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San Miguel de Escalada. Mozárabe a lo bestia


La iglesia de San Miguel de Escalada es una oda a las maravillas del arte prerrománico

Los templos prerrománicos que han sobrevivido en España no son demasiado grandes, pero la singularidad de su arquitectura fascina a todo aquel que los descubre. Y la iglesia de San Miguel de Escalada, situada dentro del municipio leonés de Gradefes, es una de estas joyas que no puedes dejar de contemplar.

Se trata de un templo que se fundó como monasterio en la vega del río Esla, a pocos metros del Camino de Santiago, y que fue el comienzo del esplendor del arte medieval cristiano en la Península. Sus muros, con un inconfundible aire islámico, tienen más de 1.000 años, aunque hay ciertos elementos todavía más antiguos.

Iglesia de San Miguel de la Escalda. Foto: Jcyl

Joya del mozárabe

Lo primero de lo que debes ser consciente cuando llegas a esta pequeña basílica romana en miniatura, es que los detalles importan. En ellos se dibuja el rico pasado de San Miguel de Escalada. Parte de su historia, de hecho, estaba enterrada en el subsuelo, hasta las últimas excavaciones arqueológicas realizadas entre los años 1983 y 1987, que señalaron que, antes del monasterio, hubo en esta misma ubicación un lugar de culto de época tardorromana e hispano-visigoda.

Con la invasión musulmana en el año 711 a la Península está antigua construcción se abandonó y se arruinó. Hubo que esperar hasta el siglo X para que el culto deviniera de nuevo. La reconstrucción vino con la llegada de unos monjes procedentes de Córdoba encabezados por el Abad Alfonso con el apoyo de la monarquía asturiana.

Esta comunidad construyó en un tiempo récord las dependencias del monasterio, ni más ni menos que en 12 meses, siendo consagrado en el año 914. Si bien, para levantarlo reutilizaron materiales y elementos arquitectónicos de edificaciones de época romana y visigoda. La mano de obra fueron los mismos monjes y algunos seglares que se trasladaron con sus familias a tierras de Escalada y colaboraron con ellos.

Fruto del enfrentamiento entre culturas que durante la construcción de este monasterio dividía a la Península Ibérica en dos bandos, cristianos y musulmanes, también nació un nuevo estilo artístico y exclusivamente hispano: el arte mozárabe o arte de repoblación. Y sus impulsores fueron precisamente esos monjes cristianos que, como los de San Miguel de Escalada, huyeron de tierras islámicas llevando consigo sus formas constructivas.

Formas que se dibujan en esta iglesia como en muy pocas en España. Su marca más distintiva, los arcos de herradura, se presentan en abundancia tanto en el interior como en el exterior de la iglesia.

Magnífica por dentro y por fuera

La iglesia de Escalada es de planta basilical, con tres naves, las laterales más estrechas y bajas que la central, y todas ellas cubiertas de una techumbre de madera que aún conserva. Estas naves están separadas por un conjunto de arcos de herradura sustentado por columnas con fustas de mármol y capiteles corintios “recuperados” de esas antiguas construcciones romanas y visigodas. Todo su interior cuenta con una magnífica iluminación natural que nace de los 12 ventanales de los laterales.

Pero si dentro es maravilla, fuera tampoco deja indiferente. el magnífico atrio o pórtico construido a mediados del siglo XI.  De sus 12 arcos de herradura, los 7 más occidentales son mozárabes sobre fustes de caliza fina y basas, capiteles corintios y cimacios en mármol blanco.

Lo que hoy en día vemos es lo que sobrevivió a la Desamortización acontecida en el siglo XIX. En este siglo se abandona y desaparecen las dependencias monásticas, por lo que hoy solo restan la iglesia y la torre y capilla de San Fructuoso, estas últimas en estilo románico.

Tu destino predilecto

En resumen, que si lo que quieres ver es arte con más de mil años de antigüedad, a lo grande y puramente hispano, San Miguel de Escalada es tu destino predilecto.

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