La villa romana de Santa Cruz alberga un conjunto de mosaicos excepcionales en la provincia de Burgos, sin embargo, no todos ellos son los originales. La causa: un chapucero robo
Algo más de 20 kilómetros en coche separan los restos de la ciudad romana de Clunia Sulpicia de otro yacimiento romano más pequeño y desconocido: la Villa Romana de Santa Cruz, situado en el pueblo burgalés de Baños de Valdearados. Una distancia que merece la pena recorrer, pues en esta joyita se encuentra el conjunto de mosaicos más importante de toda la provincia.
El yacimiento tardorromano, cuya antigüedad se remonta a los siglos IV y V, está a 16 kilómetros de Aranda de Duero y a 82 de la capital burgalesa, dentro de la comarca de Ribera de Duero. Este goza de un aula interpretativa que permite su pleno disfrute y adentrarse en su historia. Pero si eres observador, verás que hay algo extraño en los mosaicos, con diferentes tonalidades en el color de las teselas.
El hallazgo y las excavaciones a lo largo de los años 70
Su hallazgo, como suele pasar con todas las villas romanas, fue por casualidad. A finales del año 1972, en unas tareas de explanación de un terreno del pueblo llamado de Santa Cruz, salieron a la luz objetos llamativos: piedras labradas, fustes de columnas, cerámica y restos de mosaicos. Así comenzaron las primeras campañas de excavación por José Luis Argente, en los años 1973, 1974 y 1978, y que descubrieron un total de diez habitaciones y cuatro pasillos, únicamente en la parte noble de la villa.
Entre todo ello se descubrieron en tres de las estancias unos magníficos mosaicos, que ponen en relieve la riqueza y esplendor de sus propietarios durante los últimos siglos de apogeo del imperio romano. La estancia principal, la oecus o sala de recepción, presentaba el mosaico más valioso, de unos 66 metros cuadrados y muy bien conservado, dedicado al dios del vino Baco.
También se halló en una segunda habitación una representación a la diosa Ceres, diosa de la tierra fértil y los cereales, y la diosa Fortuna, más cuatro bustos femeninos que representan posiblemente a las estaciones. La tercera, el Triclinium o comedor presenta un mosaico geométrico adaptado a la planta de la sala, con forma de T.
Durante los años siguientes a las excavaciones se continuó con la exploración de la zona noble de la villa, y a finales de los años setenta se lleva a cabo el traslado de los mosaicos a unas naves del pueblo. No sería hasta mediados de los noventa cuando el emplazamiento original fue acondicionado, momento en el cual los mosaicos fueron repuestos en su ubicación original.
Invierno de 2011: el ‘chapucero’ robo
Pero llegó el invierno de 2011. Quienes se encargaban de la gestión del yacimiento se encontraron con que una parte de los mosaicos habían sido arrancados. Un robo en la noche que en realidad fue una chapuza y en el que se llevaron la escena central del mosaico de Baco y dos escenas menores de los vientos Eurus y Zephyrus.
Desconocedores de cómo estaba colocado el mosaico dentro del yacimiento, los ladrones extrajeron de mala manera y sin ningún cuidado las teselas, haciendo, según los expertos, imposible su reconstrucción una vez robado. Un expolio que fue calificado de desolador y que puso de manifiesto la falta de seguridad del yacimiento.
La Junta de Castilla y León intervino, y gracias a las nuevas tecnologías, en 2015 se creó una réplica del mosaico sustraído. Es una fiel reproducción que no quiere engañar a nadie, pues se distingue del resto del mosaico original con una tonalidad más oscura en los colores de las escenas reconstruidas.
Un pueblo orgulloso de su historia
Este verano, la asociación cultural ‘Dios Baco’ de Baños de Valdearados ha pedido a la Junta de Castilla y León la reanudación de las excavaciones en la villa romana de Santa Cruz, ya que solo está descubierta una pequeña parte de todo su conjunto. Además reclaman su apertura al público durante todo el año.
De momento, y a la espera de que esto suceda algún año, el pueblo sigue celebrando una fiesta que se ha convertido en una de sus tradiciones más llamativas. Cada año, a finales del mes de agosto, los habitantes de la localidad se visten de romanos y celebran una gran comida popular en una fiesta honor del dios Baco para rememorar su glorioso pasado.