La cecina es uno de esos productos tradicionales que nos hacen querer con locura a la provincia de León. Ya era popular antes de los romanos, pero no es hasta el siglo XVI cuando su consumo se puede considerar típico del medio rural leonés.
La IGP Cecina de León define las características de esta carne curada, procedente de cuatro partes de la vaca: tapa, contra, babilla y cadera. Pero no hay que perder de vista que los animales empleados pueden ser el caballo, el conejo, el burro, el buey, la liebre o el jabalí. La Cecina de Chivo de Vegacervera, también en León, cuenta con su propia marca de garantía.
También tienen fama merecida la cecina de equino de Villarramiel, en la provincia de Palencia, y la de vacuno de Toro.