Después de varios días de reposo, y ya con tiempo para haber digerido la primera edición de la nueva era de Seminci, el director, José Luis Cienfuegos, ha hecho balance del festival en Más Castilla y León. Y el veredicto del nuevo comandante del evento es positivo, aunque asegura, no obstante, que su satisfacción es “moderada”.
Esta exigencia va ligada a la estrategia que quiere seguir la cita vallisoletana en los próximos años, y de la que ya se ha podido ver un esbozo en 2023. La respuesta del público, profesionales y medios de comunicación ha sido buena, y Cienfuegos ya habla de “salto cualitativo” a todos los niveles.
Este cambio está apoyado en la nueva imagen que pretende ofrecer el festival, con una línea muy clara, y que alcance una repercusión mayor fuera de Valladolid. El director de Seminci afirma que la presencia de público de fuera que ya ha acudido este año ha sido “muy potente”, y es una línea que pretenden consolidar. Otros festivales referencia como el de San Sebastián, u otros más de nicho como el de cine fantástico de Sitges se caracterizan por atraer a espectadores de cualquier lugar, y es un objetivo que persigue de manera decidida la nueva dirección.
Para ello la apuesta principal no es otra que la calidad de las películas. “Queremos construir unos cimientos más sólidos, atraer a nuevos públicos y hacer un festival disfrutable. Ya este año hemos traído películas muy potentes”, reivindica un Cienfuegos, que pide que la calidad de las cintas exhibidas en los teatros y cines vallisoletanos no se mida únicamente por los premios que se otorgan al final del certamen.
Sin poder ofrecer aún cifras concretas de asistencia, del director de Seminci ya adelanta que ha habido un incremento notable de espectadores en comparación con la edición de 2022. Y en esa mayor “cosecha” económica residen buena parte de las posibilidades de crecimiento del festival. Cienfuegos ha agradecido la confianza del público vallisoletano del que dice que ha “reivindicado su cinefilia”, y que se diferencia al de otras ciudades por ser espectadores “exigentes, pero también cómplices, comprensivos si les explicas las cosas”.
En la programación de la 68ª edición ya se han visto algunos intentos de atraer a público menos tradicional gracias a la transgresión y el vanguardismo. Y no solo se ha percibido en las secciones más experimentales -como la debutante Alquimias-, sino también en la Sección Oficial. Obras tan singulares como ‘How to Have sex’, ‘Desconocidos’ o ‘La Bête’, y que han peleado por la Espiga de Oro, van en esa senda.
Mayor peso del cine español y de las autoras
Uno de los detalles que han llamado más la atención de la 68ª edición de la Semana Internacional de Cine de Valladolid ha sido la gran cantidad de creaciones españolas en competición, después de la supresión de algunas divisiones específicas para el cine patrio que había antes. Además, casualidad o no, por segunda vez en toda la historia del certamen, una cinta española, ‘La imatge permanent’ de Laura Ferrés, se ha llevado la Espiga de Oro, el premio gordo de Seminci.
José Luis Cienfuegos indica que no se ha ofrecido más cine español en esta edición, sino que “se ha proyectado de otra manera”. Aun así, reconoce que el convulso momento que vive el circuito de festivales de cine en España ha influido en la selección de películas. La cancelación y posterior reubicación del festival de Sevilla, o las polémicas políticas que han rodeado al de Gijón han marcado la agenda de los estrenos españoles, y muchas obras que en otras circunstancias no habrían podido competir en Seminci han tenido vía libre para acudir a Valladolid.
Ha sido, también, una edición con un papel protagonista para las autoras. Esta Seminci ha destacado el trabajo de las mujeres cineastas, porque además del éxito de Laura Ferrés, otros galardones de mucho peso han terminado en las manos de Alice Rohrwacher, Angela Schanelec o Molly Manning Walker, solo por citar a algunas de las numerosas creadoras premiadas.
Una implicación total de la ciudad de Valladolid
Aunque la búsqueda de ofrecer cine de calidad siempre va a ser el caballo de batalla más importante para Seminci, la nueva dirección tiene más ideas para enganchar al público y poder hacer del certamen una experiencia más completa. Para la próxima edición, José Luis Cienfuegos quiere reforzar las actividades educativas y didácticas que rodean las proyecciones, pero también mantener y consolidar una decidida apuesta por el ocio.
Este año, las madrugadas del festival han continuado en dos bares de Valladolid, el Kafka y el Bizarro, que han programado sesiones musicales, una novedad muy importante para José Luis Cienfuegos. “Queremos ofrecer un lugar de encuentro para los profesionales, para el público… Es un plus, ayuda a tejer redes y crear comunidad alrededor del festival, hay tesis redactadas en ese sentido, y, obviamente, también queremos que Seminci tenga un carácter festivo”. El director asegura que esta iniciativa se mantendrá en las próximas ediciones, debido a que ha encontrado muy buena respuesta de los agentes culturales y empresariales de la ciudad.
Después de una edición marcada por el desembarco de un nuevo equipo y todo lo que eso conlleva, el exigente capitán de la nave, a pesar de no estar 100% contento con todo, reivindica el valor de esta Seminci del nuevo rumbo con un ejemplo concreto: “Pocos festivales pueden presumir de tener en su cierre a estrellas internacionales como Ken Loach, Santiago Auserón o Charlotte Rampling”, concluye Cienfuegos.
Por Edu Mongil