Alfredo Fernández
En 2026, Castilla y León se suma al Año Gaudí para homenajear el genio de un visionario espiritual, reservado, obsesivo con el detalle y con una creatividad que se salía de lo común. Su principal actividad se basaba en trabajos en Cataluña, pero alguna vez dejaba escapar alguna perla de su arte en lugares como Cantabria, León o Astorga.
Año Gaudí
Castilla y León, de la mano del consejero de Cultura, Turismo y Deporte, Gonzalo Santonja, ha creado el comité de honor para el correcto homenaje del Año Gaudí. La iniciativa se encuentra formada en torno a una divulgación que contribuya a la conservación y restauración del patrimonio gaudiniano.
Se van a priorizar en todo momento los proyectos que tengan más vista en dejar huella, como las publicaciones especiales, los homenajes, los recursos museográficos y los materiales que enriquezcan el estudio del legado de Gaudí. La junta ha dejado clara su disposición a colaborar en cualquier tipo de acción de homenaje, como la programada en la «Casa Botines» en el mes de abril con el motivo de la celebración de la exposición temporal «Gaudí y la Ciudad Moderna», así como el Congreso Internacional esperado en la ULE en el mes de octubre. Estas actividades, según expresa la Junta, tienen un alto valor cultural y se centran en profundizar el estudio de la obra y proyectos de Gaudí.
La Junta destacó también la implicación de las iniciativas de FUNDOS, alojadas en la «Casa Botines» se exponen como un compromiso con la conservación y con nuestras evidencias de un pasado que sirve para impulsarnos en el futuro.
Se expuso también la creación de una cooperativa para la restauración y adecuación de los interiores del Palacio Episcopal de Astorga que, mediante sus acciones permite mejorar la funcionalidad del edificio de acuerdo con su carácter de museo.
El Año Gaudí no solo se completará con las acciones de la Junta, sino que los mismos museos han presentado sus respectivos calendarios. El Palacio Episcopal de Astorga, por su parte, realizará esta serie de actos:
- En enero se presentará la pieza del mes dedicada exclusivamente a Antoni Gaudi.
- En febrero el museo se reservará para visitas y actividades de carácter escolar.
- En marzo estará dedicado a Juan Bautista Grau i Vallespinós.
- En abril se celebrará el Día Internacional de Pascua.
- Mayo está dedicado a la inauguración y visitas guiadas de los jardines.
- En junio se conmemorará junto a la Sagrada Familia la misa por el centenario de su muerte.
- En julio el palacio participará en el curso de verano del Escorial titulado “Gaudí y Astorga en su centenario”.
- En septiembre el palacio estará dedicado a Pío Gullón.
- En octubre se hará un homenaje a la finalización de la construcción del palacio.
- Para finalizar, diciembre estará dedicado a la Navidad en el palacio. Por su parte, el calendario de la «Casa Botines» está aún sin definir al completo, por lo que mantendrán la exposición «Gaudí y la ciudad moderna», fechada en abril, así como múltiples planes de renovación de su plan museológico y exposición permanente.
Obras castellanoleonesas
Gaudí no dejó de sorprender con su estilo rompedor y mezclador de técnicas, tratando de ser modernista a su manera.
Ya con una madurez arquitectónica brindada por la creación de obras tales como la Casa Vicens, El Capricho (ubicado en Cantabria y con el que dio el salto fuera de su comunidad autónoma natal), los Pabellones Güell o el Palacio Güell, Gaudí dio el salto a la zona de León.
En un inicio, el arquitecto recibió un encargo procedente de un clérigo que era amigo suyo y de su Reus natal, llamado Joan Baptista Grau i Vallespinós que, tras ser nombrado como nuevo obispo de Astorga, le encargó a Gaudí la creación de un Palacio Episcopal designado para esa ciudad. La creación de ese emplazamiento se llevó a cabo entre 1889 y 1915, destacando su principal carácter neogótico.
