El otoño nos envolvía con su calidez y cubría de hojas los senderos de Valladolid. Cuando cambia el tiempo y se anuncia el invierno, la provincia propone interesantes rutas en las que deleitarse con una paleta de colores siempre sorprendente.
- Duero-Esgueva, mucho más que vino
Es de sobra conocido que la provincia de Valladolid es la más llana de España, pero ello no le impide ofrecer experiencias únicas en cada una de sus comarcas. Como en la parte oriental de la provincia, definida por los ríos Duero y Esgueva, marcada por el enoturismo pero con rutas de senderismo poco conocidas y, por eso mismo, absolutamente sorprendentes.
Baste mencionar las posibilidades que nos brinda el valle del Cuco, entre las localidades de Curiel y San Llorente, o las rutas que siguen al arroyo de Valcorba, muy cerca del límite con la provincia de Segovia. La Diputación de Valladolid propone nada menos que tres: el Sendero de la Sombría, el Sendero del Valcorba y el Sendero de las Viñas, en Santibáñez de Valcorba. Tres fórmulas de ocio saludable para descubrir rincones alejados de las principales vías de comunicación, pero que nos están esperando desde siempre.
Otro punto de interés en la comarca es el monasterio cisterciense de Santa María de Valbuena, uno de los edificios más imponentes de la Ribera. Actualmente acoge un establecimiento hotelero, aunque el público puede visitar su iglesia y claustro. Mo olvidemos que se trata de un Bien de Interés Cultural que acoge la sede de la Fundación Las Edades del Hombre.
Tampoco se puede perder de vista la localidad de Peñafiel, que ofrece un marco idóneo para visitas en familia o con amigos. El Museo del Vino y su parque infantil tematizado, la Casa de la Ribera, con divertidas visitas teatralizadas, y la Plaza del Coso, donde se encuentran Cosovisión y el Aula Arqueológica de Pintia.
2. Paseos rurales en los Torozos
En plena temporada micológica, la Diputación de Valladolid recomienda algunos recorridos por los montes Torozos, como el Sendero de Valdefuentes, en Urueña, y la Ruta de las Canteras, en Benafarces.
Sin esta comarca no se entendería la provincia de Valladolid, y en ella descubrimos dos auténticas joyas del arte prerrománico: la iglesia mozárabe de San Cebrián de Mazote y la de Santa María de Wamba, con una preciosa cabecera mozárabe. Otra joya que merece la pena descubrir es la ermita de la Anunciada, en Urueña, único ejemplar completo de estilo románico lombardo en Castilla y León.
Lo que está claro es que el área de los Torozos posee tanto contenido que, incluso, nos permite seguir las huellas del movimiento comunero: los pasos de las tropas rebeldes hasta su entrevista con la reina Juana en Tordesillas y una ruta que recorre el valle del Hornija, lugar de la recordada batalla de Villalar.
Muy cerca de allí, la Reserva de Castronuño-Vega del Duero es un entorno natural privilegiado en la provincia que no puede pasarse por alto. Desde la Casa del Parque organizan paseos guiados por la Senda de los Almendros, aptas para toda la familia. Además, el entorno dispone de nueve itinerarios diferentes para recorrer a pie o en bici y que puede descargarse en cualquier dispositivo.
3. Tierra de Campos, la quintaesencia de Castilla y León
Si nos preguntan por una comarca que resuma los valores y el espíritu de Castilla y León muchos coincidirán en señalar a Tierra de Campos. En ella existen senderos de reciente homologación, de trazados cortos y llanos, que propone la institución provincial: el Sendero de Bustillo, en Villanueva de la Condesa, y el Camino de las Fuentes, en Bustillo de Chaves.
Una de sus localidades principales es Villalón de Campos, que ofrece joyas artísticas tan impresionantes como la iglesia de San Miguel, pero también un patrimonio subterráneo desconocido que puede conocerse en su centro de Interpretación. A muy pocos kilómetros de allí, merece la pena desviarse del camino para visitar el museo dedicado a Juan Ponce de León, descubridor de La Florida, en Santervás de Campos.
Un par de curiosidades: puedes programar una visita al Museo del Pan, en Mayorga, y aprovecha para descubrir algunos rincones del municipio. ¿Sabía el lector que el buzón de correos más antiguo de España se encuentra en esta localidad terracampina?
Para terminar, resulta recomendable seguir los pasos del antiguo Tren Burra por la Vía Verde que une Cuenca de Campos y Villalón. Un itinerario de cuatro kilómetros y medio muy apreciado por los cicloturistas, que también pueden recorrer el Canal de Castilla para conocer sus esclusas, séptima y sexta, una parte destacada del patrimonio industrial de la provincia. Podremos aprovechar la cercanía a los municipios de Villanueva de San Mancio y Tamariz de Campos, pequeños pueblos que guardan grandes sorpresas.
4. Enoturismo en la Catedral del Vino
El último tramo del Pisuerga antes de llegar a la ciudad de Valladolid es uno de los tesoros por descubrir y explorar. Los senderos homologados de esta comarca nos ofrecen paisajes que nos dejarán de una pieza, como la Senda de los Cortados, o conocer la arquitectura vitivinícola tan arraigada a través de los Senderos del Clarete.
Conocida como La Catedral del Vino debido a su monumentalidad, la iglesia de Santiago, en Cigales, es Bien de Interés Cultural y posee grandes similitudes con la inacabada Catedral de Valladolid. Da cuenta, además, de la importancia que tuvo esta localidad en el momento de su construcción, lugar de paso y aposento de reyes.
Sin salir del territorio amparado por la DO Cigales, los aficionados al cicloturismo pueden animarse a pedalear siguiendo la ruta internacional Eurovelo1, una combinación perfecta de naturaleza, paisaje, gastronomía y práctica deportiva. Seguirán los caminos de sirga del Canal de Castilla y divisarán paisajes inesperados, como el mencionado de los Cortados. Tan sorprendente resulta el paisaje contemplado desde lo alto de esos cerros desgastados por el Pisuerga como la vista de estos ‘acantilados’ desde la orilla misma del río.
