María Álvarez Escalante
Todos los años, cuando llegan las altas temperaturas, Huelva cede el testigo de la producción de fresa a la comarca segoviana de Tierra de Pinares. Si no fuese por el paisaje que nos da la bienvenida, la imagen de los invernaderos nos haría pensar que estamos en el sur de España.
Es un fenómeno que se produce desde hace décadas, de modo que el paisaje ha acogido como propio un cultivo que no era habitual en esta zona, con un impacto muy importante sobre el empleo y el desarrollo de los pueblos.
Sorprende conocer que más de 10 millones de kilos de fresa salen desde las tierras pinariegas del Carracillo hacia los hogares de toda la península ibérica bajo la marca muMu, comercializada por El Pinar.
Hace 40 años que Javier Esteban, al que muchos tacharon de loco, se planteó la idea de producir fresa en la mitad norte de la península. Comenzó adaptando el cultivo a los campos arenosos de Tierra de Pinares, seleccionando variedades con unas características excepcionales y apostando por las técnicas más novedosas.
Con mucha dedicación, y tras incontables pruebas de ensayo y error, este agricultor, que hasta el momento había cultivado zanahorias, patatas y otros cultivos “más tradicionales”, emprendió el viaje que ha convertido a El Pinar en líder en producción de fresa.
Planta de fresa
La compañía inició su actividad con la producción de planta de fresa y en la actualidad cuenta con tres líneas de negocio: producción de planta, desarrollo varietal e I+D y, en tercer lugar, la producción de frutos rojos.
El Pinar cuenta con 150 hectáreas de cultivo de fresa en convencional y 15 en ecológico entre las segovianas Coca, Nava de la Asunción y Chañe. El 90% de su producción corresponde a la fresa, aunque también tiene frambuesa, mora, arándano y grosella. Todas las plantas salen de los propios viveros de la compañía.
A los legos en la materia les llama la atención el cultivo en hidropónico. “Lo hacemos en unos sacos de cultivo donde plantamos. Esto nos permite controlar muy bien el riego y el abonado para que la planta tome solo lo que necesita. Así somos más eficientes. Además, al estar colgando y no en contacto con el suelo, la ventilación y la calidad de la fruta es mejor”, señala Diego García, director de Negocio de El Pinar.
Gracias al sistema circular de riego por goteo consigue reutilizar un 30% del agua. “Todo el excedente de riego lo recogemos, lo tratamos y lo volvemos a utilizar”, explica García. La demanda hídrica del cultivo oscila, dependiendo de la variedad, entre los 3.000 y los 6.000 metros cúbicos por hectárea.
Cuidado del entorno
“Nosotros apostamos por tratar bien al consumidor y este no quiere que utilicemos fitosanitarios en la producción”, señala el responsable del cultivo. Por ello, desde hace 15 años están desarrollado técnicas de cultivo libres de residuos, utilizando productos inocuos para el ser humano y para la naturaleza, limitando al máximo el uso de fertilizantes sintéticos y apostando por el control biológico de plagas.
La escasez de mano de obra en el campo es una cuestión recurrente en todo el sector agrario y que se enfatiza en la sección de las fresas, que requieren una especial delicadeza en su manipulación. El fruto se recolecta a mano y se coloca directamente en las bandejas en las que será comercializado. Las fresas se preenfrían en cámaras de refrigeración ubicadas en el propio campo. Posteriormente se trasladan hasta el centro de manipulado, situado a escasos kilómetros, donde se realiza de nuevo un nuevo preenfriado y se pasa por la línea, en la que únicamente se coloca el plástico termosellado y el etiquetado.
“Intentamos que la fruta se manipule lo menos posible y que le llegue al consumidor tal y como ha sido recogido en el campo”, explica Isabel Martín, responsable de Administración de El Pinar. Una de las “obsesiones” de la compañía es mantener en todo momento la cadena del frío. Por eso el producto se conserva en cámaras frigoríficas, donde permanece escasas horas. En un solo día las fresas estarán colocadas en los lineales de los supermercados.
Cada día salen de las instalaciones de Coca hacia los supermercados Mercadona en la península, Baleares, Canarias y una parte de Portugal entre 80 y 90 palets diarios, lo que cerca de 90.000 tarrinas de 400 gramos. Unos 40.000 kilos en total. En toda la campaña, el gigante de la distribución comercializará 4 millones de kilos de fresa segoviana.
¿Dónde va esta fruta?
En casi todos los supermercados del territorio nacional se puede encontrar esta fruta de verano. Y es que el 90% de la fresa se vende en supermercados nacionales y solamente un 10% se destina a la exportación, a países como Francia, Alemania o Italia.
Mercadona lleva más de diez años trabajando de la mano de El Pinar para llevar hasta el consumidor toda la gama de frutos rojos. “Son especialistas en el producto. Trabajan desde el I+D en el desarrollo de variedades para conseguir el producto final con las características que demanda el consumidor final”, explica Irene Oliva, responsable de Compras de Mercadona especializada en fresa, fresón y arándano.
Juntos han desarrollado un proyecto de fresa de verano, que ha experimentado un considerable aumento del consumo en los últimos años. En la actualidad están en inmersos en la expansión de este proyecto para llevar la fresa de verano a Canarias, estudiando variedades que tengan una vida útil suficiente para soportar el viaje hasta las islas en condiciones óptimas.
“Se ha desarrollado un mercado que antes no existía con este volumen. Desde hace unos tres o cuatro años la fresa se ha convertido en un producto que el cliente quiere consumir todos los días del año. Este proyecto en Segovia es la punta de lanza de esta evolución”, afirma Oliva.
Para tener éxito hay que realizar un trabajo de 360 grados. “Tenemos que conocer la parte de la sociedad en la que impactamos, como es esta comarca segoviana”, además de estudiar la inversión que requiere el proyecto. “Se basa en ir de la mano y hacer una previsión con el proveedor a tres, cinco o diez años, con la que les otorguemos la seguridad de que van a crecer de nuestra mano y para que su crecimiento sea escalonado”, apunta Oliva.
Mano de obra
El Pinar da empleo a más de 1.300 personas de 12 nacionalidades distintas. “El bienestar de nuestros empleados es prioritario para nosotros. Vivimos de que la gente esté a gusto y quiera repetir campaña tras campaña”, subraya Oliva.
Hay visos de que la que mecanización pueda convertirse en un aliado del sector a medio plazo. Ya se realizan pruebas en las que uno robot controlado por inteligencia artificial detecta y recolecta la fruta madura.
Líder en producción de planta
Castilla y León es la mayor productora de España de planta de fresa, una planta que luego se traslada a otros lugares de España, principalmente Huelva, donde se termina el ciclo y se comercializa el fruto. Es Huelva la que produce el 95% de la fresa de España con esa contribución de plantón castellanoleonés.
La producción de fresa en la explotación de Coca arranca en marzo, con la plantación; los primeros frutos empiezan a recogerse en el mes de mayo, con una oscilación de entre uno y cinco días de recolección. La cosecha continúa hasta noviembre, con las primeras heladas.
Para atender la demanda del mercado, solapan esta campaña segoviana con producciones en varias zonas de la península, como Alentejo (Portugal), donde producen frambuesas, moras y arándanos durante todo el año.
Desde diciembre hasta mayo, el foco de la producción de fresa de la compañía se establece en Huelva.