Hay pocos paisajes que se puedan comparar con aquellos en los que un curso de agua ha conseguido abrir un tajo en la roca, hasta hacer innecesario el concepto de valle. Con permiso de los Arribes del Duero, merece la pena destacar la propuesta estética, turística, que encarnan las hoces formadas por los ríos Riaza y Duratón en la provincia de Segovia.
Es un paisaje que embelesa, que cautiva, que enamora. El tacto de la pizarra, el sonido del viento al mecer los árboles, el sabor intenso de un queso tradicional, el aroma de una cerveza artesana, la vista alucinante de paisajes de película… Sin pretenderlo, los cinco sentidos con los que cuenta el ser humano se ven involucrados en la experiencia de acercarse hasta el nordeste segoviano.
Son los estos elementos los que han justificado el Plan de Sostenibilidad Turística ‘Hoces de Segovia’, que busca detener el proceso de despoblación a través del tejido productivo y los valores ambientales y culturales presentes en este territorio. Sus promotores apuestan así por revitalizar la zona mediante el turismo sostenible, que atienda la diversidad, genere empleo no estacional y procure el asentamiento de personas.
Reconocimiento
Un entorno natural espectacular; patrimonio e historia; cultura y gastronomía… Los pueblos que componen el área de Hoces de Segovia gozan de prestigio bien ganado. Algunos de ellos figuran entre los pueblos más bonitos de España. Hay, con todo, sorpresas escondidas. Lugares que ponen de relieve la importancia de la región como paraíso natural.
Recorrer la ruta de los pueblos de colores para descubrir auténticos tesoros y dejarse llevar por su insólita belleza y singularidad. El rojo de la arenisca ferruginosa como Madriguera; el negro de la pizarra como Becerril y el amarillo de la cuarcita de Martín Muñoz de Ayllón, componen un cuadro en el que el viajero se adentra para conocer los recovecos escondidos de pueblos en los que tradición, historia y gastronomía son los pinceles que le dan forma.
Flanqueando las cuatro esquinas que conforman pueblos como Sepúlveda, Sebúlcor, Maderuelo o Riaza, están los Parques Naturales de las Hoces del Duratón y las Hoces del Riaza. Cuentan con más del 40% de su superficie en la Red Natura 2000, incluyendo zonas de especial protección para las aves y lugares de interés comunitario.
Adentrarse en las Hoces del Riaza es quedarse sobrecogido por la belleza de ver cómo una inmensa hilera de árboles ocupa el antiguo cauce del río, agudizar el oído para escuchar el viento agitar sus hojas, que emulan las ondas del agua.
Ambos parques se unen a través de rutas ciclistas y senderistas que permiten al visitante recoger los amplios matices, texturas, colores y olores de una comarca cautivadora.











