Alfredo Fernández
Uno de los muchos monumentos arquitectónicos que pueblan la campiña castellana es el Monasterio de Nuestra Señora del Valle. Ubicado en la localidad de San Román del Valle, a tan solo 10 km de Benavente, se alza como una de las muestras de nuestro pasado que busca poco a poco recobrar su grandeza perdida.
Historia
Ubicado en la localidad zamorana de San Román del Valle, data del siglo XV, destacando su estilo gótico y su vinculación con los franciscanos. Este convento se creó gracias a la aprobación del papa Benedicto XIII, que aprobó una donación para su construcción destinada a la Tercera Orden de San Francisco.
Tras su uso durante varios siglos, el convento vio cómo se daba paso al proceso de exclaustración, buscando el abandono de los monjes de dicha ubicación y procediendo a desmantelar poco a poco el edificio.
Este abandono fue una pésima noticia, ya que un siglo antes, el convento había logrado la aprobación y la realización de reformas y adaptaciones en su fachada, tales como la puerta de acceso a la iglesia (de medio punto y con pilastras en ambos lados), la fachada (barroca y con una vasta ornamentación propia de estilo artístico) y la torre del campanario (elemento mejor conservado del templo en la actualidad). A todas estas reformas también se unieron una amplia nave de cinco tramos con una bóveda de cañón y lunetos.
La noticia fue un varapalo para la zona, que consideraba al convento como el principal templo espiritual de toda la zona del Valle de Santa María.
El templo, ya en desuso, no supo sobreponerse al tiempo, debido a que la mayoría de sus piedras y multitud de sus decoraciones y ornamentos de fachada fueron extirpados y utilizados en otros edificios de la zona (como el atesonado ochavado del convento que fue trasladado a Benavente para ser parte de la conocida Torre de Caracol).

Ya en la actualidad, el convento aún guarda su estructura original, pero con múltiples daños, piezas faltantes y galerías completamente vacías e incluso abiertas, o bien por el paso del tiempo y los derrumbes, o bien por el cambio de ubicación de sus piezas.
Restauración
En 1983 inició un expediente que buscaba lograr que el edificio fuera reconocido cómo «monumento histórico-artístico», pero este primer intento quedó estancado.
Después de un sinfín de años de abandono y deterioro, en 2022 la Junta de Castilla y León aprobó la declaración de que el Monasterio de Nuestra Señora del Valle se convirtiera en un edificio BIC (Bien de Interés Cultural).
Esta nueva declaración mostraba como se buscaba lograr una protección y prevención que lograran salvaguardar el valor histórico y arquitectónico del edificio, buscando reformarlo y mantenerlo.
Esta aprobación de declaración llegó precedida de una intervención arqueológica fechada en el año 2018, donde se encontraron y conservaron los escasos restos de las pandas del claustro y, tras ello se inició el estudio para la protección del edificio, aprobado cuatro años después.
Desde su aprobación ya se han llevado a cabo sendas intervenciones entre las que destacan: el rastreo de restos del claustro, la documentación de antiguas bodegas, la portería y las dependencias conventuales, y el inicio de una recuperación de los cimientos y de las principales partes del edificio.
2026 como año esperanzador
El edificio no parte de una base de ruina total ya que partes como la torre del campanario, los cimientos de la iglesia y parte del claustro y de las dependencias están en un estado aceptable.

Esto sirve como un precedente para una zona que ya ha comenzado a buscar alternativas propias de la mano de un colectivo local denominado como Conventus, que mediante mercadillos propios que buscan la recaudación de fondos y una recreación 3D del convento, buscan sumar valor a la iniciativa y lograr una base para la valorización patrimonial del edificio.
Los habitantes de la zona no están solos ya que, la Junta de Castilla y León el pasado 11 de noviembre aprobó una subida de presupuestos de hasta 222 millones de euros dedicados a la cultura, la protección del patrimonio y el impulso del turismo y el deporte en donde 5,1 millones están dedicados, ya sea en forma de reformas o en forma de estudios, a la restauración del patrimonio cultural, destacando monasterios, conventos, arquitectura civil y patrimonio arqueológico.
Estos apoyos son un soplo de aire fresco en la restauración de un edificio que, de ser uno de los elegidos para ser reformados, podría lograr más del 80% del coste de su restauración solamente de dinero enviado directamente desde la Junta.
Actualidad y Uso
En 2025, el convento ha servido como escenario para la segunda edición del festival cultural «Dulces Ruinas», en donde la poesía y la música revivieron las ruinas del convento. Además, desde que en 2022 el edificio fue nombrado como un BIC, los vecinos recuperaron la tradición de la romería con la que acompañaban a la Virgen del Valle hasta el santuario.
El santuario en la actualidad no es solo una pieza arquitectónica de gran valor, sino que también constituye un espacio de atractivo tanto turístico como cultural. La gente del valle expresa cómo su mística y su belleza se destaca, no solo por su construcción, sino también por su ubicación, mostrando cómo el edificio se une con la naturaleza y se aloja junto a un arroyo, ofrece un paisaje de ámbito rural y señorial que da nombre y presteza a la zona.
El santuario es una joya escondida de nuestro patrimonio rural y, tanto la gente del valle como los expertos, tratarán de devolver a este lugar la magia que tuvo en épocas pasadas.



