Sale a la calle un nuevo número de ‘Más Castilla y León’ cuando aún resuenan en Madrid los ecos de una masiva manifestación en defensa del medio rural. Las preocupaciones e inquietudes de las más de 50.000 personas que se manifestaron en la capital de España han servido para añadir enjundia al discurso político e institucional, aunque está por ver si se tratará de volutas de humo fácilmente dispersables y olvidables, o bien si habrá consecuencias tangibles ahora que la España vaciada ha dado un grito de ‘¡basta ya!’.
Lo que está claro es que el medio rural de Castilla y León siempre ha contado con defensores de primer orden, entre los que no dudamos en incluir a nuestra publicación, ya que desde siempre hemos contribuido a impulsar aquellos proyectos que tenían algo que aportar a eso que se ha dado en llamar ‘dinamismo’ de las pequeñas poblaciones. Lo mismo compañías agropecuarias que grandes iniciativas culturales.
Todas ellas forman parte del argumentario, de los contenidos de nuestra revista, que en esta ocasión presenta argumentos de desarrollo rural tan sólidos y dispares como el reclamo turístico de la Semana Santa, el vino, la cocina tradicional, la arqueología o, por qué no decirlo, la caza.
Todas las provincias de Castilla y León tienen motivos para ser visibles, para ser noticia, y por ello su realidad tiene reflejo en las páginas de ‘Más Castilla y León’. Un ejemplo de ello está en el sello que otorga la asociación de los Pueblos más Bonitos de España, con veinte miembros repartidos por toda la comunidad y que vuelve a recordarnos lo que ya sabíamos: que son muchas las localidades convertidas en un recurso turístico gracias a su urbanismo, a su entorno y al carácter de sus gentes.
Pero Castilla y León no es solo turismo, como nos empeñaremos en demostrar en este número… y en los que están por venir.