El palacio fue creado con una planta articulada con cuatro torres cilíndricas, rodeada por un foso. El pórtico de la entrada fue remachado con tres arcos abocinados hechos con sillares separados entre sí por contrafuertes inclinados. La estructura del edificio se sustenta en una serie de pilares decorados con capiteles seguidos de bóvedas de crucería sobre arcos ojivales de cerámica vidriada. Para finalizar, se creó con unos remates adornados al estilo mudéjar para así destacar el tono clásico del edificio, mostrando cómo adoptó para su creación un estilo tradicional, pero solventando fallos arquitectónicos que este cometía en el pasado.
Tras la creación de dicho palacio, se le encargó realizar la «Casa Botines» solo dos años después, en 1891, proyecto que tomaría tres años hasta finalizarse en 1894.
Su llegada a León no fue algo tan sencillo como lo que le ocurrió al llegar a Astorga, porque en su periplo leones, las casualidades fueron la orden del día.
En 1886, dos arquitectos leoneses (Simón Fernández y Mariano Andrés González-Luna) se convierten en propietarios del terreno que luego sería destinado para la construcción de la «Casa Botines«. Estos arquitectos comenzaron queriendo utilizar el terreno para trasladar allí su negocio de tejidos. Este negocio había sido regentado en sus inicios por el catalán Juan Homs i Botines que, viendo cómo Simón se casaba primero con su hija y luego con su sobrina, lo termina haciendo socio del negocio.
Al fallecimiento del propietario catalán en 1876, los comerciantes leoneses se hicieron cargo del negocio conocido de forma simple como «Casa Botines». Tras varios años de búsquedas de cambio, de rechazos del ayuntamiento y de intentos fallidos de trasladar su negocio al nuevo emplazamiento, los comerciantes buscaron tanto apoyo logístico como una persona que diseñara y creara su nuevo edificio, y ese era Gaudí.
Años antes del inicio de la construcción del edificio, tanto Simón como Mariano, contactaron ya con el arquitecto catalán. Este interés por una mano creativa que viniera de tan lejos, se debía a las profundas conexiones catalanas que existían en León en esa época. Esta fuerte conexión no se debía únicamente a relaciones laborales y comerciales estrechas entre ambas regiones sino que el antecesor de Joan Baptista Grau i Vallespinós, el canónigo Cayetano Sentís i Gran, era habitual de un pueblo cercano a Reus. Las conexiones no cesan aquí sino que el arquitecto de la diputación de León en ese entonces era Francisco Blanch i Pons, no solo conocido por Gaudí por sus labores arquitectónicas, sino también por ser el marido de una pariente suya de su Reus natal.
Pero aún no estaba todo cerrado, porque en este momento previo al inicio de la construcción, es donde los comerciantes y Gaudí cierran sus acercamientos. Simón y Mariano eran representantes del Banco Hispano-Colonial de Barcelona, que fue fundado por un pariente del afamado mecenas Eusebio Güell. Este fue el que puso en contacto a los comerciantes con el arquitecto para así finalizar esta unión comercial que tanta cola traía.
Y tras todas estas dificultades, se construye la nueva «Casa Botines». Al tratarse de un edificio de la misma época que el Palacio Episcopal de Astorga, su estilo se mantuvo en el neogoticismo. Decidió completar el edificio mezclando este estilo con su característico estilo modernista, por lo que dio paso a la creación de despachos y almacenes en la parte inferior, complementadas por viviendas en la superior.

Los muros de la parcela se realizaron de piedra caliza, detallados en forma almohadillada. Tras esto, el edificio se encuentra franqueado por 4 torres de estilo cilíndrico rematadas con agujas de forma cónica. Las ventas están dispuestas en formas de guillotina, con unos convenientes voladizos en forma inclinada, diseñados de esta forma para retener la nieve tan habitual de esta zona. Su fachada principal es de un estilo puramente gótico, mostrando arcos lobulados, completados por una escultura de San Jorge y un reloj.
Gaudí logró llegar a una zona muy alejada de su hábitat natal para aquí, mediante la creación de dos obras arquitectónicas con fines totalmente opuestos: Una residencia episcopal y una casa de vecindad, lograr una similitud estética y estructural para así lograr marcar su sello en una zona de similitudes geográficas en las que su huella se sigue notando a día de hoy.
Imagen principal: Palacio Episcopal de Astorga: Javier Montes



