Más de la mitad de ‘El bueno, el feo y el malo’ se rodó en territorio burgalés. La Asociación Sad Hill recupera los escenarios en los que se filmó la legendaria película para conmemorar el quincuagésimo aniversario de la grabación. También ha preparado un simposio con ponentes de alto nivel, exposiciones, proyecciones del film y otras muchas actividades
Desde la N-234, a la altura de Barbadillo del Mercado (Burgos) hay que continuar cinco kilómetros por una carretera vecinal muy sinuosa hasta llegar a Contreras. Cada vez está más cerca Peña Carazo. La mole rocosa, que parece un barco varado en tierra, adquiere tonos rojizos bajo el sol que comienza a caer. Los 1.400 metros de altitud que alcanza el farallón calcáreo -asediado por la solana unas veces y barrido por el viento, el hielo y la nieve otras- se antojan poco para lo que representa. Pedrizas y sabinas. Una vez en el pueblo tomamos el camino que lleva hacia la montaña. Ya no hay asfalto. Tres kilómetros más adelante, al llegar a unos indicadores, aparcamos para caminar otros 400 metros hasta llegar al cementerio de Sad Hill.
El silencio es absoluto y el paisaje sobrecogedor. Grandioso. Es el lugar que hace 50 años eligió Sergio Leone para rodar el ya mítico el duelo final a tres bandas en el que se enfrentan Clint Eastwood, Eli Wallach y Lee Van Cleef en ‘El bueno, el feo y el malo’. Es el paraje del Valle de Mirandilla, en terrenos de Santo Domingo de Silos, done los pistoleros se enfrentan por el tesoro enterrado en la tumba del desconocido. Una cinta fundamental en la historia del séptimo arte.
El sábado 2 de julio la Asociación Sad Hill celebra una jornada de voluntariado desde las 10,30 horas de la mañana para recuperar los escenarios en los que se rodó la famosa película, especialmente el espacio donde se baten en duelo los tres protagonistas
Desde el centro del círculo empedrado se escucha la no menos legendaria banda sonora que compuso Ennio Morricone para el film. No hay megafonía ni nada que la reproduzca. Solo resuena dentro de la cabeza, pero con tanta fuerza que parece real. Es real. Sobre todo para los fanáticos de la película, cuya mayor parte del metraje fue rodada en estos parajes del alto Arlanza, en el entorno de la Sierra de la Demanda burgalesa. No en el desierto de Almería, como todavía creen muchos.
Más de la mitad del metraje
Esta es la espina que llevaban clavada algunos apasionados de la película. Y han decidido arrancársela a lo grande. Los voluntarios que integran la Asociación Cultural Sad Hill han tomado las riendas para dar a conocer al mundo la comarca en la que Leone filmó la película y conmemorar el quincuagésimo aniversario del rodaje.
Una vez obtenidos los permisos necesarios, desde finales del pasado verano, los voluntarios han trabajado duro para recuperar el cementerio. La primera tarea fue descubrir el círculo de piedra, en el que los tres protagonistas se baten a tiros. La infraestructura estaba oculta bajo un palmo de tierra que ha habido que retirar con pico y pala. Las cruces de madera habían acabado hace mucho en los fogones y chimeneas. Una cuadrilla de la Junta se encargó de desbrozar la zona, aunque todavía quedan remates.
Los voluntarios se afanan estos días en reconstruir con materiales que recuperan de viejas tenadas caídas el murete que circundaba el círculo de piedra. “Es una pechada, pero la gente está respondiendo”, apunta satisfecho Sergio García, de la Asociación Cultural Sad Hill. Dos siluetas en acero, soldadas por los alumnos de un centro de FP de Ortuella (Vizcaya) vigilan ahora el cementerio de Sad Hill.
Una tumba por quince euros
Una iniciativa que ha resultado muy exitosa es el apadrinamiento de tumbas. Le ha permitido a la asociación obtener alguna financiación, que se suma a la pedrea de un número de lotería, la aportación de seis ayuntamientos de la zona (Carazo, Contreras, Covarrubias, Hortigüela, Salas de los Infantes y Santo Domingo de Silos) y de la Diputación Provincial de Burgos.
Ya van cerca de setecientos apadrinamientos. “Por quince euros ponemos el nombre del donante en la tumba, una frase de la película o lo que él quiera, porque hay gente a la que le da un poco de ‘yuyu’ incluir su nombre”, comenta Sergio García.
Además del paraje del cementerio, hay otra tres localizaciones en la comarca que son determinantes en este wéstern. En el monasterio de San Pedro de Arlanza Rubio se recupera de sus heridas acompañado por Tuco. Al oeste de la localidad de Carazo se levantó la prisión nordista de Batterville, un fuerte de 14.000 metros cuadrados.
Fueron muchos los habitantes de la zona que participaron con extras en el rodaje. Un destacamento militar de Burgos fue movilizado para construir el cementerio y el fuerte. Estos soldados también participaron en la batalla que concluye con la voladura de un puente -que también habían levantado- sobre el Arlanza, entre Cobarrubias y Hortugüela. Simulaba el río Grande. Hubo que repetir la toma porque, por un error de coordinación, lo volaron sin que las cámaras estuvieran grabando.
Simposio internacional
La Asociación Sad Hill ha programado del 20 al 24 de julio un simposio de cinco días con presencias de la talla de Christopher Frayling, biógrafo autorizado del cineasta italiano, Peter J. Hanley, documentalista e investigador neozelandés experto en este título y autor de un libro que rinde tributo al equipo técnico del rodaje, y Giuditta Simi; hija de Carlo Simi, arquitecto y director artístico del largometraje. Habrá conferencias, exposiciones, visitas al cementerio, actividades de senderismo y mucho más. Toda la información está en www.acsadhill.es. La gran pregunta es si finalmente acudirá Clint Eastwood.
Más información en el número 53 de la revista ARGI