbas, declarada Monumento Histórico-Artístico.
Fue a principios del siglo XIII, durante la segunda repoblación, cuando se formó alrededor de esta iglesia un nuevo barrio poblado por gentes procedentes de la zona leonesa del valle de Arbas. De esta construcción primigenia apenas se conservan vestigios (salvo el ábside semicircular de la cabecera), ya que fue reformada continuamente en los siglos posteriores, especialmente en el XVI y XX.
Hace unos años la iglesia dejó de tener culto. El edificio se cerró y la falta de recursos para su conservación hizo mella en su estructura y en todos los bienes artísticos que protegía. Y la joya del mudéjar de Mayorga, la capilla de los Villagómez, adosada al costado sur del maltrecho templo, no se libró de esta desidia.
Con planta ligeramente rectangular y acceso desde la nave a través de un gran arco apuntado, lo espectacular de este espacio se encuentra en la parte superior en la que destaca la colorida armadura con decoración mudéjar. Pero no todo se queda aquí, pues la zona alta de las paredes de la capilla, que toca con el artesonado, se decora con yeserías de tipo granadino con temática heráldica, decorativa y epigráfica, lo que confiere una gran originalidad al conjunto.
Se construyó en 1422 por encargo de Pedro García de Villagómez y de su esposa Juana Díaz, como señala el texto inscrito en la capilla: “Pero García de Villagómez e Juana Dias su moser a su costa e sumisión… en 1422”. El autor de la ornamentación de la estancia se desconoce, aunque se trata sin duda de una obra mudéjar dada la abundancia en esta época de carpinteros y yeseros altamente especializados.
La buena noticia es que en mayo de 2021 se anunció una inyección de la Junta de 50.000 euros para consolidar la estructura y restaurar artesonados y paramentos. La iglesia, además de la capilla, conserva dos retablos del siglo XVIII, así como otros, de mayor tamaño, de estilo rococó y sin policromar en las capillas del crucero.
Por otro lado, el retablo mayor de pintura sobre tabla que tenía la iglesia, fechado en 1498 y de los mejores de la provincia, se encuentra actualmente en la iglesia parroquial de El Salvador de Mayorga. Está compuesto por 24 pinturas atribuidas al maestro de Palanquinos, uno de los pintores de mayor calidad del último gótico en los territorios que conforman el actual noroeste español.
De iglesia que se hundió a referencia para los amantes de los artesonados