Una palmera de piedra y un repaso por la historia del arte español. La iglesia de Wamba es muchos más que su famosa capilla de huesos
Daniel González // Provincia de Valladolid
Toda expectativa se queda corta al llegar a la singular iglesia de Santa María de la O en la localidad vallisoletana de Wamba. Os lo podemos asegurar. Pocos lugares en España aglutinan la historia del arte en tan poco espacio. Capa sobre capa, siglo tras siglos, este templo tiene mucho que contarnos. Desde la época de la realeza visigoda, hasta el siglo pasado, cuando un famoso doctor llamado Gregorio Marañón trajo dos camiones a Wamba para recoger unos cuantos huesos y llevárselo a Madrid.


Un pueblo con nombre de rey
Empecemos desde el principio. Allá por el año 672. En esta época, donde ahora se levanta la población, los historiadores sitúan a la ciudad visigótica de Gérticos, lugar en el que el rey godo Recesvinto falleció mientras descansaba en una supuesta villa de recreo. Como se dice que mandaba la tradición, al siguiente monarca se le coronaba el mismo lugar en que fallecía el anterior, de este modo llegó el monarca llamado Wamba (pronunciado Bamba), y Gérticos pasó a llevar el nombre del rey elegido.
Así, este pueblo situado a 17 kilómetros de Valladolid dentro de la comarca de los Montes Torozos, adoptó su curioso denominación, único en España que comienza en W. Después llegan los musulmanes que invaden la península, dejando abandonada una iglesia visigoda previa, sobre la que más tarde los cristianos en la repoblación del Valle del Duero fundan el monasterio de Santa María de Wamba en un novedoso estilo mozárabe.


En este estilo se conserva todavía la cabecera de la iglesia dibujada mediante arcos de herradura. El resto del edificio es una ampliación románica y gótica perfectamente integrada llevada a cabo por los Caballeros Hospitalarios de la orden de San Juan de Jerusalén, que obtienen el cenobio en el siglo XII.
El monasterio va creciendo al son de la pujanza de esta Orden, hasta la exclaustración del siglo XIX cuando comienza su rápido deterioro. De todos su conjunto solo se conservó la iglesia que continuó su culto para el pueblo, pero el resto de las dependencias prácticamente desaparecen. Y aunque es mucho lo que se ha perdido, todavía quedan notables atisbos de su considerable pasado.


El Árbol de la Vida
¿Una palmera en Castilla? Pues sí, dentro de la iglesia de Wamba encontrarás algo muy inusual. Se trata de una capilla donde sería sepultada la reina Urraca de Portugal y que presume de tener una bóveda de palmera, también llamada «Árbol de la Vida». Sus ramas de piedra están sostenidas por un tronco o columna muy desgastada por el paso del tiempo, pero también por la creencia de que tenía poderes curativos, lo que hizo que muchos habitantes de la comarca pasaran a tocarla con ese fin.
Este elemento es singular porque se conservan muy pocas en España, siendo una de las más famosas la de la ermita mozárabe de San Baudelio de Berlanga, en la provincia soriana.


Una habitación revestida de muerte
Más allá de la trascendencia artística del templo, hay mucho que van a Wamba a descubrir uno de los lugares más macabros de España. El osario, que solo se puede contemplar en las visitas guiadas organizadas por el ayuntamiento de la localidad, sobrecoge con unas paredes recubiertas de calaveras, fémures y tibias de más un millar de personas entre monjes, mujeres y niños datados entre los siglos XIII al XVII.
Una escena sobrecogedora que se encuentra en una de las dependencias que se conservan en el lugar donde estuvo el claustro del monasterio, y que debió de contar con más huesos de los que presenta ahora. Ancianos wambeños recuerdan cómo de niños jugaban con los huesos sacados de un osario donde las calaveras llegaban al techo.


El responsable de tal disminución de restos humanos fue el doctor Gregorio Marañón que decidió trasladar a la Universidad Complutense de Madrid dos camiones llenos de huesos. Marañón era por aquel entonces catedrático de Endocrinología y destinó las piezas a las prácticas de los estudiantes de la Facultad de Medicina.
¿De dónde salió tal cantidad de restos humanos?
Lo más aceptado es que sean miles de restos pertenecientes a enfermos atendidos allí y en otros lugares de Castilla por los Caballeros Hospitalarios de la Orden de San Juan de Jerusalén. Estos fueron depositando los restos en un mismo lugar cuando se desenterraban los cuerpos para inhumar a nuevos fallecidos ante la falta de espacio para dar tierra sagrada a los cadáveres.

Y no nos olvidemos de la moraleja
Amontonar y colocar minuciosamente tal cantidad de huesos no fue en vano. No se hizo porque sí. En una de sus paredes se puede leer el siguiente epitafio: “Como te ves, yo me vi, como me ves, te verás, todo acaba en esto aquí. Piénsalo y no pecarás”.

Horarios de visitas a la iglesia de Wamba
Viernes de 17 a 19,30 h. Sábados, domingos y festivos: de 11 a 13,30 hs. y de 17 a 19,30 h. El resto de la semana, concertar visita al teléfono: 679 142 730. Entrada: Individual: 2,50€ (precio a fecha de octubre de 2022)
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