En lo que a turismo se refiere, está la Zamora en mayúsculas, la más popular, y la Zamora en minúsculas, más silenciosa pero igualmente hermosa
Daniel González
Ni la ciudad de Zamora se ganó en una hora, ni mucho menos su provincia. Porque las tierras zamoranas merecen tiempo y esfuerzo para poder disfrutar de todas sus facetas.
Encontrarás a lo largo y ancho de la provincia monumentos románicos tan emblemáticos como la Catedral de Zamora, la Colegiata de Toro, la iglesia de Tábara o monasterios como el de Santa Marta del Tera o las extraordinarias ruinas de Santa María Moreruela.
También contemplarás paisajes memorables como el Lago de Sanabria, los Arribes del Duero o las Lagunas de Villafáfila. Y ya no digamos su gastronomía con deliciosos ejemplos como el arroz a la zamorana, el botillo de Sanabria, el rebojo o sus reputados vinos tintos.
No obstante, estos lugares y sabores no necesitan demasiada publicidad. La mayoría son bien conocidos tanto dentro de la provincia, como más allá de sus fronteras. Por eso, en este artículo, os queremos presentar aquellos otros rincones más ocultos en los mapas turísticos de la provincia, pero igualmente impresionantes:
1. Monasterio de Sancti Spiritus el Real
Irse de Toro sin pasarte por este monasterio es quedarte con una foto incompleta de la ciudad. Declarado Monumento Histórico-Artístico en el año 1943, el Monasterio de Sancti Spiritus el Real está emplazado muy cerca de las orillas del Duero en la ciudad cermeña y guarda tras sus históricos muros numerosas reliquias.
Sepulcros profusamente ornamentado de reinas infantas y nobles, un artesonado policromado de cuidada factura, una iglesia decorada con abundantes frescos, un retablo churrigueresco, un museo de arte sacro, una colección única de sargas, un claustro con un bonito jardín. Maravillas todas que podrás visitar a partir de abril de este año (más información aquí)
2. Villalonso y su castillo
Muy cerca de Toro, pero pegadito a la provincia de Valladolid, nos encontramos con la localidad de Villalonso que cuenta con uno de los castillos mejor conservados de la provincia. El pueblo actualmente no llega a los 80 habitantes, pero llegó a tener a principios del siglo XX cerca de 700 vecinos.
Una drástica perdida de población que bien podría haberse notado en su castillo, pero no. Sus sólidos muros de piedra mantienen muy bien la silueta de cuando se reconstruyó en el siglo XV sobre otro castillo anterior. Sigue los cánones típicos de la Escuela de Valladolid y su excelente conservación encandiló hasta a la industria de Hollywood, que utilizó la fortaleza como escenario de la película Robin y Marian (1976), que contaba con las estrellas Sean Connery y Audrey Hepburn entre su reparto.
3. Grijalba de Vidriales
Nos vamos al norte de la provincia, dentro de la comarca de Benavente, para descubrir la joya de Grijalba de Vidriales. Esta localidad de 30 habitantes, pertenece administrativamente al municipio de Granucillo, y el centro de nuestra atención gira en torno a su iglesia parroquial de Santa María, dedicada a la Virgen de la Asunción.
Se trata de uno de los templos góticos más interesantes de toda esta comarca, especialmente por el magnífico artesonado que cubre el techo de su única nave. Una maravilla geométrica de madera de rica textura del que se desconoce el autor o autores. Esta techumbre y el retablo mayor de la escuela de Gaspar Becerra del siglo XVIII, han sido restaurados en el año 2021 gracias a una inversión de más de 300.000 euros.
4. Centro de Interpretación de la Carpintería de lo Blanco
Ya que hablamos de artesonados, hay un lugar en la Tierra de Campos zamorana perfecto para sumergirse en su mundo de madera. Hablamos de Villamayor de Campos y su Centro de Interpretación de la Carpintería de lo Blanco, ubicado en una de sus iglesias, la de San Esteban.
Este espacio museístico fue el fruto de la insistencia de un pueblo por salvar su iglesia, abandonada a finales del siglo XX y que se llegó a hundir parcialmente en 1999. Consiguieron rehabilitarla y la convirtieron en un lugar donde profundizar en la carpintería de lo blanco, un oficio aplicado al trabajo de la madera labrada y que dio origen a multitud de artesonados en toda España.
En el museo de Villamayor se cuenta con paneles y vitrinas explicativas de todo lo relacionado con esta especialidad artística y podrás contemplar también las dos joyas que custodiaba la iglesia: un artesonado considerado como uno de los mejores de toda la provincia de Zamora y un retablo mayor de estilo italianizante.
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5. Otero de Sanabria
Situado a 8 kilómetros de Puebla de Sanabria, Otero es el pueblo más pequeño de España donde para el AVE. Una curiosidad que no es la única, pues esta pequeña localidad de 24 habitantes cuenta con una iglesia cuyo interior es pura fantasía. Todo, debido a las pinturas de finales del siglo XVIII que se dibujan por buena parte de la madera de su techumbre y columnas.
En ellas se representan motivos vegetales, fuentes, jarrones, animales, castillos y ciudades idealizadas. No presentan una alta calidad pictórica, más bien tiene un cierto aire ingenuo, pero en todo su conjunto hacen de esta iglesia una singular belleza de colores. Razón de que se la haya apodado como la ‘Capilla Sixtina sanabresa’.
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6. Villarrín de Campos
Esta localidad se sitúa junto a las Lagunas de Villafáfila, uno de los humedales más importantes del norte peninsular y, por tanto, un punto perfecto para el avistamiento de aves. Pero más allá de este oasis natural, Villarrín de Campos cuenta con otro atractivo a destacar: los insignes palomares.
Los palomares son una de las edificaciones más representativas y emblemáticas de la comarca de Tierra de Campos, y Villarrín es uno de los municipios que más muestras alberga. Los encontrarás de diversas formas, tamaños y estados de conservación y repartidos a lo largo y ancho del municipio.
7. Castrotorafe
En esta lista no podía faltar una ruina, lo que nos lleva a Castrotorafe, una villa medieval ya despoblada en el siglo XVII, emplazada junto al río Esla, en la comarca de tierra del Pan de Zamora. Lo que actualmente se vislumbra son en su mayoría ruinas, como las de su castillo o iglesia, saqueada por las tropas napoleónicas.
La villa de Castrotorafe se levantó junto al río Esla para reforzar el paso estratégico sobre este río a través de un puente para salvar su caudal. Además, su importancia se basaba en su ubicación entre tierras de León, Castilla, Galicia y Portugal. Actualmente, el despoblado se encuentra en ruina progresiva y está en la Lista Roja del Patrimonio de Hispania Nostra.