Los parques de aventura ubicados en plena naturaleza permiten el doble disfrute que ofrece la acción de superar las pruebas del circuito y el desarrollo de la actividad al aire libre, en un entorno de gran riqueza medioambiental. La seguridad del usuario está garantizada
Una aventura en algunos de los mejores lugares de la comunidad. En plena naturaleza, en simbiosis con un entorno medioambiental perfectamente conservado. Es la diversión asegurada con todo bajo control. Esta es la propuesta de la Fundación Natural de Castilla y León con su red de Bosques de Aventuras, una iniciativa que en los últimos cuatro años ha superado los 50.000 visitantes; una cifra que se incrementa una temporada detrás de otra.
PARQUES DE AVENTURAS
‘El Amogable’ (Soria)
‘El Risquillo’ (Ávila)
‘Pinos Cimeros’ (Ávila)
‘El Robledal del Oso’ (Palencia)
‘Las Batuecas’ (Salamanca)
Los parques de aventura en los árboles son instalaciones de ocio implantadas en un medio natural, y que por su ubicación permiten un contacto con la naturaleza diferente de los medios tradicionales. El respeto por el medio ambiente, es absoluto, pero sin que por ello disminuya la diversión de las actividades para los participantes. Son instalaciones accesibles para todo tipo de público, sin importar el estado físico de cada usuario, ni su edad. Permite, por tanto, su uso a familias, grupos de amigos, empresas, así como a otros colectivos y personas.
Son recintos cerrados y controlados, donde los participantes pueden realizar varios circuitos lúdico deportivos de dificultad creciente, en íntimo contacto con el medio natural. Los diferentes retos que integran los recorridos se encuentran suspendidos a una altura variable. Utilizan el soporte natural de los árboles para establecer pruebas de diferente longitud entre varios de estos soportes, enlazadas una tras otra hasta conformar una senda de retos sobre el nivel del suelo. El trazado pone siempre a prueba la habilidad y equilibrio de quien acepta este divertido desafío.
Los retos constan de una serie de elementos naturales o artificiales -madera, cables de acero, nylon- que, unidos o dispuestos de distintas formas, permiten cruzar desde una plataforma situada en un árbol o soporte artificial de comienzo de la prueba hasta otra ubicada en el siguiente soporte. Y ahí comienza la otra prueba. A pesar de que con los medios que se ponen al alcance del participante, se puede progresar desde el comienzo hasta el final del reto, todos ellos sin excepción cuentan con un sistema de seguridad conocido como ‘línea de vida’, que protege en caso de que ocurra cualquier incidencia. El objetivo es siempre divertirse jugando bajo un riesgo controlado.
(Seguir leyendo en el nº 46 de ARGI)