La Ruta teatralizada del Hereje recorre las calles de Valladolid para revivir lo narrado en la última gran novela de Miguel Delibes. Entre lo ameno y lo cultural, el recorrido es de participación libre y se inicia en la plaza de San Pablo
Ricardo Ortega
El recuerdo del doctor Agustín de Cazalla y de todos aquellos que han sido perseguidos por su fe o sus opiniones vuelve un año más a recorrer las calles de Valladolid con motivo de las fiestas de San Pedro Regalado.
La compañía Azar Teatro recorre el centro histórico de la ciudad, desde la plaza de San Pablo hasta el Campo Grande, con una ruta guiada que recuerda la historia narrada en ‘El hereje’, la novela escrita en 1998 por Miguel Delibes y que recibió el Premio Nacional de Literatura.
La Ruta del Hereje es una de las fórmulas más entretenidas, pero también más estimulantes, para que vecinos de la ciudad y visitantes conozcan los secretos de rincones como San Pablo, las Brígidas, Santo Domingo de Guzmán, Fuente Dorada o la Plaza Mayor, donde se celebraban los terribles autos de fe organizados por la Inquisición y presididos por la familia real.
El recorrido finaliza en el Campo Grande, que en el siglo XVI era un descampado donde se instalaban los quemaderos: allí donde eran quemados vivos aquellos que no abjuraban de sus ‘errores’. Quienes sí lo hacían, como el propio doctor Cazalla, eran estrangulados antes de arder.
La ruta se celebra entre música y pequeñas actuaciones en los emplazamientos más emblemáticos del centro histórico, escogidos por la compañía como escenario. Con un diálogo trenzado entre Nicomedes, el sabiondo interpretado por el actor Francisco Mateo, y una guía turística del Ayuntamiento de Valladolid, cuyas explicaciones complementan aquello que ve y siente el espectador.
Se celebra con humor, aunque nunca con chanzas a cuenta de lo que narra ‘El hereje’, como subrayan los responsables de la compañía.
Pero la obra hay que verla hasta el final, cuando se hace pública la terrible sentencia contra quienes decidieron mirar más allá de lo establecido. También cuando se encoge el corazón de los presentes ante la intervención de Minervina Capa, interpretada por la actriz Mercedes Asenjo. Minervina es la nodriza y será, más adelante, la amante de Cipriano Salcedo, el protagonista de la novela.
Es el único momento del recorrido en que está permitido llorar.