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Alrededor de 48.000 espectadores disfrutaron en Segovia de la 31 edición de Titirimundi

El 31 Festival Internacional de Teatro de Títeres de Segovia Titirimundi ha terminado con un balance de un 100% de entradas vendidas en patios y espacios cerrados y alrededor de 48.000 espectadores, cifra ligeramente superior a la de la pasada edición. Aguaceros que no han podido, sin embargo, con el Festival que, desde el 10 hasta el 15 de mayo ha llevado a cabo 425 funciones en Segovia capital.

En las sesiones de interior se registraron 4.080 espectadores y 4.200 niños en las 28 funciones escolares de La Cárcel, La Alhóndiga, Palacio de Quintanar, Centro de Interpretación de la Naturaleza.

Un total de 10.988 localidades se vendieron para poder ver los espectáculos de los patios, este año con más montajes en estos espacios históricos llenos de encanto: 3.700 entradas más que en la edición anterior.

Asimismo, Titiricole aunó a 296 niños de 15 colegios en 18 representaciones y a 3.750 espectadores que se acercaron a ver la labor de los actores más pequeños de Titirimundi con el mismo ímpetu que en el resto de las representaciones de la programación.

Titirimundi hace frente en la calle: un público que sabe responder con entusiasmo y un equipo de organización capaz de vencer imprevistos e inclemencias del tiempo.

Titirimundi, cada año tiene una mayor de demanda de espectáculos y espacios, una garantía de asistir a toda una fiesta de los sentidos con montajes de calidad, la venta anticipada que formaliza que las butacas estén ocupadas y las facilidades que ofrece para las personas que vienen de fuera y para los segovianos, que pueden comprarlas antes de que comience el Festival. Y además, el buen público, dispuesto a hacer frente a la lluvia con tesón y entrega, y un equipo de organización capaz de vencer imprevistos y las inclemencias del tiempo, que este año desde el jueves hasta el sábado ha obligado a trasladar distintos montajes, especialmente en patios o montajes de formato más pequeño (Lejo, Barti, The Pish Dolls, Victor Antonov, Huber Marionettes o Guixot de 8), a lugares de interior o a espacios al aire libre resguardados, debido a la lluvia torrencial, aguaceros y tormentas que, sin embargo no han podido con el Festival.

Durante estos días, la gente no quiso perderse ningún espectáculo, con lluvia y sin ella, durante el día y durante la noche (como la función de El Chonchón el viernes 12 a las 22h. en San Martín), y las compañías de calle hicieron todo lo posible para aguantar con su montaje antes de tomar una decisión de traslado a otro lugar. En ocasiones pudo aguantarse. Mutis hizo su función en la Plaza Mayor, con la anécdota de un traspiés de uno de sus actores a causa del escenario bañado por la lluvia media hora antes, que supo incluso acoplarlo al desarrollo de la obra, con el beneplácito de un público entregado. Solamente hubo de cancelarse en la calle una función de Victor Antonov, La Gotera de lazotea y El Chonchón, y Salvatore Gatto y Rocamora en los barrios, debido a que justo a esa hora el tiempo impidió que se llevara a cabo y no cejó hasta horas después.

El domingo de sol y cielo completamente despejado, el Azoguejo, San Martín la Plaza Mayor y la calle Real eran lugares en los que resultaba difícil transitar. El mismo público abarrotó los espacios con un entusiasmo desbordante y unas ganas de disfrutar de los títeres sin parangón. El Carrusel d’Andrea, los talleres infantiles de construcción de títeres, estuvieron, asimismo, llenos y en total, en la calle se registró una cantidad de 21.200 espectadores. Una de las estrellas de esta edición que hizo las delicias del público, sin duda la exposición de Gilbert Legrand, que continuará abierta en el Torreón de Lozoya hasta el 18 de junio, por la que estos días pasaron más de 3.800 personas.

Paradójicamente, Titirimundi goza del mayor número de espectadores de su historia y deja en Segovia un impacto económico 8 veces superior a la inversión total, habiéndose convertido en un acontecimiento artístico, festivo, promocional y económico que, junto con la Semana Santa segoviana, es uno de los eventos estrella que generan inversión en la ciudad. Titirimundi atrae multitudes, mientras que al propio festival, salvo excepciones que indican inteligencia y el hecho de velar por el interés común, le cuesta disponer de plazas hoteleras libres y a un precio asequible para el alojamiento y manutención de las compañías, este año conformadas por 120 personas.

Indicativo de la demanda es que el primer día de venta de entradas, en solo 3 horas se vendieron 3.000.

En esta edición número 31, Titirimundi se ha celebrado de forma intensiva y concentrada en 6 jornadas, con 70 funciones por día como media, y 37 compañías de 11 países, que han mostrado su arte en Segovia durante el Festival.

8 patios y 9 ubicaciones de calle, han sido los espacios privilegiados de la 31 edición de Titirimundi. Una edición en la que se ha vendido un 100% del porcentaje de las entradas de los patios a través de Internet.

Además, se repartieron en la ciudad 30.000 programas de mano. Como objetos deseados, el público adquirió camisetas de todos los tamaños, con el lema “ojos como platos” y cuadernos “de las manos al alma”. Este año las gorras hicieron furor el domingo, que lució un sol esplendoroso, calor y la gente se agolpó en la calle para poder disfrutar del festival.

