Hay que tener cuidado cuando se entrevista a Juncal Rivero, la nueva propietaria del concurso Miss y Mister España. Despierta, incisiva y ágil en las respuestas, esta vallisoletana nacida en el barrio de la Rondilla las caza al vuelo y contrataca.
¿Que alguien le pregunta si en el certamen solo se valora la belleza? Ella se revuelve y deja claro que, por supuesto, podría tratarse de un concurso centrado exclusivamente en el físico de los concursantes. “No sé por qué la belleza se discrimina tanto; voy a tener que empezar a pedir inclusión en la sociedad”, recalca con cierto sarcasmo, pero uno diría que sin mala uva. 
Lo cierto es que la convocatoria también busca talento en su regreso a España ocho años después, y Juncal ha tomado las riendas para sacar adelante el concurso con todas las consecuencias. Su intención es que la elección de Miss y Mister España reaparezca en televisión, en el popular formato de ‘talent show’, como Operación Triunfo o La Voz. De este modo podría verse a los candidatos y valorar la convivencia pero también su talento o su potencial para la interpretación, la moda, la comunicación o la canción.
Sería un certamen enfocado al entretenimiento, que ofrecerá diversión al público, mientras que a los candidatos les dará “la oportunidad de cumplir un sueño que, tal vez, viviendo en un pueblo apartado no podrían cumplir”.
Se trataría de que esos chicos y chicas tengan una puerta abierta a un nuevo mundo, “una oportunidad que luego hay que aprovechar y en la que hay que luchar para salir adelante”. Como la propia Juncal, la hija de una familia obrera que se presentó al concurso de Miss España casi por casualidad y que, gracias a su talento y a un esfuerzo que no siempre se aprecia, ha triunfado en los mundos de la moda, el teatro, la televisión y el cine. Por cierto, reconoce que la etapa más dura fue “la de maniquí” y que su verdadera vocación frustrada es la del ballet clásico. Durante años fue, nada menos, alumna de la bailarina y coreógrafa Mariemma, con quien se profesaba un cariño mutuo.
Sus caminos acabaron por separarse, pero la experiencia vivida junto a Mariemma se suma a un bagaje de vivencias y relaciones por el que Juncal no deja de estar agradecida. “El tiempo pasa deprisa y pienso en lo afortunada que he sido, y soy, de haber vivido tantas cosas, conocido a tantas personas, normales y relevantes, y de haber visto tanto mundo”, subraya.
Esta mujer de mundo es la que está llamada a actualizar el concurso de Miss y Mister España, que amplía su cantera hasta los 30 años, no discrimina por el estado civil de las personas ni aparta a quienes tienen hijos, retoques estéticos o tatuajes sobre la piel. En su faceta de empresaria, Juncal Rivero espera que el certamen aporte los valores de respeto, honestidad, responsabilidad, integridad y solidaridad. Una búsqueda de talento que no se detiene ante nada, “porque yo no me presenté para que me dijeran que era la más guapa; lo hice porque quería acercarme a mi sueño profesional y ese fue el medio. Este es mi objetivo ahora que vuelve el certamen oficial después de ocho años”.
