Este evento religioso recibió en enero de este año dicha catalogación gracias a su “espíritu y esencia”, inalteradas desde el siglo XV
Castilla y León es cultura. Su patrimonio aumenta, y lo hace gracias a la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) inmaterial de la Semana Santa de Medina de Rioseco. Un evento religioso que vive más de la mitad de la población y una excelente oportunidad para visitar la centenaria ciudad del corazón del viejo reino de Castilla. Declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional desde el año 2009, ha logrado en enero de 2019 esta nueva catalogación gracias a su “espíritu y esencia”. Y es que la Semana Santa de Medina de Rioseco -cuyos orígenes se remontan al siglo XVI- conserva prácticamente inalterada su esencia, sus procesiones y ritos, que han pasado de generación en generación sin apenas interrupción.
Ni el recorrido ha cambiado, de modo que las murallas de la ciudad continúan viendo cada año cómo los pasos recorren el pueblo desde la antigua Rúa Mayor y conectan las tres iglesias parroquiales. Un acto clave para la lectura e interpretación de la celebración. Un paseo sobrecogedor en el que los pasos, cargados a hombros de los cofrades, casi rozan los balcones de las casas de sus estrechas calles. Se trata de esculturas de madera que, a golpe de gubia, tallaron grandes maestros de la imaginería castellana como Pedro de Bolduque, Mateo Enríquez o Tomás de Sierra.
SIGNO DE IDENTIDAD
Esta manifestación religiosa es un signo de identidad para los habitantes de este municipio, en el que más del cincuenta por ciento de sus vecinos forman parte de una de las 17 centenarias cofradías que componen la Semana Santa riosecana.
Entre los ritos que han pervivido destacan la recogida y desfile de gremios, cuyos orígenes se remontan al siglo XVIII. También se desarrollan actos para que las hermandades se conozcan y socialicen entre ellas.
Mención aparte merece el Viernes Santo, con la salida de los llamados ‘pasos grandes’, dos colosales grupos escultóricos que representan la Crucifixión y el Descendimiento del Señor, conocidos como ‘El Longinos’ y ‘La Escalera’