Tres Almacenes Reales de Sal, conocidos como El Depósito, Trascastro y La Magdalena, se encuentran en un estado de ruina y abandono, donde destaca el deterioro de un legado arquitectónico e industrial significativo para la región. Estos almacenes, construidos durante los reinados de Felipe II y Carlos IV, han perdido su esplendor, dejando en evidencia la falta de protección y conservación.
El Depósito, el edificio más antiguo, fue erigido bajo el reinado de Felipe II. Por otro lado, Trascastro y La Magdalena, situados en el valle que les da nombre, fueron financiados por la Hacienda Real de los Borbones a principios del siglo XIX durante el reinado de Carlos IV. Estos almacenes no solo representan un ejemplo excelente de arquitectura industrial, sino que también son testimonio de la importancia que la industria tuvo en Poza de la Sal.

Los Almacenes Reales de Sal, construidos con piedra labrada y mampostería, destacan por sus grandes dimensiones y huecos de acceso de medio punto. Estos edificios no solo servían para el almacenamiento de la sal, sino también como habitaciones y contaban con dependencias para el personal encargado de su mantenimiento, como el guardalmacén, llenadores, pesadores y carabineros.

Actualmente, los almacenes carecen de protección legal específica y se encuentran en un estado deplorable. Las cubiertas están hundidas y el deterioro es evidente. El Depósito, ubicado en el casco urbano, está vallado y perimetrado con carteles que alertan del peligro de derrumbe. Trascastro y La Magdalena, situados en los valles, aún impresionan por su monumentalidad, a pesar de su avanzado estado de ruina.