No es sencillo poner en el mercado 8,5 millones de kilos de pera Conferencia, repartidos entre los doce meses del año y en unas condiciones que satisfagan los gustos del consumidor. Es en realidad un reto que se encuentra al alcance de muy pocos, pero que todos los años consiguen los 120 socios de la cooperativa Cofrubi.
La Cooperativa Comercial Fruticultores del Bierzo abarca 450 hectáreas de cultivo y es la gran protagonista de la transformación del campo en esta comarca del noroeste leonés, a medio camino entre la meseta y Galicia.
Su presidente, Félix Fernández, destaca que trabajar en el seno de esta cooperativa de segundo grado es lo que está permitiendo salir de un escenario endiablado, con explotaciones muy pequeñas y repartidas en pequeñas parcelas, en ocasiones muy distantes entre sí. “Para una explotación de cuatro o cinco hectáreas algunos socios tienen hasta ocho parcelas”, lamenta, aunque el tamaño medio de las explotaciones va aumentando poco a poco.
La cooperativa se crea en 1994 por la agrupación de varias entidades de la comarca. Hoy aglutina a las cooperativas Frutiber y Cefruca, ubicadas en Carracedelo, como la propia Cofrubi, y su producción alcanza el 70% de la fruta obtenida en la zona.
La finalidad es acondicionar la fruta y conservarla, así como comercializarla, además de crear un Departamento Técnico volcado tanto en el campo como en las instalaciones de conservación.
“Desde sus comienzos se ha trabajado por la modernización tanto de las plantaciones como de las dos plantas de conservación y manipulación, que disponen de los últimos avances, lo que permite llegar al consumidor con la fruta en las mejores condiciones”, recalca el presidente.
Se produce algo de ciruela, variedades de manzana como la Reineta (verde y parda), Fuji y Golden, mientras que en pera se cultivan las variedades Moratini, General Leclerc y especialmente la Pera Conferencia del Bierzo, “reconocida por ser jugosa, dulce, fresca y agradable al paladar”.
Entre un 18 y un 20% de esta producción se comercializa a través de los lineales de Mercadona, la compañía que contactó con ellos en 2018. “Buscaban alguien que les sirviese pera Conferencia de calidad. Nosotros la tenemos, porque es la mejor de Europa, y llevábamos muchos años creciendo en superficie de cultivo”, recalca Félix Fernández.
Cofrubi dispone de una capacidad de frío de 12 millones de kilos, gracias a la cual puede servir su producto a lo largo de todo el año. La alianza con la mayor cadena de distribución española les ha permitido realizar importantes inversiones, tanto en campo como en las instalaciones centrales. “El camino es invertir en calidad y en innovación tecnológica, porque de lo contrario no llegas a ninguna parte”, subraya. Sin perder de vista que “la verdadera fábrica está en el campo”, de modo que “hay que acompañar al árbol y al fruto desde el principio”.
Una apuesta por la calidad
Cofrubi cumple todos los parámetros de calidad exigibles en las parcelas y en las instalaciones de conservación, pero también dispone de los sellos que acreditan esa apuesta, desde la DO Manzana Reineta del Bierzo hasta la Marca de Garantía Pera Conferencia del Bierzo, pasando por el certificado de Producción Integrada, Tierra de Sabor, la norma Global GAP y la ISO 9000.
La producción respeta al máximo el medio ambiente y la salud de los consumidores. Se atacan las plagas con depredadores naturales y los mosquitos se combaten mediante técnicas de confusión sexual. Entre abril y la recolección, que tiene lugar en agosto, no se hacen tratamientos de insecticida. Todo ello se traduce en que se obtiene una pera con elevada calidad y sanidad. “Hoy mismo puedes ir a una nuestras fincas y comer fruta directamente del árbol porque sabes que lleva cuatro meses sin recibir tratamientos”, subraya el presidente.
Aunque se ha avanzado mucho, los retos siguen siendo el relevo generacional y la contratación de personal, sobre todo en momentos críticos como la poda y, sobre todo, la recolección. La cosecha dura 18 días y es un periodo en el que el socio se la juega, porque más allá el producto ya ofrece unos parámetros diferentes y puede ver condicionada su conservación.
También está la cuestión del seguro agrario, puesto que permite asegurar pocos kilos, “y con una franquicia del 30%”. “Es una reclamación tradicional de la cooperativa el que los fruticultores dispongan de una cobertura adecuada, porque nos jugamos mucho”, destaca Fernández.