La web de Titirimundi, con una nueva estructura ampliada, ha recibido 34.800 visitas, casi el doble que el pasado año, por 24.118 usuarios. Más de la mitad, realizadas por mujeres entre 35 y 44 años, y gracias a dispositivos móviles gracias al diseño responsive de la página del Festival.

El blog oficial de Titirimundi, integrado en la web del Festival e inaugurado hace tres años como cuaderno de navegación, álbum de sueños y recuerdos de cada edición, ha registrado 393 visitas gracias a 7 post escritos durante el transcurso de esta edición, a los que hay que añadir 35 post más de ediciones anteriores.

Asimismo, la página de Facebook, con un alcance en esta semana de 40.181 personas, 10.000 más que en la pasada edición, y 9.900 likes, ha sido mayormente seguida en un 62% por mujeres en un compendio de edad entre 35 y 44 años, fans españoles (Segovia, Madrid, Valladolid, Barcelona y Valencia), y seguidores afincados en Argentina, Italia, México, Reino Unido, Francia, EE.UU. y Colombia, a través, en un alto porcentaje, de dispositivos móviles.

Los espectáculos inolvidables

Y es que si por algo se ha caracterizado Titirimundi 2017 ha sido por la calidad de espectáculos que permanecerán en la retina durante un tiempo, empezando por una inauguración distinta, con el pregón del narrador José Luis Gutiérrez “Guti”, y un espectáculo puramente teatral con tan solo una escena de títeres, que por su temática, interpretación y audaz puesta en escena, enganchó al público: Pulgarcito, de la compañía vasca Teatro Paraíso.

Sin duda, montajes como L’après-midi d’un foehn de Non Nova serán guardados en la memoria por muchos espectadores que entraban con un silencio sagrado a la Iglesia de San Juan de los Caballeros, gracias a un espectáculo lleno de inusitada belleza y poesía a través de bolsas de plástico que se movían gracias al viento generado por los ventiladores. Un material, la bolsa de plástico común, que también cobró vida por Ymedio Teatro en su barraca lorquiana en un montaje riguroso y digno.

Además, delirios escénicos como Vulgarcito de La Chana, el Retablillo de títeres y cuentos de Rodorín, o la larga lengua de los cuentos de Quitapesares, la intimidad y magia de Teatro TEHb y su “ambulancia teatral” con La Enciclopedia de los dragones, la apabullante capacidad de un clown del siglo XXI para explicar la vida obsesiva: Sacékripa y su Vu, que dejó a los espectadores satisfechos, la audacia de Aïeaïeaïe y su imaginativa y veraz explicación de la vida en pareja o la delicadeza de Le Clan des Songes y su alegoría de la fragilidad de la que está hecho el ser humano; la maestría y admiración que despertó Huber; o la siempre sonrisa que hacen emerger El Circo de las Pulgas, Lejo o Barti.

Además, otro montaje diferente, el de Marie de Jongh con Amour a través del teatro de máscaras y con un tema poco tratado en el mundo del teatro, el amor que supera cualquier moral. También gustó a los más pequeños Caracoles de Eugenia Manzanera o Kissu del Centre de Titelles de Lleida, y el Carrusel d’Andrea, que volvió a transportar a sus viajeros a través del universo imaginario de Julio Verne (y que continuará instalado en la Plaza del Azoguejo hasta el 22 de mayo, haciendo soñar a los más pequeños): Leandre nos hizo supervivientes en una isla-refugio llena de intensas, Salvatore Gatto volvió a hacer resurgir a Pulcinella, en una edición en la que se homenajeó al maestro por excelencia del Punch Rod Burnett, fallecido el pasado 1 de mayo, justo antes de llegar al Festival, en el que siempre había estado desde hacía casi tres décadas, y al que Titirimundi ha abierto un libro in memoriam en la web del festival para mantener su legado. Pendiente de los hilos se mantuvo el público con Victor Antonov, Rocamora, Pelele Marionettes, Plansjet y la tradición musical regresó con Mayalde, los juglares más originales de España. Además, la dulzura de La Canica con La Sirenita, microespectáculos como el de Holoqué o Miguelillo, y la locura heavy de The Pish Dolls.

Una nueva edición que vuelve a hacer de Segovia una ciudad volcada en el arte de la marioneta, lugar de fantasía y realidad donde se revelan los misterios de la existencia. Porque Titirimundi no es sino un parón en la vida cotidiana para celebrar la Vida, la irrupción de lo maravilloso en la rutina de una Segovia transformada, por amor al arte, en el mundo fantástico con el que todos, alguna vez, hemos soñado. Y la verdadera fortuna es que podemos vivirlo durante esos días.

Titirimundi este año ha llegado a 18 pueblos de la provincia de Segovia (Ayllón, Bernuy de los Porreros, Coca, El Espinar, El Sotillo, Fuenterebollo, Hontanares, Navas de La Asunción, Navas de Riofrío, Navas de Oro, Otero, Prádena, San Cristóbal, Santiuste San Juan Bautista, Trescasas, Valseca, Valverde y Zarzuela del Monte), 8 ciudades y localidades de Castilla y León (Ávila, Arenas de San Pedro y Candeleda; Burgos; León; Salamanca; Toro y colaboración con Zamora), 4 lugares de la Comunidad de Madrid (Alcobendas, Guadarrama, Soto del Real y Alcalá de Henares, en el Corral de Comedias) e incluso a Extremadura (Trujillo) y Navarra (Colaboración con Barañáin).

Fotografía extraída de la página de facebook de Titirimundi www.facebook.com/titirimundi.segovia/

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