Erguida sobre un mirador que se asoma al Duero, la ciudad de Toro ha reformulado su propuesta cultural para ofrecer al visitante algo más que los tesoros ya conocidos y que la han hecho famosa. El resultado es la ruta ‘Toro Monumentalia’, un recorrido por aquellos espacios históricos que forman parte de patrimonio público de la localidad y que con el paso del tiempo han pasado a manos de los toresanos.
Deberemos prestar atención a la Casa Consistorial, que preside la Plaza Mayor desde su construcción en 1778. Encargada al arquitecto real Ventura Rodríguez, destaca su monumental fachada coronada por una amplia galería superior.
De carácter bien distinto es el Hospital de la Cruz, uno de los veinte hospitales de caridad y beneficencia con que contó la ciudad en el pasado. La iglesia de la Concepción es el último vestigio del antiguo convento de Santa Ana, del siglo XVII, mientras que el palacio de los Condes de Requena conserva un monumental patio, a caballo entre el gótico y el Renacimiento.
Zoco de cultura, el Teatro Latorre es de estilo isabelino y su techo está decorado con pinturas alegóricas dedicadas a dramaturgos clásicos, mientras que el Palacio de los Marqueses de Castrillo destaca por su patio con logia y la colorida policromía del artesonado de la torre septentrional.
La ruta incluye una merecida parada en la plaza de toros, edificada íntegramente en madera sobre muros de tapial y ladrillo, con interés especial en el Patio de Suertes.
No podemos despedirnos sin mencionar la Torre del Reloj, levantada en el siglo XVIII sobre la antigua Puerta del Mercado. Sobre ella se cuentan numerosas leyendas, pero para conocerlas es obligatorio visitar esta localidad única.
